Un regular de Melilla auxilia a dos mujeres heridas en un accidente en la A-7 en El Ejido

El cabo del Ejército de Tierra atendió a una menor con ansiedad y una brecha en la cabeza y a su madre, atrapada, antes de ser rescatada por los bomberos

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Así quedó uno de los vehículos tras el siniestro.
Así quedó uno de los vehículos tras el siniestro. / D.A.

Un cabo del el Grupo de Regulares 52 de Melilla del Ejército de Tierra prestó una asistencia fundamental la noche del domingo en un accidente de tráfico ocurrido en la A-7, a la altura del kilómetro 812, en el término municipal de El Ejido. El siniestro, un choque por alcance entre dos turismos, dejó al menos dos personas heridas, una de ellas atrapada en el interior de su vehículo, y obligó a intervenir a los servicios de emergencia, incluidos los bomberos, el 112, la Guardia Civil de Tráfico y los sanitarios del 061. El militar, que se dirigía hacia Almería desde Motril tras unos días de descanso, se encontró con el accidente alrededor de las 22:00 horas del domingo, cuando apenas le quedaban veinte minutos para llegar a su destino.

Al observar luces de emergencia a unos 300 metros, redujo la velocidad y, al aproximarse, comprobó que había dos vehículos accidentados detenidos en el arcén derecho. Actuó de inmediato. “Vi que dos personas se estaban colocando los chalecos reflectantes. Me detuve en la mediana, porque la situación requería actuar rápido y con seguridad”, explica el cabo primero. Al acercarse a pie, comprobó que en uno de los coches, el que había provocado el alcance, viajaban tres personas que se encontraban ilesas. El segundo coche, el que recibió el impacto trasero, tenía dos ocupantes: una mujer al volante y su hija adolescente. Ambas presentaban heridas. La madre estaba atrapada en el asiento del conductor, sin posibilidad de abrir la puerta. Tenía una laceración considerable en la parte occipital del cuero cabelludo (zona posterior de la cabeza) y precisó la intervención de los bomberos para su liberación.

Un cabo primero del Ejército destinado en Melilla auxilia a las heridas de un accidente en la A-7 en El Ejido

Su hija, también herida con una pequeña brecha en la cabeza, sufría una crisis de ansiedad severa. Fue entonces cuando la formación sanitaria del militar resultó decisiva.“Fui uno de los primeros intervinientes y el primero con formación sanitaria. Tras verificar que los ocupantes del coche que había causado el accidente estaban bien, me dirigí directamente al vehículo alcanzado. Activé el 112 y comencé la valoración primaria de las víctimas, aplicando los protocolos básicos en este tipo de situaciones”. A la llegada de los servicios de emergencia, el cabo primero transmitió el estado clínico de ambas ocupantes.

Al haber en ese momento una sola ambulancia y necesitarse prioridad para la evacuación de la mujer atrapada, los sanitarios facilitaron al militar material para atender a la menor. Él mismo la trasladó con cuidado hasta la mediana, donde tenía estacionado su vehículo, para alejarla del foco del accidente y facilitar el trabajo del resto de profesionales. “La chica estaba muy alterada. Le hice un vendaje en la cabeza y empecé a aplicar técnicas de control de la ansiedad para que se tranquilizara. Quería cruzar corriendo la autovía para ver a su madre, pero era peligroso. La mantuve conmigo mientras le hablaba, intentando calmarla”. La intervención duró cerca de cuarenta minutos, hasta que los equipos de emergencias terminaron de evacuar a los heridos y aseguraron la zona.

Siguiendo las indicaciones del equipo de Atestados de la Guardia Civil, el militar abandonó el lugar tras preguntar si debía aportar sus datos, algo que los agentes le indicaron que no era necesario. Agradecieron su colaboración. “Solo hice lo que debía”, resume el cabo primero, que prefiere mantenerse en el anonimato. “Nuestra formación está para eso, para saber actuar en frío, valorar a las víctimas y colaborar con los servicios de emergencia hasta donde nos permitan. No somos héroes, solo tenemos las herramientas y la preparación para intervenir cuando toca”. El suceso provocó retenciones puntuales en el tramo afectado, pero pudo resolverse sin consecuencias graves gracias a la rápida respuesta de los ciudadanos, del personal de emergencias y, de forma especial, por la asistencia experta del cabo primero.

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