El carillón de la Plaza Vieja vuelve a entonar el Fandanguillo de Almería
Las obras de rehabilitación recuperan el reloj y su melodía
Suena cada 15 minutos y ya hay vecinos cansados del 'soniquete'
En el frente de la torre central, rematada con una cúpula, permanece todavía oculto a la vista el carillón de la Casa Consistorial, pero aunque las manecillas del reloj no puedan verse, el sonido evidencia que las obras de rehabilitación han recuperado el mecanismo y, con él, la tradición. Desde hace unas dos semanas suena el Fandanguillo de Almería, la melodía del compositor almeriense Gaspar Vivas, que parece marcar el remate de las obras correspondientes a la recuperación del edificio central. Para contento de unos, si bien no de todos, pues hay residentes en la zona que se han cansado ya de escuchar el soniquete que, entienden, machacón.
Desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche, y cada cuarto de hora, la Plaza Vieja deja volar al aire el Fandanguillo, avanzando en su melodía cada quince minutos hasta completarla. Cuando el reloj marca la hora en punto, el estribillo de la obra de Gaspar Vivas se escucha en su totalidad.
A la espera de una prevista rueda de prensa por parte de la concejal de Fomento, Ana Martínez Labella, en la que el equipo de gobierno dará a conocer los avances de esta subfase de las obras, en las que se incluye la recuperación, entre otros elementos, del reloj, así como de la cúpula en la que se encuentra el mismo junto al Escudo de la Ciudad, el Ayuntamiento apunta que, de igual modo, que puedan apreciarse quejas en las redes sociales también existen las felicitaciones.
Lo cierto es que el funcionamiento del carillón es el mismo, marcando, mediante toque de Fandanguillo, los cuartos y la hora. Desde el Ayuntamiento se asegura que el horario (de 8:00 a 24:00 horas), es el de antes y que idéntica también es la intensidad del sonido.
Todavía se desconoce si la intención del equipo de gobierno no pasa por variar, en este sentido, la tradición o es la de mantener los toques invariables con respecto a un pasado que a muchos se les ha olvidado. El reloj dejó de funcionar tiempo antes de que en 2005 fuera ordenado el desalojo del Ayuntamiento tras los primeros derrumbes en su interior. Y antes de que el carillón se quedara estático marcando con sus manecillas unas eternas dos menos cuarto, el Fandanguillo dejó de escucharse. Dicen que porque estaba rallado.
Sea como fuera, lo cierto es que es una de los primeros elementos que denotaron la necesidad de rehabilitar la Casa Consistorial. Luego vendrían el desprendimiento parcial de varias cornisas.
No hay comentarios