Cuando la belleza se eterniza sobre papel de algodón

Los óleos y acuarelas de Rosa María Rodríguez desprenden silencios, quietud, sentimientos...

La pintora destaca por su sencillez y elegancia.
La pintora destaca por su sencillez y elegancia.
María José Ufarte

18 de abril 2016 - 01:00

Rosa María Rodríguez López es una pintora de una elegancia supina, que culmina sus obras, ya sean óleos o acuarelas, con una impronta insoslayable de belleza, de quietud, de silencios, de sentimientos. La razón la halla y no la busca, como Picasso, y la atesora y no la derrocha en falsos mentideros, la comparte y no la oprime, no la aduerme. La ofrece, sin nada a cambio. Así es ella, una mujer que aúna sencillez, talento, fidelidad y compromiso, tanto como persona como artista. A nadie engaña, como la lealtad salmeroniana. Y así se muestra. Sin más. Le sobra todo. Basta su obra desnuda. Su palabra precisa. Su instinto natural. Su poesía en color.

La pintora recoge y comprime todo de lo que se enamora, pero, sobre todo, plasma la verdad de la sencillez, su verdad infinita, la de una autora sensitiva sin igual, que inunda de elegancia y de belleza. "En cada momento expreso lo que siento. No tengo un método o modelo establecido. Dependo de cada situación. Mancho, busco formas, las plasmo. Pinto a cubierto o al aire libre, capturando directamente lo que observo y dejándome llevar por lo que siento en cada instante. Solo de esta manera consigo mostrar un mundo más cercano", afirma Rosa Rodríguez, que es como la conocen en su Alhama natal.

"Ahora estoy centrada en la acuarela. Transmite mi forma de sentir", explica. Y añade: "Ya he realizado diversos cursos profesionales para afianzarme en esta técnica". El suyo es un estilo postimpresionista, que refleja "escenas rutinarias, fragmentos del día a día, detalles en una cafetería, de un parque o de un jardín, perspectivas del patrimonio urbano, objetos que forman parte de mi vida cotidiana". Trabajos que, desde luego, muestran su sello personal, a caballo entre lo real e imaginario, de rico cromatismo y ambiente de ensueño.

Pertenece a la Agrupación Almeriense de Acuarelistas y a la Agrupación de Acuarelistas de Andalucía, que celebró en febrero en Úbeda y Baeza su decimocuarto encuentro anual. También forma parte del Urban Sketchers Almería, que fomenta la práctica del dibujo realizado in situ. Y, como buena docente que ha sido, está inmersa en diversos talleres que tienen como objetivo acercar la acuarela a los niños. "En estos momentos también participo en varias exposiciones colectivas, como la de que se celebra en Chile", señala Rosa Rodríguez.

La suya es una pincelada que tiene todo el lirismo poético y emocional. Su belleza es especial. Es tan desnuda de artificio que te enamora, te atrapa. Te llena de elegancia y de belleza. Colores y sentimientos, pura poesía y sencillos trazos para reflejar acuarelas que con sólo mirarlas ya dan serenidad y transmiten la sencillez de esta pintora que cada día trabaja para "reflejar mi yo más cotidiano y mostrar al mundo lo que siento en cada momento".

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