A las doce de la mañana del 7 de febrero de 1989 con una gran afluencia de personas se llevaba a cabo en Chirivel el entierro de Andrés Vilches Ruiz, ex alcalde y ex párroco de este municipio fallecido en un violento y espectacular accidente de circulación ocurrido la madrugada del lunes 6 de febrero, al estrellarse frontalmente contra un árbol el vehículo que la víctima conducía.

Noticia de diario ABC del suceso.

Andrés Vilches a esa hora se dirigía a la localidad de Vélez Rubio donde residía junto a su familia y ejercía como profesor en el Instituto de Enseñanza Media. Alas doce de la mañana del 7 de febrero de 1989 con una gran afluencia de personas se llevaba a cabo en Chirivel el entierro de Andrés Vilches Ruiz, ex alcalde y ex párroco de este municipio fallecido en un violento y espectacular accidente de circulación ocurrido la madrugada del lunes 6 de febrero, al estrellarse frontalmente contra un árbol el vehículo que la víctima conducía. Andrés Vilches a esa hora se dirigía a la localidad de Vélez Rubio donde residía junto a su familia y ejercía como profesor en el Instituto de Enseñanza Media. 

Según se pudo determinar entonces, datos fundamentados en el atestado de la Guardia Civil de Tráfico, el accidente tuvo lugar en torno a las dos menos cuarto de la madrugada cuando el vehículo que conducía el exalcalde y exsacerdote, un Opel Corsa matricula AL-4725-L se salió por el margen derecho de la calzada e impactó contra un árbol en la carretera nacional 342 que une las localidades de Baza y Puerto Lumbreras a la altura del kilómetro 126.500 en un paraje conocido como “El Vivero” y situado a menos de quinientos metros del cuartel de la Guardia Civil de esta localidad. Andrés Vilches había nacido en María y en el momento de su muerte había cumplido los 48 años de edad, viajaba solo y llevaba colocado el cinturón de seguridad. Unos treinta minutos del fatal accidente  antes había estado reunido con unos amigos, manifestándoles su intención de dirigirse hasta Vélez Rubio.

El exceso de velocidad, somnolencia o cualquier otra cosa incidió fatalmente en el accidente.Conocido lo ocurrido fue atendido por un medico de la localidad quien tras una primera atención médica, dado su grave estado, ordenó su inmediata evacuación en ambulancia hasta el Hospital Comarcal de Baza. A mitad del recorrido-el hospital se encintraba a unos treinta kilómetros de distancia- Vilches ya iba en la ambulancia en estado agónico falleciendo poco antes de las tres de la mañana,  ingresando cadáver en la Unidad de Urgencias del hospital bastetano. Andrés Vilches, concejal independiente del ayuntamiento de Chirivel, recibió el mayor impacto en la región torácica destrozándole los pulmones, según informó en su día a los medios de comunicación la doctora Del Águila que fue la primera sanitaria que lo atendió. La victima no pudo recuperar el conocimiento y en dos ocasiones llegó a perder el pulso mejorándose levemente tras practicarle masajes cardiacos e inyectarles los fármacos adecuados para su preanimación al encontrarse afectado de una intensa hemorragia interna.

 La capilla ardiente instalada en su domicilio de Chirivel fue un hervidero de personas. Los vecinos lo apreciaban y en su gran mayoría coincidían en que se trataba de un hombre bueno, con sus defectos y virtudes que hizo mucho por Chirivel. El nombre de esta persona ya saltó a los periódicos el 6 de  marzo de 1987 en un desagradable incidente siendo alcalde por las filas del PSOE, al ser supuestamente secuestrado y golpeado por el comandante de puesto de la Guardia Civil de Chirivel, el cabo 1º Francisco Nadales. y el guardia Antonio Ruiz al ser interceptado en plena calle frente a su domicilio y después llevarle a un descampado en donde fue brutalmente agredido y vejado. Este hecho fue denunciado en el juzgado de Instrucción número 1 de Huércal Overa. El abogado Darío Fernández asumió la defensa de Vilches solicitando a la Audiencia Provincial de Almería el ingreso en prisión de los dos agentes de la Benemérita por los delitos de atentado, lesiones y detención ilegal.

El mismo día del suceso el gobernador civil de Almería ordenó la inmediata retirada del servicio de Nadales y Ruiz, su traslado y la suspensión provisional de sus funciones.Conocido el incidente- sin que se determinaran fehacientemente las causas- fueron cientos las personas que se manifestaron apoyando al alcalde, cortando el trafico rodado durante una hora en la carretera Murcia-Granada y posteriormente concentrarse ante el cuartel de la Guardia Civil con gritos de desaprobación por la actitud de estos dos miembros de la Benemérita quienes de inmediato habían sido apartados del servios y trasladados de urgencia a otras localidades españolas al tiempo que la Jefatura de la Guardia Civil de Almería con el comandante Miguel Garrido a la cabeza como instructor  iniciaba un expediente para conocer puntualmente y pormenorizadamente todos los detalles de esta disparatada agresión. 

Tras el incidente se dispararon los rumores sobre los futuros destinos de estos dos guardias civiles y en Turre y Berja las respectivas autoridades municipales mostraron su desacuerdo a que fuesen destinados a estos municipios. En Berja el asunto se trató hasta en un pleno municipal. El alcalde de Turre, Francisco Sánchez Haro anunció que reuniría a la corporación municipal para mostrar su desacuerdo ya que en este municipio había una plaza vacante de motorista de Trafico. Vilches tras su paso por el Partido Socialistas Obrero Español se presentó en las elecciones municipales de 1986 por un grupo Independiente. Fue párroco hasta 1983, en que fue suspendido de sus tareas eclesiásticas a raíz de su elección como alcalde. Ganó en las urnas pero no obtuvo mayoría absoluta.

Tras un año de difícil gobierno, la oposición del PSOE y de Alianza Popular consiguieron arrebatarle el sillón presidencial del ayuntamiento de Chirivel. Desde entonces, el ex alcalde mantuvo su concejalía aunque se dedicó con más intensidad a su labor docente en el Instituto de Vélez Rubio. Vilches no tuvo reparos en denunciar ante la opinión pública sobre la existencia de una operación de acoso a su persona por parte de la oposición municipal. Las discrepancias surgieron porque tanto aliancistas como socialistas se opusieron a que el cura-alcalde percibiera mensualmente 120.000 pesetas por su dedicación exclusiva al consistorio.

Presuntamente, siendo alcalde fue secuestrado por un comandante de la Guardia Civil

Andrés Vilches fue un hombre que despertó en el pueblo grandes pasiones. Eran muchos los que lo admiraban y muchos los que tenía en contra , aunque era uno de los alcaldes almerienses que gozaba de mayor popularidad por su carácter extravertido, no exento de buen humor.En 1983 accedió a la alcaldía como militante del PSOE. El obispado le prohibió ejercer como párroco, por lo que el nuevo alcalde dejó de percibir los emolumentos de sacerdocio. También abandonó su puesto como profesor de filosofía y letras en el instituto cercano de Vélez Rubio.

La corporación municipal aprobó un sueldo de 100.000 pesetas para el nuevo alcalde. Se criticaba que Vilches siempre estaba rodeado de mujeres a la hora de trabajar. En el comité provincial de su partido se le consideraba un innovador por su interés en mantener una equiparación de posibilidades entre hombres y mujeres. Y quizá por esta actitud en más de una ocasión se había ganado algunas críticas.Y aunque no tiene nada que ver salvo la condición de sacerdote, recordamos aquí brevemente un caso donde la Benemérita y un cura fueron protagonistas, pero en esta ocasión el “malo” llevaba hábitos. Se trata de un escueto comunicado: Un sacerdote de 52 años de edad, vecino de la barriada de Palomares de Cuevas del Almanzora fue detenido por la Guardia Civil la mañana del 9 de marzo del año 2000 como presunto autor de diversos robos ocurridos en la zona, según informaron en su día fuentes próximas a la investigación. Simple anécdota.