Almería y sus personajes I Isabel Núñez Alarcón. (Exrejoneadora, directora del Centro de Protección de Menores de Vera)

  • Nació en Vera en 1985 y con 8 años le surgió la afición por el rejoneo

  • Llegó a tener una cuadra de 5 caballos pero en 2004 hubo de retirarse de los ruedos

“Con 12 años debuté como rejoneadora en la finca de Guillén”

Isabel Mª Núñez rejonea un novillo en la plaza de toros de Huércal Overa montada en su caballo ‘Gorrión’. Isabel Mª Núñez rejonea un novillo en la plaza de toros de Huércal Overa montada en su caballo ‘Gorrión’.

Isabel Mª Núñez rejonea un novillo en la plaza de toros de Huércal Overa montada en su caballo ‘Gorrión’.

Escrito por

José Luis Laynez

La conocí en un festejo celebrado en Abrucena. Ella estaba en el palco como asesora artística del presidente y yo iba a cubrirlo para el Diario. Me acerqué a saludarlos y me la presentaron como ex rejoneadora, de Vera. Quedamos para una entrevista que hoy ve luz precisamente el día grande de la Feria veratense con una corrida de rejones.

–Mientras otras niñas jugaban con muñecas tú ya rejoneabas...

–¡Ja, ja, ja! Casi. Mi afición por el toreo comenzó cuando, con apenas 8 años, iba las corridas de toros con mi padre y Melchor Parra, un amigo de la familia. Un día, estábamos en una plaza y me di cuenta que quería dedicarme a aquella profesión aún sin apenas saber montar a caballo... Y ahí comenzó todo.

–Y los Reyes, en vez de echarte juguetes, te pusieron ¡un toro!

– ¡Ja, ja, ja! Bueno, fue un becerro de engorde, Pilgrim. Lo compramos con la intención de que los caballos se acostumbraran al olor de las reses. Lo recuerdo con muchísimo cariño ya que fue el compañero de juegos durante bastante tiempo.

"Tenía 8 años cuando mi abuelo me regaló a ‘Fabiola’, una potrilla castaña, mi primer caballo de montar”

–Debut precoz el tuyo, con sólo 12 años...

–Sí, esa edad tenía cuanto tuve el primer contacto con una becerra en la finca de José Guillén de Lorca, con apenas 12 años de edad.

–Y llegan los veranos ‘interna’ en el ‘destierro’...

–Para tener más conocimientos, sobre rejoneo, aquel verano me fui a la casa del rejoneador Ferrer Martín en Vélez Málaga. Fueron días de entrenamiento muy provechosos donde aprendí las suertes del rejoneo en el seno familiar Y al verano siguiente repetí estancia, en este caso en Écija.

–Empiezas el siglo con plaza de toros propia...

–Fue en el año 2000, levantamos una placita de tientas en casa de mis padres para poder entrenar con reses vivas de manera asidua en nuestras propias instalaciones Ya tenía tres caballos: Gorrión, Palomares y Fabiola y compré dos más en Portugal: Vaquero y Chaparro. Mi padre iba con frecuencia a la finca de Núñez Guerra y traía novillos para entrenarme.

"Necesitaba mucho dinero para renovar la cuadra y en 2004 hube de rertirarme, decisión que me costó tomar”

–Y formas tu propio equipo.

–Muy familiar: mi padre mozo de espadas y apoderado; mi hermana, chófer, encargada de llevar al día documentos y solventar cualquier situación que se complicara; Juan Fco. Soler, chófer del camión de caballos; Diego Rodríguez, mi marido, encargado de trenzar los caballos y tener el guadarnés a punto; y Salvador, que ayudaba en el aparejado de los animales.

–¿Qué te pasó en Ciudad Real?

–¡Uf, no me lo recuerdes! El novillo saltó el callejón cuando cambiaba de caballo y al encontrarse las dos puertas abiertas, salió a la calle. Yo estaba de espaldas a la puerta y mi marido, que sujetaba el caballo del que me estaba bajando, me alertó de la situación y me metí en un coche que había allí. El caballo quedó suelto y se refugió en el camión. Ambos salimos ilesos de milagro.

La rejoneadora, muy sonriente tras un burladero. La rejoneadora, muy sonriente tras un burladero.

La rejoneadora, muy sonriente tras un burladero.

–En Palomares te iban a soltar ¡dos novillos a la vez!

–Sí, aquello pudo resultar grave. Un novillo rompió la tabla del cajón que le separaba de otro; por ello al soltar la res que me tocaba se podría producir una tragedia, saliendo las dos reses al mismo tiempo al ruedo. Yo no sabía nada y esperé como siempre. Finalmente sólo salió uno. De aquello me enteré luego.

–Pero llegó el año 2004 y...

–Nos hacía falta mucho dinero para renovar la cuadra y tomé una de las decisiones más difíciles de mi vida, dejar de torear.

–18 años después de aquello...

–Soy directora del Centro de Protección de Menores de Vera.

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