Botellones y el polémico parkour se adueñan del mirador de Almería

Vandalismo

Vecinos aseguran que las molestias y daños materiales son una constante mientras el Ayuntamiento va a contratar vigilancia

'Despluman' el nuevo mirador de San Cristóbal

Un joven traceur salta sobre los jardines en su ejercicio.
Un joven traceur salta sobre los jardines en su ejercicio.

Ocurrió con el parque de La Hoya y el vecino mirador del Sagrado Corazón de Jesús, inaugurado el pasado mes de diciembre tras la potente inversión de 4,4 millones de euros, está corriendo la misma suerte, según denuncian los propios vecinos de la Asociación Barrio El Santo/Cerro de San Cristóbal. Aseguran que los botellones se han adueñado de este mirador a la ciudad sin que las llamadas ciudadanas a la Policía Local estén sirviendo de mucho. No son sólo los fines de semana. Explican que las concentraciones de grupos de jóvenes para consumir alcohol se producen a diario y también a plena luz del día.

“Evidentemente, hay más los fines de semana, pero es que los botellones se han extendido a todos los días”, apunta Salvador Gómez desde la Asociación Barrio El Santo / Cerro de San Cristóbal, que ha venido denunciando desde la inauguración del mirador la vandalización del entorno recuperado, deficiencias, la falta de mantenimiento y la necesidad de reforzar la vigilancia en todo este espacio situado junto a la Alcazaba.

Imagen captada por vecinos de botellón bajo el Sagrado Corazón
Imagen captada por vecinos de botellón bajo el Sagrado Corazón

El colectivo vecinal se queja de las molestias y las consecuencias de los botellones por la “música a todo volumen, la basura esparcida y las vomiteras”, una imagen que lamentan se encuentren los visitantes. Están satisfechos por el proyecto de regeneración urbana y paisajística acometido por el Ayuntamiento de Almería, si bien consideran inaceptable que “las personas que vienen, y son muchas, a diario un centenar y los fines de semana esto parece el paseo marítimo, se encuentre con gente haciendo botellón y fumando porros o con la suciedad que dejan”.

Reposición de los árboles y vigilantes nocturnos

Los jardines del mirador de San Cristóbal contabilizan un árbol menos. El Cerro amanecía ayer sin una de sus higueras que viene a sumarse a los ejemplares, también de plantas, que están siendo sustraídos. El Ayuntamiento informaba este pasado miércoles de las labores de reposición de las unidades perdidas para mantener la cifra de 84 árboles y 6.000 plantas de la actuación paisajística llevada a cabo en este entorno a los pies del Sagrado Corazón de Jesús. Además, Urbanismo ha sacado a licitación la contratación de seguridad y vigilancia privada por un importe de 29.778 euros y un periodo inicial de seis meses de duración, según consta en el expediente difundido por la agencia de noticias Europa Press. La implementación de este servicio parte de la propia “experiencia en el vecino parque de La Hoya”, donde también se detectaron este tipo de comportamientos, por lo que el Consistorio opta, “al menos en un primer momento”, por dotar de una vigilancia “más extensiva” el Cerro en horario nocturno. Se quiere evitar “actos de vandalismo que retraigan el uso ciudadano” del mirador.

A este uso del mirador suman otras prácticas que la comunidad vecinal pone en entredicho como las subidas de motocross o los trompos en la plaza mirador. El Cerro de San Cristóbal se ha convertido también el circuito al aire libre para la práctica de parkour, disciplina que pone a prueba la capacidad mental y física de sus adeptos (traceurs), pero los saltos y volteretas de vértigo también pueden afectar al mobiliario urbano y jardines que, por otro lado, está sufriendo la sustracción de árboles y plantas. “Los elementos que hay no están pensados para esta actividad deportiva, se pueden lastimar y creemos que hay daños sobre el mobiliario pues coincide con los recorridos que observamos”.

El Ayuntamiento ha aprobado la contratación de vigilancia privada, una decisión aplaudida pero con ciertas reservas pues la Asociación asegura que vienen advirtiendo de esta necesidad desde mucho tiempo atrás. “Cuando haya vigilancia no habrá nada ya que vigilar, se habrán llevado hasta el Santo”, ironizan.

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