El alto precio de las reparaciones caseras

La asistencia casera incrementa la economía sumergida y perjudica a los talleres El ahorro es a corto plazo, porque al final necesitan de profesionales

1. Joaquín Alonso prepara un neumático para el recambio. 2. Un trabajador opera en Auto Electricidad Gala y dejarlo listo un coche para las vacaciones.  3. Joaquín García en su taller, donde lleva toda la vida.
1. Joaquín Alonso prepara un neumático para el recambio. 2. Un trabajador opera en Auto Electricidad Gala y dejarlo listo un coche para las vacaciones. 3. Joaquín García en su taller, donde lleva toda la vida.
María Milán

29 de julio 2013 - 01:00

El verano es la época del año cuando más vehículos se ponen en circulación dirección a los destinos de vacaciones. Con el objetivo de desconectar unos días tras un año duro en el que los almerienses se han apretado el cinturón, se buscan unas vacaciones buenas y baratas. El paso previo antes de partir es la revisión de los vehículos, comprobar que todo está en perfecto estado. Esta revisión debería hacerla un profesional, dada la gravedad que supone que el vehículo falle en algún momento de la conducción. Pero este año, algo que muchos viajeros no han dudado en ahorrar es en talleres de reparación. Un ahorro que a la larga puede resultar tan caro como la propia vida del conductor y de los pasajeros que le acompañan.

Según la compañía europea dedicada al desarrollo de soluciones de gestión de siniestros, mantenimientos y averías para el sector de la automoción, GT Motive, se ha producido un descenso de un 34,2% en las visitas a los talleres en tres años. Ese descenso no significa que los coches no necesiten asistencia de profesionales, sino que los propietarios han optado por otra alternativa: las reparaciones caseras. Más del 50% de estas operaciones, para GT Motive, deberían realizarla especialistas en talleres cualificados.

Las reparaciones van desde operaciones sencillas como cambiar escobillas o rellenar aceite hasta cuestiones más complicadas como , la reparación del aire acondicionado o incluso la sustitución del disco de freno.

Joaquín García Guirado lleva toda su vida en el negocio familiar que ha pasado de generación en generación, Auto Electricidad Gala. Sabio conocedor de los entresijos del mundo del automóvil, afirma con rotundidad que "nos hemos dado cuenta de que la gente no trae el coche al taller como antes, lo arreglen ellos o en talleres ilegales". Sorprende escuchar cómo Joaquín relata que hay gente que lleva piezas del desguace, en lugar de encargarlas en su taller, y pide al joven o a otros trabajadores de Gala que realicen el cambio. "Encima, como taller, tenemos la obligación de asegurarnos que la pieza esté bien, y si falla correr con la responsabilidad", explica Joaquín García. Ante esto, no pueden hacer nada sino proceder a la reparación, "en otra época le dices a la persona que coja la puerta y se vaya por donde ha venido, pero ahora no", reconoce el joven.

Tal y como está la cosa, apunta Joaquín García, les compensa a él y a sus compañeros sustituir la pieza dañada por la que le traen del desguace y al menos así cobrar la mano de obra. "Además, esa pieza puede estar igual o peor que la que ellos tenían antes", señala el mecánico, así como revela que desde que empezó la crisis cada vez más gente hace esto. Y cuando esa reparación hecha en casa falla, no queda otro remedio que acudir a los talares. En esos casos, muy poca gente se sincera y confiesa haber tocado el vehículo, pero como dice Joaquín García "como profesionales, en cuento vemos el coche lo sabemos".

En caso de que la operación sea más complicada o el conductor menos manitas, "buscan a gente ilegal y lo hacen", apunta Juan Segura, de Talleres Segura. Lo mismo pueden afirmar Joaquín García y Pedro Vargas Castillo, este último gerente de Talleres Vargas Castillo S.L., así cómo ambos destacan en sus discursos una práctica muy común de los propietarios de los vehículos: estos cambian el aceite de los coches y dejan las garrafas en la puerta de estos talleres, aunque ambos valoran que al menos no se tire. "El trabajo ha bajado. Ahora la gente se lo piensa dos veces para traer el coche cuando tiene en casa media familiacon hambre", explica Pedro Vargas.

Neumáticos Alonso, el taller más antiguo de Almería en el sector del neumático, también registran estas reparaciones caseras, y a diferencia del taller Gala, "nosotros podemos, todavía permitirnos el lujo de clasificar a losclientes", afirma el mecánico Joaquín Alonso. Prestar servicio desde 1966 implica haber visto todo tipo de situaciónes, pero las últimas y que más se repiten en el último año son clientes que traen neumáticos usados de Alemania o piezas usadas de desguaces. También Internet se convierte en estos casos en un almacén de compra-venta de elementos automovilísticos, y la gente se atreve a comprarlos. Antes, cuenta Joaquín Alonso, si la persona sabía un poco de mecánica podía cambiar sus neumáticos, cosa que ahora es imposible. "Yo no doy ese servicio a la gente que trae los neumáticos de fuera, bien de desguaces o de Internet, porque luego dan problemas y vienen a mí por habérselo puesto, según ellos, mal, y no reclaman donde verdaderamente está el fallo". Así que a esos clientes no les queda otra que buscar talleres ilegales que procedan a realizar el cambio. Un negocio que a la larga puede salir más caro de lo que uno piensa.

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