Hay quien se siente sensibilizado y atemorizado por las consecuencias del cambio climático. En los medios, quizás, se presta mayor atención a la pérdida de placas de hielo en los polos. Pero las consecuencias van mucho más allá y ya se pueden apreciar en Almería, una franja eficazmente potencial para el estudio del cambio climático por muchos motivos. Es la única zona semidesértica de Europa, así que se puede estudiar con mayor precisión el avance del marrón sobre el verde. Por ello, una buena cantidad de proyectos se han fijado en la provincia para desarrollar su teoría y práctica.

El acceso a tal información se realiza a través de códigos QR que se encuentran señalizados sobre postes de madera a lo largo de los senderos.

En marcha, hasta el 2020, se encuentra el proyecto Life-Adaptamed, que tiene como objetivo, desarrollando trabajo de campo, atenuar los efectos negativos del cambio climático y desde inicios de 2018 se desarrolla el proyecto CO-ADAPTA, que tiene como finalidad desarrollar procesos de aprendizaje social y coproducción de conocimiento para la conservación del azufaifar (Hábitat Prioritario 5220) y de los servicios que provee frente al Cambio Climático. Es promovido por el Centro Andaluz para la Evaluación y Seguimiento del Cambio Global (CAESCG) de la Universidad de Almería, con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Fundación Biodiversidad.

Lectura de información mediante códigos QR.

Para realizar el proyecto se constituyó una comunidad de práctica formada por investigadores, gestores y actores sociales. Entre las actividades previstas se han llevado a cabo unas jornadas de transferencia multi-direccional y tres talleres basados en el trabajo colaborativo entre ciencia, gestión y sociedad. Como resultado del proyecto se pretende avanzar en el conocimiento que tenemos del azufaifar y difundirlo a la sociedad para su puesta en valor; identificar prioridades de investigación, necesidades de gestión y demandas sociales relacionadas con la conservación del azufaifar; establecer colectivamente un catálogo de estrategias de colaboración para la conservación del azufaifar; y, finalmente, diseñar conjuntamente una “Ruta de Cambio Climático” en torno al ecosistema del azufaifar señalizada con recursos de realidad aumentada para que pueda ser utilizada como alternativa turística por los empresarios del Parque Natural Marítimo-Terrestre Cabo de Gata-Níjar.

Allí también se pueden conocer servicios y beneficios de los azufaifos como plantes dominantes del ecosistema.

La ruta permite conocer la problemática asociada al cambio climático en la zona semiárida almeriense y poner en valor los hábitats de azufaifos. Incluye los itinerarios Norte y Sur, de ida y vuelta por el mismo sendero, de baja dificultad que permiten visualizar aspectos claves para comprender el efecto del cambio climático sobre los ecosistemas semiáridos que dependen del agua subterránea. Ambos se complementan en la información que ofrecen a través de diversos hitos, puntos de información donde se puede descargar información adicional.

El acceso a tal información se realiza a través de códigos QR que se encuentran señalizados sobre postes de madera a lo largo de los senderos. También se puede acceder a través de un folleto informativo. Algunos de estos hitos contienen recursos de realidad aumentada, que requiere la instalación de una aplicación gratuita adicional.

El itinerario Norte comienza en el Centro de Visitantes de Las Amoladeras. Allí también se pueden conocer servicios y beneficios de los azufaifos como plantes dominantes del ecosistema. Tiene seis hitos desarrollados para comprender la importancia del azufaifar.

El itinerario Sur arranca junto a la torre vigía de Torregarcía y tiene el objetivo de ayudar a comprender el efecto del cambio climático sobre el paisaje árido.

“El alargamiento de las estaciones calientes en Almería y sus consecuencias es algo que se sale de lo común. No hemos hecho análisis formales en los últimos años, pero en otras ocasiones que habíamos analizado series temporales sí que observamos cambios. Hay un retraso del otoño y un adelanto del verano. Las temperaturas altas se alargan tanto hacia los primeros meses del año como a los finales”, explica Javier Cabello, investigador y profesor de Ciencias Medio Ambientales de la UAL.