Almería

El canto del perdigón 'despierta' al municipio

  • El pueblo acogió ayer el XVIII Campeonato Provincial de Perdiz con Reclamo Quince cazadores de toda la provincia se dieron cita en la Escuela de Empresas

El característico canto de las perdices se convirtió ayer domingo en la particular banda sonora de Abrucena. El municipio acogió el XVIII Campeonato Provincial de Perdiz con Reclamo que congregó a quince cazadores de todos los rincones de la provincia como Lubrín, Roquetas de Mar, Cuevas del Almanzora o la propia Abrucena con el objetivo de conocer qué pájaro es el mejor a la hora de atraer a otros semejantes con ese canto desgarrado, salvaje, efusivo y ronco.

Dos jueces fueron los encargados de puntuar el arte del reclamo de este pájaro que cada vez cuenta con más adeptos, no en vano Almería es la provincia española con más licencias en esta especialidad con más de 16.000 explicaba a este periódico, Víctor Manuel López, delegado provincial de la Federación Andaluza de Caza.

La actividad, que se celebró en la Escuela de Empresas comarcal de Abrucena congregó también a un numeroso público deseoso de conocer y ver en acción a la perdiz durante el reclamo. El alcalde de la localidad, Juan Manuel Salmerón, señalaba durante la prueba que "vamos a trabajar para organizar en el futuro el Campeonato Andaluz o Nacional ya que según me han comentado desde la organización, tenemos buenas instalaciones para ello".

La prueba, a priori sencilla, tiene un importante componente tecnológico y una carga emotiva que la respalda. Para comenzar se coloca a a una perdiz macho enjaulada sobre un montículo de piedras a un metro de altura. A partir de ese momento el pájaro tiene cinco minutos para empezar a cantar y si no lo hace queda descalificado. Los dos jueces encargados de dirigirlo todo se parapetan en una tienda de campaña camuflada a unos 20 metros del animal con equipos de sonido "que nos permiten escuchar hasta su respiración", explica Víctor Manuel López. Además, un cámara se encarga de grabar todo lo que acontece y retransmite la imagen a una gran pantalla ubicada en uno de los salones de la Escuela de Empresas de Abrucena en la que se agolpan todos los cazadores y los espectadores que siguen sin pestañear todos los movimientos de los animales.

Tras iniciar el canto, los jueces introducen a través de un tubo que desemboca junto al montículo a otra perdiz macho. Y ahí comienza la verdadera competición ya que la perdiz enjaulada debe engatusar a la otra para iniciar un combate dialéctico, signo inequívoco de que es un buen ejemplar para el reclamo. Es en ese momento, cuando el cazador tiene la oportunidad de disparar a la perdiz y finalizar la prueba.

Los dos primeros clasificados fueron Juan Ortiz de Abrucena y Manuel Martínez de Lubrín -que quedó en primera posición el año pasado-. Ambos participarán dentro de dos semanas en el campeonato andaluz que se celebrará en Sevilla.

Para finalizar la competición, tras una mañana intensa de cantos, reclamos y el frío como testigo, todos los participantes degustaron un arroz, eso sí, sin perdices.

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