Gran éxito de nuestro paisano José Cabrera en su primer festejo lidiado en la temporada americana bajo la tutela del apoderado Carlos Lidoy. La ficha de la corrida podría ser la siguiente. Plaza de toros de Cristo Rey, en Emiliano Zapata (México). Toros de San Marcos. José Cabrera: oreja y dos orejas. Sebastián Macías: palmas y dos orejas. Chistopher Morales (novillero): aplausos.

Centrándonos en quien nos interesa, el almeriense José Cabrera, demostró su excelente clase y disposición ante el que abría plaza. Lo castigó muy poco en varas, pero tras la primera serie con la muleta, el astado se rajó y se refugió pronto en tablas. Allí se fajó valientemente con él pero poco pudo sacarle de brillo. Mató de media muy certera y fue premiado con una oreja.

En su segundo todo fue distinto. Lo cuidó en el caballo, realizó un jaleado quite por verónicas y banderilleó con su habitual entrega y brillantez. Cabrera fue ahormando a su enemigo por el pitón derecho, el más potable del toro. Por él instrumentó varias series con profundidad y empaque, muy encajado, siendo premiado con ‘olés’. También lo intentó por naturales poro por ese pitón el toro se agarraba al piso y era más difícil sacarle partido. Con el público entregado, pinchó en todo lo alto (lo que quizá le privó de cortar el rabo) y a la segunda enterró el acero hasta el puño, cayendo el toro sin puntilla. Dos orejas premiaron su labor. En resumen, excelente tarde de Cabrera y gran dosis de moral para el siguiente festejo.