El Ayuntamiento de Almería rechaza paralizar el cambio de las farolas peligrosas
Una empresa ha solicitado la suspensión temporal de la redacción del proyecto, que ha sido denegada ante la existencia de riesgo a corto plazo detectada sobre más de 350 puntos de luz
Retiran las farolas de Almería con alto riesgo de desplomarse por los orines de perro
La fuerza del viento no solo es capaz de tumbar ejemplares de palmeras sin un estado de salud óptimo. También es capaz de desplomar aquellas farolas cuyos báculos se encuentran oxidados por la cercanía al mar y por los orines caninos. De hecho, el Ayuntamiento ha venido retirando meses atrás hasta un centenar de luminarias peligrosas en una actuación que el área de Sostenibilidad Ambiental y Energética pretende continuar al objeto de evitar riesgos innecesarios a corto plazo. Esta es la razón por la que el Consistorio de la capital ha rechazado paralizar la contratación del proyecto de sustitución, después de que una de las empresas participantes en la licitación haya requerido la suspensión temporal de la misma.
La negativa municipal a parar el proceso de contratación, iniciado el pasado año y adjudicado en abril a la empresa Eficiencia y Sostenibilidad Integrada, por 28.108 euros y un plazo para la redacción del proyecto de tres meses, se sustenta en la urgencia de actuar sobre un total de 701 farolas. Parte de ellas porque presentan primeros síntomas de corrosión y podrían con el tiempo entrañar riesgo de caída; otras porque están afectadas por las raíces de los árboles o bien porque las copas impiden que alumbren correctamente; así como luminarias, que fueron retiradas, pero no sustituidas, por lo que tramos de calles insuficientemente iluminados en distintos barrios del término municipal.
Una de las tres empresas que concurrieron a esta oferta presentó, en junio, un recurso de reposición ante el Ayuntamiento por el que ha solicitado la adopción de la medida cautelar consistente en la suspensión del procedimiento de adjudicación, así como dejar sin efecto el contrato formalizado.
La negativa municipal, basada en el informe de necesidad de contar con este proyecto, ha sido tajante. “En los últimos años, para evitar situaciones de peligro, se están intensificando las revisiones de las columnas de alumbrado público detectándose que, en muchos casos, han llegado al fin de su vida útil y que, en otros, están muy deterioradas por la corrosión, por lo que será necesario realizar su sustitución en un corto plazo”.
Las columnas que suponen un riesgo inminente están siendo retiradas por la adjudicataria del contrato de mantenimiento de alumbrado público y se están identificando aquellas que tendrán que ser sustituidas en el corto plazo, ya que por su envergadura, no es posible acometer estos trabajos mediante este contrato. “A esto hay que sumar que hay un déficit histórico de columnas que han tenido que ser retiradas y no se han repuesto por falta de presupuesto”, apunta el Consistorio, entre otras causas relacionadas con el arbolado.
El equipo de María del Mar Vázquez, reunido en Junta de Gobierno Local, atiende así a otra situación de peligro derivada por la falta de iluminación de las calles de la ciudad, ya que “se han identificado una serie de canalizaciones que han sido dañadas en una gran extensión por el paso de vehículos o por las raíces de los árboles”, provocando averías y fallos reiterados en los circuitos de alumbrado.
Una campaña de concienciación ciudadana activa
“El pipí me destruye”. Es el mensaje claro y directo que durante este verano exhiben las farolas a los propietarios de los perros dentro de una nueva campaña de concienciación que, impulsada por el Ayuntamiento de la capital, pretende hacer llegar a la ciudadanía los efectos nocivos que las micciones caninas tienen sobre el mobiliario urbano. Especialmente, sobre los báculos de los puntos sobre los que se está actuando desde distintos campos y desde hace ya varias legislaturas. Entre ellos, el empleo de nuevos materiales que toleran mejor los efectos de humedad por la cercanía al mar. De hecho, Almería lleva años sustituyendo luminarias de los paseos marítimos, después de que cayera una farola sobre un viandante en la playa de La Fabriquilla, y aplicando una pintura que repele el gusto de los perros por levantar la patita.
Las averías contempladas en este contrato afectan a un gran tramo de canalización y no pueden llevarse a cabo desde el contrato de mantenimiento de alumbrado pues, apuntan los técnicos municipales, supondría gran parte del presupuesto del mismo.
De este modo, el Ayuntamiento entiende necesario continuar, sin paralización alguna “para evitar estas situaciones de peligro”, con este contrato. Definirá las obras necesarias para reponer puntos de luz que se han retirado como parte del mantenimiento del alumbrado público y no han podido ser repuestos por falta de presupuesto, además, de la sustitución de aquellas que tendrán que ser retiradas a corto plazo dado el estado de deterioro por la corrosión que presentan.
Hay que tener en cuenta que, en el momento de la publicación de la licitación, se estimaban 348 columnas faltantes y 353 a reponer a corto plazo, tal y como apuntan los propios informes técnicos del Consistorio.
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