L Almería, referente en la gestión de recursos hídricos

Un asesor de Diputación enseña a los hondureños a gestionar el agua

  • El ambientólogo almeriense Juan José Amate ofreció cursos de formación en el país centroamericano para que sus habitantes comprobaran el nivel de potabilidad y también participó en la elaboración de la Ley de Aguas

Trasladar sus conocimientos de ambientólogo a otros países y ayudarlos a lograr el desarrollo en distintos aspectos fue el objetivo de Juan José Amate, asesor en la oficina de Cambio Climático de Diputación Provincial de Almería y coordinador de Medio Ambiente de Izquierda Unida, cuando llegó a Honduras y colaboró en la organización y redacción de la Ley General de Aguas de este país que se aprobó el 19 de agosto de 2009.

El almeriense no sólo visitó Honduras sino que recorrió parte de Centroamérica para descubrir parte de sus encantos, pero su trabajo fue incesante con la Agencia de Cooperación Británica: "Mi papel fue el de asesorar sobre el agua y los recursos naturales que se pueden aprovechar. Tenían su idea, pero había que traducirla a un lenguaje técnico. Con el conocimiento que tengo, tenía que explicarles las medidas de protección".

Los distintos colectivos interesados en aprobar la ley tuvieron que realizar una etapa de aprendizaje: "Realizamos distintas actividades de formación para que supieran si el agua es potable o no lo es. Da mucha satisfacción que gente que no sabía ni escribir haya aprendido bastante y pueda leer los planos de abastecimiento".

La última ley de aguas que disponía Honduras era de 1927, de hace 82 años: "Llegué el 28 de noviembre de 2008 y trabajé en esta ley con un compañero que en ese momento se encontraba trabajando en la ley forestal". Además del abastecimiento humano, Amate tuvo que complementar la ley para cubrir otros aspectos: "No basta con proteger ríos y lagos, sino que teníamos que ofrecer una estrategia conjunta de protección de los recursos naturales".

El ambientólogo explica el primer paso que se realizó para empezar a crear esta ley: "Organizamos a ecologistas, campesinos y juntas locales de agua que en Honduras son 5.000 aproximadamente y en el barrio en el que yo estuve, Marcala, 20".

El ambientólogo describe parte de la labor que tuvieron que trasladar a los distintos colectivos: "Tenemos que trabajar con ellos, informarles, intentar que la demanda que tenían la plasmáramos nosotros en la ley". Uno de los pasos era que la necesidad de los colectivos se conociera por parte del Congreso de Honduras: "Tuvimos que realizar un trabajo de colaboración y presión. Se realizó la Comisión de Recursos Hídricos que sirvió de nexo entre los congresistas y los demandantes".

La ratificación de la Ley General de Aguas de la República de Honduras tuvo un proceso largo: "Ayudamos como asesores para redactar la ley. El 10 de marzo de 2009 empezó y pasó tres veces por el congreso. La segunda vez fue en abril. Y el tercero fue desde mayo hasta que se aprobó el 19 de agosto de 2009. Estuvo parada un tiempo por el golpe de estado de junio".

Uno de los primeros puntos que se reivindicaron fue la posibilidad de que todos los hondureños tuvieran la posibilidad de acceder a este bien: "Queríamos que la sociedad civil disponga de agua potable como derecho humano. Aunque parezca como mera obligación se declara el compromiso mínimo de acceso al agua. No se puede privatizar".

Para Amate, este derecho es un gran avance: "En España no está aprobado. Sólo se encuentra en algunos países como Suecia y Bolivia". El ambientólogo define que el uso del agua (industrial, agrícola o de abastecimiento) marca como prioridad "el uso humano".

La profesión de Amate también influyó de forma determinante en algunos de los puntos de la ley: "Se aprobó el derecho de garantizar la protección de fuentes de agua. La Conservación de su entorno se mantenía a unos 300 metros aproximadamente".

La ley contempla un aspecto importante: "Un elemento que tuvimos en cuenta era los riesgos naturales relacionados con el agua", apunta el ambientólogo. Los habitantes de Honduras comenzaron a aplicar la Ley de Aguas a finales del 2009. "Hasta que no hubiese un presidente después del golpe de estado, todo se paralizó, pero poco a poco ha avanzado". El asesor de Diputación se muestra satisfecho por el trabajo realizado: "El propio Congreso nos mandó una nota de agradecimiento".

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