Calar Alto y el grito por un cielo limpio: “Esto no es un espectáculo”

El observatorio denuncia el impacto de la reentrada de basura espacial y pide mayor regulación internacional para atajarlo

Vídeo: Restos humanos cruzan el cielo de Almería a bordo de basura espacial de SpaceX

Miles de objetos giran alrededor de planeta tierra, algunos de ellos generando basura.
Miles de objetos giran alrededor de planeta tierra, algunos de ellos generando basura. / DDA

La pasada madrugada del 24 de junio, una luz incandescente cruzó el cielo del sureste peninsular, visible desde distintos puntos de Almería. El fenómeno, que muchos confundieron con un meteorito, fue en realidad la reentrada en la atmósfera de la segunda etapa de un cohete Falcon 9, lanzado por SpaceX dentro de la misión Transporter-14.

El suceso ha sido documentado por el Observatorio Astronómico de Calar Alto, ubicado en Gérgal (Almería), que grabó el paso del objeto a las 00:15 UTC y ha publicado un comunicado crítico en sus redes sociales, denunciando el deterioro del cielo nocturno por basura espacial.

La misión Transporter-14, lanzada el 12 de junio desde Cabo Cañaveral, puso en órbita alrededor de 70 objetos, entre ellos pequeños satélites y cápsulas funerarias con cenizas humanas y muestras de ADN, parte de servicios ofrecidos por empresas privadas del sector espacial.

Según Calar Alto, lo ocurrido es un ejemplo claro de cómo el auge de lanzamientos con fines comerciales y conmemorativos está contribuyendo a la saturación orbital y a una forma creciente de contaminación astronómica que afecta tanto a la investigación científica como al disfrute cultural del cielo.

"Esto no es un espectáculo. Esto no embellece el cielo", afirma el observatorio. "El cielo debería estar lleno de estrellas, no de restos".

En los últimos años, el número de objetos artificiales en órbita se ha multiplicado. Solo SpaceX ha lanzado más de 6.000 satélites Starlink desde 2019, y empresas como OneWeb o Amazon (con su proyecto Kuiper) planean constelaciones de miles de unidades más en la órbita baja terrestre (LEO).

El resultado es un entorno espacial cada vez más congestionado, donde los riesgos de colisiones, fragmentación y reentradas no controladas van en aumento. La Agencia Espacial Europea estima que hay más de 36.000 objetos mayores de 10 cm orbitando la Tierra, además de cientos de miles de fragmentos menores.

En paralelo, instituciones científicas como la Unión Astronómica Internacional (IAU) han mostrado su preocupación por el impacto de esta proliferación de satélites en la observación astronómica. Las trayectorias de los satélites suelen interferir con los telescopios ópticos, generando líneas brillantes o reflejos que alteran las captaciones de imagen.

En el caso concreto de Calar Alto, esta contaminación afecta a sus instrumentos científicos, como el telescopio de 3,5 metros, uno de los más potentes de Europa continental, y a los programas de vigilancia del espacio que desarrollan en colaboración con otras agencias.

La ausencia de una regulación internacional efectiva sobre el volumen, la frecuencia y la naturaleza de los lanzamientos espaciales es otro de los puntos que preocupan a los expertos. Actualmente, el control queda en manos de las agencias nacionales y las propias empresas.

El fenómeno registrado en Almería ha reabierto también el debate sobre el uso simbólico y comercial del espacio. Enviar cenizas humanas al espacio, como parte de servicios funerarios orbitales, no es ilegal pero no está regulado de forma específica por tratados internacionales.

Calar Alto considera urgente que se abra un debate público y político sobre la protección del cielo nocturno como patrimonio natural, científico y cultural. Recuerdan que no se trata solo de la observación astronómica, sino también de la conexión simbólica que la humanidad mantiene con el cosmos.

En su comunicado, el observatorio invita a la sociedad a reflexionar sobre qué espacio queremos: uno orientado exclusivamente al beneficio económico de unos pocos, o uno gestionado como un bien común global, con límites y normas claras.

El caso del Falcon 9 no es aislado. En 2021, otra etapa de un cohete de SpaceX cayó sobre el noroeste de Estados Unidos. En 2022, restos de un cohete chino Long March 5B impactaron en el Índico. Las reentradas no controladas se están convirtiendo en eventos frecuentes.

Por ello, instituciones científicas de todo el mundo coinciden en reclamar un marco legal internacional actualizado que defina normas de sostenibilidad y responsabilidad en el uso del espacio exterior.

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