"58 años cotizando, pero para mí cada día es un nuevo comienzo"

Juan del Águila recogió el premio a toda una vida de la mano del presidente de Diputación, Gabriel Amat.
Juan del Águila recogió el premio a toda una vida de la mano del presidente de Diputación, Gabriel Amat.
Carmen Fenoy

08 de noviembre 2013 - 01:00

Conocer su trayectoria genera admiración, pero escucharla de su propia voz hace ponerse en pie. Insuperable. Así estuvo Juan del Águila, fundador de Cajamar y hoy presidente emérito de la entidad, en la gala de Diario de Almería al recoger el galardón a toda una vida. Él dice que su vida y la de la caja rural van de la mano, pero la historia de la provincia delata que el vínculo de Del Águila con Almería va más allá ya que fue promotor de las cooperativas agrarias, pilar indiscutible de la economía provincial. "El premio es a toda una vida de trabajo pero me hubiera hecho la misma ilusión que si fuera a la juventud. He cotizado 58 años a la Seguridad Social, pero para mí cada día es un nuevo comienzo", apuntaba Del Águila, quien añadía, "somos los únicos responsables de construir nuestro futuro".

El presidente emérito de Cajamar nació en 1930 en el seno de una familia vinculada a la agricultura. Tras finalizar Magisterio en Almería, sus estudios de Derecho en la Universidad de Granada los realizó como alumno libre con libros prestados por otros estudiantes almerienses. Como él narra, "en 1962 recuerdo cómo en mi máquina de escribir en mi despacho de abogados redacté los estatutos de la caja". La que sería la Caja Rural Provincial de Almería no vería la primera sucursal abierta hasta 1966 y lo hizo en la calle Méndez Núñez, "los inicios no fueron fáciles, hasta cuatro años después de escribir los estatutos de la cooperativa de crédito no abrimos la primera oficina".

Identificado con las necesidades del campo, Juan del Águila promovió la creación de cooperativas agrarias como solución a la penuria económica de la agricultura almeriense en los años 50 y 60. Las necesidades de financiación para los proyectos de estas cooperativas fueron las que le condujeron a constituir la mencionada Caja Rural Provincial de Almería. "Había una carencia exportadora y había que impulsar el tejido cooperativo para dar salida a los productos hortofrutícolas. Hoy Cajamar es la entidad más visible de aquel trabajo", explicaba su fundador a los asistentes al evento. No fue tarea sencilla la realizada en aquellos años y así lo detalla Del Águila, quien contaba que hubo que recorrer todos los puntos de la provincia para la creación de las cooperativas.

Lo que hoy es grande ha conllevado un crecimiento y un esfuerzo. "Esas cooperativas fueron pequeñas como la caja", describía el galardonado, si bien, al igual que la entidad financiera, muchas de ellas llevan hoy los cultivos de esta tierra a lejanos rincones del mundo.

Sin duda, este camino de esfuerzo, cuyos resultados de éxito son manifiestos en estos días, el presidente emérito de Cajamar no lo recorrió sólo y, como él mismo señala, hubo alguien a su lado muy especial: "Mi esposa, mi apoyo, mi aliento y mi compañía; parte del reconocimiento le corresponde a ella".

Respecto a la entidad, de la cual ha sido presidente hasta 2006 cuando le tomó el relevo Antonio Pérez Lao y hoy Juan de la Cruz Cárdenas, Del Águila sentenciaba: "Cajamar es referente en el crédito cooperativo, pero su compromiso va más allá". Sin describir todos los servicios que la rural brinda a la sociedad, sí quiso detenerse en dos que tienen un peso y una repercusión fundamental: la Estación Experimental de Cajamar en Las Palmerillas y las publicaciones del Servicio de Estudios. Respecto a la primera apuntaba que fue el primer centro privado dedicado a la investigación de la agricultura intensiva y la transferencia de sus resultados a los agricultores para el desarrollo de la actividad. En cuanto al segundo, entre monografías, informes y cuadernos, destacó la colección Mediterráneo Económico, a la que ligó por semejanzas a la revista Papeles de Economía, que coordinó Enrique Fuentes Quintana quien fuera vicepresidente del Gobierno.

Cuando parecía que Del Águila concluía su intervención dio un giro para reivindicar la importancia del agua para esta provincia: "Sin agua se nos acabó todo. Agua es vida y su ausencia es muerte". Su deseo: que cada día siga siendo un nuevo comienzo, también para sus trabajadores a los que puso en valor y, por supuesto, para Almería, "persiguiendo las metas de dignidad y confianza para asegurarnos el futuro... Con agua mejor", concluyó.

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