Los niños también sufren las secuelas de la COVID-19, ya que esta crisis sanitaria está afectando a los más vulnerables "de una manera brutal" en su alimentación, en lo económico, en lo social y en su propia familia, asegura el técnico de Cruz Roja Juventud en Almería, Germán Martín Galán.

Este técnico ha participado en una jornada de reparto de materiales educativos y alimentos. “Un día muy intenso de actividad” en el que se atiende, entre otros, a varios colegios del barrio de Pescadería, uno de los más deprimidos de la capital almeriense. En la propia sede de la ONG, se reparten deberes a “las familias que no tienen recursos tecnológicos, o acceso a internet o que no se entienden con las nuevas tecnologías”.

“Semanalmente o quincenalmente, depende del colegio, les hacemos entrega de estos apuntes. Además de material escolar para que hagan sus deberes”, explica el técnico. Además, varios centros han contactado con ellos para hacer este reparto a domicilio. Martín Galán pone el ejemplo del Rosa Relaño, un colegio que tiene a sus niños repartidos por todas las provincias.

Entregas en centros de menores como el de Padules, en barrios de la capital almeriense, en El Ejido… Más unas 60 familias que pasaron por la sede de Cruz Roja Juventud “a por deberes, a por las meriendas o a consultar dudas respecto a niños”.

Los voluntarios también reparten los deberes a domicilio.

Con los apuntes, la entidad da cobertura a unos 18 centros escolares sólo de la capital, ciudad en la que han atendido a unos 700 alumnos.

“Parecía que se iba a parar un poco la actividad y, al revés, ha aumentado. Seguimos llevando, por ejemplo, el proyecto de menores extranjeros no acompañados y tutelados y seguimos dando cobertura a esos jóvenes, que necesitan que les llevemos tema de Internet, alimentos, cobertura legal. Necesitan cubrir sus necesidades”, dice.

Antes, estos niños recibían este apoyo escolar en sus aulas, pero ahora se hace en un “entorno virtual por videollamada”.

El técnico insiste en que los jóvenes de la entidad atienden todas las “necesidades de la infancia y de la juventud”. “Eso abarca muchísimas cosas, desde dar cobertura en tema de apoyo escolar, contenidos de salud en centros escolares, hacemos contenidos relacionados con tema de violencia de género. De hecho hemos instalado varios puntos violeta en toda la provincia”, apunta.

También cubren otro tipo de necesidades de la infancia a nivel de higiene o alimentación con lotes de meriendas, con alimentos saludables. Sin olvidar su proyecto con menores extranjeros no acompañados y extutelados.

También con la infancia en riesgo, la más vulnerable, por ejemplo en los asentamientos, con actividades físicas que han tenido que interrumpirse por la COVID-19, con entrega de material escolar o juguetes, que también se entregan a niños con necesidades en sus cumpleaños, siempre acompañado por la “educación en valores”.

Reparto de deberes en la sede de Cruz Roja Juventud.

Pero, insiste, el coronavirus ha afectado más de lo previsto a familias con “muchas necesidades (...) ahora estamos viendo que tienen aún más necesidades. Familias que tenían muy pocos ingresos, de repente no los tienen o se han reducido. Muchas viven casi al día, al mes”.

Por ello, el director provincial de Cruz Roja Juventud en Almería, Javier Alastrué, subraya la “acción voluntaria de la institución, que es su carácter principal”. “Todos los voluntarios que ya teníamos, se han ofrecido para hacer actividad de manera telemática, o presencial con todas las actividades que seguimos llevando a cabo. En toda la provincia la labor voluntaria sigue presente”, con en torno a 50 voluntarios, precisa.

“Seguimos activos. Sabemos que esto es un problema que afecta a todo el mundo sin distinción. Queríamos aportar nuestro granito de arena”, concluye Alastrué, quien asevera que lo mejor cuando acaba el día es ver que “lo poco que tú haces sumado con todo lo que hacemos entre todos, se convierte en mucho amor”.