El arte de tallar la naturaleza
Juan Antonio Molina ha expuesto 24 bonsáis en el Teatro Villa de Huércal-Overa Dos pinos sobrepasan los cien años de edad y han sido catalogados por un maestro japonés
Bonsái, palabra de origen japonés cuyo significado es, según el Diccionario de la Lengua Española, 'Planta ornamental sometida a una técnica de cultivo que impide su crecimiento mediante corte de raíces y poda de ramas'. Los expertos lo denominan sencillamente como 'árbol en maceta'. ¿El bonsái es una simple técnica de freno al desarrollo de la planta, es poner un árbol en una maceta, o es algo más? Un día tal cómo hoy de hace treinta años, Juan Antonio Molina Flores leía en el periódico un artículo de Luis Vallejo, a la sazón cuidador de los bonsáis de Felipe González, el mismo, sí, el ex presidente, "me llamó mucho la atención y me dije: vamos a intentar si yo lo puedo hacer". Autodidacta durante los primeros años, Juan Antonio leyó cuanto cayó en sus manos acerca de los bonsáis, se relacionó con otros aficionados hasta llegar a ser un experto, sin duda lo es. "De estos treinta años", cuenta Juan Antonio, "por medirlo porcentualmente, habría dedicado 25 a saber cultivarlos, es decir, saber qué necesitan, qué quieren, cuándo lo quieren, y sólo cinco años a técnicas de modelado, de envejecimiento, de reducción; no es fácil hacer que viva un árbol de estos, algunos de ellos están catalogados con un alto valor económico y no puedes arriesgarte a comprarlos porque si se mueren, vaya negocio". Así pues, el bonsái, como el buen vino, es catalogado por expertos en la materia. Es aconsejable por tanto, dejarse guiar por un entendido en la cuestión.
Un bonsái requiere los mismos cuidados que una planta de exterior sólo que de acuerdo a los indicadores de la planta porque vive en muy poca tierra. Lo que en la naturaleza se ve de un mes para otro, en el cultivo del bonsái se ve de un día a otro. Si le falta agua, si tiene enfermedades, "que las tiene y hay que saber cómo tratar esas enfermedades y, sobre todo, según el árbol, adoptar una manera de cultivarlo, casi siempre un riego muy frecuente y poca cantidad de agua". Como dice Juan Antonio Molina, son cosas que se aprenden con el tiempo y que el árbol también lo va diciendo. Mucha observación, mucha paciencia, mucho mimo.
Y díganos, Juan Antonio, ¿la planta sufre al no dejarla crecer? "Le pongo un ejemplo: el ganado pasa todos los días por el mismo camino, pisa las plantas, no las deja crecer, pero están sanas, echan su flor, su fruto; no se le hace sufrir a la planta, al contrario, estamos controlando, como si fuese en un hospital con un gotero, la cantidad exacta de comida equilibrada, fósforo, potasio, todo está medido". Físico e Informático, o sea, con una formación técnica más que suficiente, Juan Antonio Molina encuentra en el cultivo del bonsái "el modo de ver las cosas de otra manera, recapacitar, reflexionar, ayuda a pensar, no olvidemos que la física está estrechamente relacionada con la filosofía. Con el bonsái, al fin y al cabo un ser vivo, hay una interacción muy provechosa".
Treinta y dos plantas bonsái tiene en su casa Juan Antonio, "apelotonadas en estanterías porque, salvo excepciones, los aficionados al bonsái casi todos somos pobres, hay muy poco rico con este hobby". Treinta y dos plantas precisan de una dedicación que en el caso de Juan Antonio Molina se traduce en un par de horas "porque todos los días hay que regarlas, observar si tienen alguna deficiencia o te están diciendo que necesitan algo".
Empezó con una planta y al final la afición se convierte en una forma de coleccionismo. La sugerencia del experto para quien quiera empezar a cultivar bonsáis, es hacerlo de la mano de un entendido "no se trata de arrancar una planta y llevársela a casa. Es preferible comenzar con una planta de vivero. Al final, los aficionados al bonsái nos hacemos ecologistas". Juan Antonio Molina, que acaba de clausurar una exposición de bonsáis en el Teatro Villa de Huércal-Overa, no es partidario de acudir a certámenes " no soy partidario del traslado de árboles, sobre todo porque hay que hacerlo en condiciones y con unas garantías que no hagan sufrir al árbol. He asistido a certámenes, cuatro, pero todos celebrados en lugares cercanos". Hace treinta era impensable que en España hubiera personas interesadas en el cultivo del bonsái. "Ahora", explica Juan Antonio, "hay muchísimas personas que cultivan bonsáis y animo a los que aún no conocen este arte a que al menos lo intenten". Con ese ánimo, Juan Antonio explicó en un curso algunos secretos del cuidado de los bonsáis, cómo podarlos, la importancia del riego, el cuidado, el abono, en definitiva trucos para que los amantes de los mismos tengan más fácil su cuidado.
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