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Los almerienses ignoran a la sequía: son los que más agua gastan de Andalucía

Un hombre sostiene un vaso bajo el grifo mientras lo llena de agua.

Un hombre sostiene un vaso bajo el grifo mientras lo llena de agua.

Aunque el milagro agrícola almeriense está sustentado en la eficiencia de su regadío, convirtiendo su agricultura en pionera a nivel internacional, los ciudadanos almerienses suman lustros siendo unos de los ciudadanos que más agua consumen. Y todo ello a pesar de que Almería lleva asolada por la sequía desde tiempos que casi no alcanzan a la memoria. Una escasez de agua que deriva de la propia estructura árida de la provincia a la que se ha sabido hacer frente con mil y un remedios.

La falta de agua sí se ha dejado notar de forma grave en otros puntos de la comunidad y del resto de España en zonas en la que las precipitaciones se multiplican por varias cifras. Sin embargo, las restricciones implantadas en numerosas zonas de España no han sido necesarias en la provincia. Hasta el momento.

Los almerienses de la capital son los que más agua consumen de todas las capitales andaluzas. En medio del persistente escenario de sequía que ha afectado a Andalucía desde 2019, es fundamental poner de relieve la situación del consumo de agua en las diversas capitales de la región. Mientras Jaén y Sevilla muestran consumos de 99 y 105,7 litros por habitante al día respectivamente, Almería resalta con niveles que superan los 200 litros. Córdoba se ubica por encima de los 160 litros, mientras que Huelva, Málaga, Cádiz y Granada superan los 120 litros.

En el caso específico de la capital almeriense, según los datos proporcionados por el Área de Agua, Agricultura y Zonas Verdes, el consumo medio ha mantenido una estabilidad en torno a los 220 litros por persona al día en los últimos años. En el año 2023, se alcanzaron los 227,26 litros diarios por habitante, con un leve incremento con respecto a años anteriores. El consumo medio en 2022 fue 226,13 de 2022. En 2021 fueron 219,01 litros por persona y 224,71 en 2020.

El contraste en los datos de consumo de agua entre las diferentes ciudades andaluzas refleja una realidad compleja y desafiante. Si bien algunas ciudades han logrado reducir significativamente su consumo, como es el caso de Sevilla, que ha pasado de 179 litros por habitante y día en 1991 a tan solo 105,7 litros en la actualidad, otras como Almería continúan mostrando niveles más elevados, lo que plantea la necesidad de intensificar los esfuerzos en materia de concienciación y gestión del recurso hídrico.

Es alentador observar cómo ciudades como Sevilla han logrado reducir significativamente su consumo de agua. Desde 1991, Sevilla ha disminuido su consumo de 179 litros por habitante y día a tan solo 105,7 litros en la actualidad, gracias a la implementación de medidas de concienciación y sistemas tarifarios que promueven el ahorro y penalizan el consumo excesivo. Sin embargo, queda patente que aún queda mucho por hacer para garantizar la sostenibilidad hídrica en toda la región.

Las restricciones impuestas en municipios como los del Campo de Gibraltar y la Costa del Sol, donde se ha limitado el consumo a 160 litros por habitante y día, subrayan la urgencia de tomar medidas frente a la escasez de agua. Estas acciones, aunque necesarias, nos recuerdan también la importancia de adoptar hábitos responsables en el uso de este recurso tan valioso para nuestra región.

Resulta imperativo que tanto las autoridades como los ciudadanos colaboremos de manera conjunta para conservar y gestionar de forma eficiente el agua, no solo como respuesta a la sequía actual, sino como un compromiso hacia un futuro más sostenible para todos. Este desafío no solo concierne a las autoridades gubernamentales, sino también a cada individuo, empresa y comunidad, que deben asumir su responsabilidad en la preservación de este recurso esencial para la vida y el desarrollo sostenible.

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