Las manos artesanas de Patricia Portillo se convierten en la luz de los faros almerienses
La ceramista artística tiene un taller en Roquetas de Mar donde construye en el torno réplicas de las torres que vigilan la costa · La artista ofrece en su espacio de trabajo productos personalizados
Bajo la oscuridad de la noche, las embarcaciones navegan por el mar y una luz le indica el camino a seguir. Ese halo de iluminación procede de una lámpara, situada en un faro, que es una torre situada cercana a la costa que salvaguarda a los barcos y a los marineros que viven sorteando los escollos de un trabajo duro. La ceramista artística Patricia Portillo ha conseguido captar la belleza de estas construcciones y ha recorrido gran parte de las que hay en la provincia para crear, a través de su torno, réplicas de las que se alzan en la costa de la provincia almeriense y todo con el máximo detalle.
Portillo trabaja diariamente en su taller de Cerámica Happy Pots, en Roquetas, donde crea piezas irrepetibles: "Realizo productos únicos y muy personalizados. Mi cerámica se encuentra entre el arte y la artesanía. Creo objetos para gente que está buscando algo especial".
El gusto por los faros viene desde siempre: "Soy una apasionada. Comienzas cuando alguien te pide que le hagas uno y ya empiezas a complicarte la vida. Haces faros grandes, medianos y pequeños, le vas metiendo más detalles, visitas los faros por dentro".
La complejidad y las emociones al cocer el barro para crear los faros son una constante al contemplar el resultado final. "El de Adra es muy complicado de hacer porque es un tubo cilíndrico perfecto y muy fino. Hubo gritos, lloros y desesperación a la hora de crearlo. En Almería hay un total de 12, pero el de Punta de los Baños no lo voy a realizar por ahora porque tiene forma de pato y no es cilíndrico. Me gustó mucho como quedó el de Polacra y Punta Sabinal", señala Portillo.
La visita al faro de Almería impresionó a la ceramista: "Era como entrar en un barco pirata porque estaba todo revestido de madera. Me dejó impactada".
Por otra parte, su visita al Faro de Cabo de Gata llenó a la artista: "Me impresionó sus vistas. Acababa de amanecer y el paisaje estaba muy bonito. Me imaginé viviendo allí".
El trabajo para elaborar un faro es muy laborioso. "Saco fotos, obtengo las medidas, trabajo por módulos en el torno y todo tiene que encajar. Tardo un mes y medio aproximadamente", afirma la ceramista.
Para Portillo, la crisis afecta al negocio: "Se nota mucho. En Almería no vendo, pero desde Madrid hasta el norte sí lo hacemos. En Gran Bretaña tenemos clientes".
Uno de los rincones donde la ceramista está teniendo más éxito últimamente es en Cantabria "porque construí el Faro de Cabo Mayor de Santander y ha gustado".
Patricia Portillo reivindica la puesta en valor de los faros para sus uso cultural: "En Cantabria, hay algunos que se habilitan como museos".
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