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El asesinato del General Herrero

  • Almeriense de adopción. El comando Madrid de ETA reapareció en la capital con un atentado que costó la vida a Dionisio Herrero Albiñana, de 63 años, y dejó malherido a su chófer

El asesinato del General Herrero

El asesinato del General Herrero

El general de División de Sanidad del Ejercito de Tierra, Dionisio Herrero Albiñaba, asesinado en Madrid por la organización terrorista ETA en octubre de 1993, aunque no nació en Almería, estuvo desde siempre durante muchos años muy vinculado a la provincia,

Su mujer, Maria Isabel Moya López natural de Almería le inculcó ese cariño por esta tierra por lo que era sumamente frecuente ver al matrimonio en la capital siempre que las obligaciones del militar se lo permitían.

Fines de semana, vacaciones, Semana Santa, cualquier momento era bueno para que el general y su esposa volvieran a Almería. Ambos se alojaban circunstancialmente en una vivienda de la plaza de San Pedro, propiedad de una hermana de su mujer. Precisamente, su cuñada Maria José Moya, conoció la noticia del cruel atentado a primeras horas de la mañana del 19 de octubre de 1993 escuchando los informativos de Radio Nacional de España.

En esos momentos, la mujer desconocía la identidad de la victima. Poco después, tras conocer la fatal circunstancia informada por sus familiares se trasladó a Madrid junto con el resto de los familiares para asistir a su funeral.

El general Herrero, llegó incluso a celebrar su ascenso en Almería. Su figura amable y campechana, era conocida, especialmente en la zona del casco histórico de la capital donde en unión de su cuñado Antonio Moya y Miguel Moreno solían pasear por sus calles y disfrutar tomando café o unas cañas en los establecimientos de la zona.

El comando Madrid de ETA reapareció en la capital de España con un atentado que costó la vida al general del Aire Dionisio Herrero Albiñana, de 63 años, y dejó malherido a su chofer, el soldado Alberto Pasamontes, de 23 años. Los terroristas tras el tiroteo, huyeron en un coche que después hicieron estallar para eliminar huellas e intentar matar a los artificieros.

El general Herrero, director de Sanidad del Ejército de Aire, salió como cada día sobre las 8.30 de la mañana de su domicilio, de la calle de Hermosilla. Se dirigía hacia su automóvil blindado, donde le esperaba su chofer, el soldado Alberto Pasamontes Navarro. El general había caminado unos quince metros y, cuando atravesaba la calle de Alcántara, fue abordado por dos individuos encapuchados y armados con pistolas del calibre 9 milímetros parabellum descerrajándole varios tiros.

Uno de los asesinos le remató cuando estaba en el suelo. El conductor intentó acudir en su ayuda, pero fue tiroteado por un tercer terrorista que apoyaba la acción de los pistoleros que atacaron al general. Tras recibir un balazo en el vientre, el soldado se refugió a la desesperada en el automóvil oficial. El etarra efectuó contra él cinco disparos, pero los proyectiles no llegaron a atravesar el cristal blindado.

La policía recogió en el lugar de los hechos 10 casquillos de bala. El soldado Alberto Pasamontes recibió un balazo, con entrada por el flanco izquierdo del abdomen, que le perforó el intestino delgado. duodeno, colon y el hígado. Fue operado en estado muy grave en el hospital Gregorio Marañón.

Tras el atentado los terroristas se fueron corriendo por la calle de Alcántara hasta la de las Naciones, donde tenían aparcado un Opel Corsa en el que prosiguieron la huida por las calle de Ayala y Príncipe de Vergara, hasta llegar a la plaza del Marqués de Salamanca, donde lo dejaron abandonado junto a la sede del INI.

Media horas más tarde estallaba el Opel Corsa, gris metalizado, que escondía en sus bajos unos cuatro kilos de amosal, activado por temporizador. El coche, robado en la calle doctor García Tapia, en el barrio de Moratalaz, quedó destrozado y causó ligeros daños a otros vehículos. Con ello, los terroristas borraron las huellas por las que pudieran ser identificados.

La esposa del general, Isabel Moya López, desde la ventana de su casa al escuchar las sirenas policiales pregunto a los transmutes lo que ocurría. "Han asesinado a un hombre", le gritó un viandante. A Isabel Moya le dio un vuelco el corazón y se metió al interior de su casa, sollozando, al comprobar que tristemente se habían cumplido los temores que más de una vez había expresado a sus compañeros de trabajo en la Dirección Provincial de Educación. Según fuentes policiales, el general Herrero no había recibido nunca amenazas ni su nombre figuraba en ninguno de los documentos intervenidos a ETA.

La capilla ardiente con los restos del general Herrero quedó instalada en el Cuartel General del Aire y su cadáver enterrado en el cementerio de La Almudena.

El presunto ex jefe de los comandos de ETA Juan Luis Aguirre Lete, 'Insuntza', condenado en España por los asesinatos del general Dionisio Herrero y del dirigente socialista Fernando Múgica fue en junio de 2.004 extraditado por Francia a España.

Aguirre Lete, de 40 años, cumplió en Francia la pena de 10 años de prisión, el máximo por asociación de malhechores con fines terroristas, que le impuso el Tribunal Correccional de París, en 2000. Cuando fue detenido en noviembre de 1996 en el País Vasco francés, Aguirre Lete era considerado como el jefe de los comandos en la reserva en Francia y se le atribuían igualmente importantes funciones en el aparato logístico de la banda. Aguirre Lete fue detenido la tarde del 26 de noviembre de 1996, en un peaje situado en las afueras de Bayona, cuando viajaba en un vehículo en compañía de la ciudadana alemana Petra Elser y un niño de unos dos años, hijo de ambos.

Aguirre Lete fue entregado a España el 9 de agosto de 2002 por un plazo de cinco meses para que fuera juzgado por diversas causas que tenía pendientes, entre ellas el asesinato del general Dionisio Herrero. Tras su regreso a Francia, la Audiencia Nacional le condenó el 31 de marzo de 2003 a 30 años de prisión como autor por inducción del asesinato de Fernando Múgica el 6 de febrero de 1996 en San Sebastián.

Además, el Tribunal Penal de Milán (Italia) le impuso una condena el 22 de mayo de 2003 de ocho años de cárcel por la colocación en 1991 de dos bombas en la sede del Banco Exterior de España y en la oficina de turismo española en la ciudad italiana.

El juez de la Audiencia Nacional Guillermo Ruiz Polanco lo procesó en noviembre de 2001 por coparticipar en los delitos de secuestro terrorista y conspiración para el asesinato por financiar con 30 millones de pesetas el secuestro de Ortega Lara.

Asimismo, formó parte del 'comando Barcelona' cuando estaba dirigido por Domingo Troitiño, condenado junto a otros etarras por el atentado de Hipercor. El 1 de junio de ese año volvió a ser identificado por Interior como uno de los participantes en el atentado contra el general Juan José Hernánez Rovira, en Madrid. Posiblemente, también participó en la colocación de una bomba adosada al vehículo del teniente Miguel Peralta Utrera el 23 de mayo de 1994, causándole la muerte.

Fue el encargado de recibir en Francia, en septiembre de 1995, a los miembros del 'comando Donosti' Valentín Lasarte, Javier García Gaztelu y Juan Ramón Carasatorre, después del atentado de agosto contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Arnedo, La Rioja.

Interior también considera que está relacionado con el atentado fallido contra José María Aznar, perpetrado el 19 de abril de 1995, al ser el máximo responsable, desde febrero de 1995, junto a José Javier Arizcuren, de los 'comandos ilegales' de ETA. Aguirre Lete está detrás de la mayoría de las acciones cometidas por estos grupos a partir de esa fecha. En marzo de 2003, Aguirre Lete fue devuelto a Francia para seguir cumpliendo su sentencia en Francia.

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