El 7 de mayo de 1981 tres amigos emprendieron un viaje desde Cantabria para ir a la comunión del hermano de uno de ellos en Pechina (Almería), el mismo día en el que en Madrid se producía un atentado de ETA. Dos días más tarde morían a manos de la Guardia Civil y sus familias esperan aún, 41 años después, que el Estado pida “perdón”.

Se trataba de Luis Montero García, de 33 años, natural de Fuentes de San Esteban (Salamanca) y empleado de FYESA en Boo de Guarnizo, Luis Cobo Mier, de 29 años, natural de Santander y empleado de ACERIASA en Nueva Montaña, y Juan Mañas Morales, de 24 años, natural de Pechina (Almería) y empleado de FEVE en Santander.

Ofrenda floral celebrada este domingo en Gérgal.

Tras sufrir una avería, alquilaron un coche con el que llegaron a Pechina. Sin embargo, un hombre que había coincidido con ellos en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), los reconoció como los supuestos autores del atentado -inicialmente identificados como José María Bereciartúa, José León Mazusta y Goyenechea Fradúa-, comunicándolo al instituto armado.

Francisco Mañas, hermano de Juan y portavoz de la Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición (AAVT), ha declarado a EFE que su hermano y sus compañeros ·fueron asesinados brutalmente por la Guardia Civil y esto le podía haber pasado a cualquier persona normal y les pasó a ellos”

Esa misma noche fueron detenidos en Roquetas de Mar (Almería) y comenzaron las indagaciones para identificarlos. Las familias siempre han defendido que las diligencias mostraban que no podían ser los etarras, pero el 10 de mayo fueron encontrados sus restos en un pequeño barranco de la carretera de Gérgal, dentro del automóvil, calcinados y tiroteados.

Este domingo, las familias de las víctimas realizaron una ofrenda floral en la cruz que recuerda estas muertes en el punto en el aparecieron los cadáveres.

Francisco Mañas, hermano de Juan y portavoz de la Asociación Andaluza de Víctimas de la Transición (AAVT), ha declarado a EFE que su hermano y sus compañeros ·fueron asesinados brutalmente por la Guardia Civil y esto le podía haber pasado a cualquier persona normal y les pasó a ellos”.

“La sentencia trata el caso de homicidio, es lo máximo que se pudo conseguir (…) Las víctimas fueron torturadas. Eso no se menciona en la sentencia por ningún sitio, aunque si la leemos sí podemos ver que los cuerpos estaban desmembrados, les faltaban trozos de carne, de hueso, miembros…”, afirma.

“Es una sentencia en la que se recoge el informe de varios forenses, porque el primer informe que se presentó por parte de un forense estaba pagado por la Guardia Civil y era falso. Hubo que hacer otra exhumación de los cadáveres y sacar un informe bastante concluyente. A pesar de eso (...) no se especifica ninguna tortura ni se ha juzgado a la Guardia Civil por tortura”, lamenta.

Concentración de familiares y amigos de las víctimas en Gérgal.

Las familias han constituido la AAVT para luchar por sus reivindicaciones, la primera que los muertos sean reconocidas como víctimas “del terrorismo de Estado” porque “tienen ese derecho”. “Y también reivindicamos un perdón oficial del Estado, que 41 años después no lo tenemos”, añade Mañas.

Aunque el Parlamento de Cantabria ya les ha dado esta consideración de víctimas, siguen aguardando a que pase lo mismo en Andalucía. “Los partidos de izquierdas son los que nos están ayudando, se están mojando en el Parlamento”, dice Mañas, apuntando que IU y Podemos han presentado a la Junta sendos escritos en este sentido, sin respuesta aún.

Familiares, junto a la cruz que recuerda a los fallecidos.

Precisamente, en el acto de homenaje ha participado la coordinadora provincial de IU en Almería, María Jesús Recio, quien considera que “cumplen todos los requisitos y tienen el derecho a ser reconocidos de una vez”.

“Es cierto que se han encontrado muchas trabas, pero esperemos que ya que en la sociedad civil es una reivindicación cada vez mayor, que por fin los gobiernos andaluz y nacional la reconozcan”, añade en declaraciones a EFE.

También lo ha hecho el parlamentario de Adelante Andalucía por Almería, Diego Crespo, quien sostiene a EFE que “la reivindicación es de justicia”.