Un chumbero que ofrece su poesía con cada pieza de fruta que vende

Rafael Espinosa, nacido y residente en Tabernas, acumula ya cinco años dedicándose a la venta ambulante de esta fruta · Le gustaría tener la posibilidad de que sus versos llegaran a la gente

Un chumbero que ofrece su poesía con cada pieza de fruta que vende
Francisco Maturana / Almería

21 de agosto 2011 - 01:00

La costumbre de vender higos chumbos es muy representativa y recurrente en las calles de Almería en estas fechas estivales que es precisamente cuando se recoge esta fruta.

A comienzos de verano los vendedores de chumbos comienzan a colocarse en lugares estratégicos de la vía para intentar vender esta fruta tan popular sobre todo, entre los más mayores.

El burro con el que antiguamente se dedicaban estos chumberos a transportar sus higos chumbos y llevárselos de un lado para otro, ha dado paso a los vehículos a motor; ya sean furgonetas, coches o, como el caso de Rafael Espinosa, su "Quinqui", una moto que el mismo ha adaptado para poder transportar cada mañana esos cubos repletos de higos chumbos desde Tabernas, donde el reside, hasta la capital: "mi Quinqui me costó 1.500 euros y ha sido, sin duda, mi mejor inversión. El problema es que luego me gasté otros 1.000 euros en celebrar la compra que creo yo, me podían haber servido para comprarme otra mejor".

A este chumbero se le puede ver desde hace cinco años en el mismo punto de venta en la calle, que está en Rambla Obispo Orberá haciendo esquina con la Calle Javier Sanz, lugar que eligió porque a pesar de haber vendido también en "mercados ambulantes terminé dejándolo porque no me gustaba como las señoras mayores que iban allí no paraban de regatearme con los precios y aquí, por lo menos, estoy todo el día a la sombra y veo mujeres guapas pasar durante todo el día".

Rafael Martínez recorre cada mañana con sus cubos los campos Tabernas en busca del género que luego venderá en la calle: "puedo decir que soy de los pocos que vende el género fresco, del día". Pero de lo que sí presume es de como pela esta fruta: "soy el único de Almería que no se pone guantes para pelar los chumbos"

Este chumbero en ocasiones también vende otros alimentos a parte de los higos chumbos como: aceitunas, almendras y otros que puede ir recogiendo por los campos silvestres del municipio tabernero. Además, y en este caso por encargo, también vende aceite de oliva de la zona.

Pero sin duda, la peculiaridad que diferencia a este chumbero con respecto a los demás es su poesía, la que puede leer cualquier persona que se acerque a comprarle.

Sus poemas hablan de sus chumbos y de flores, las que en ocasiones también vende: "tengo mucho interés en que se conozca mi poesía y por eso, tengo este cartel donde se pueden leer estos versos para así, todo el que me compre alguno chumbo también esta rá comprando mi poesía".

Pero Rafael, quien siempre ha tenido vocación por este arte a pesar de que como el mismo reconoce "nunca he leído pero hablo y escribo de lo que pienso y entiendo", tiene en su haber un libro que recopila 80 de ellas bajo el nombre: Verdades del chumbero, obra que presentó en Diputación para un concurso por el que pudo ganar 18.000 euros, pero finalmente no hubo suerte.

Este dinero le habría venido muy bien, ya que lleva más de cinco años sin trabajo y tiene que depender de su venta ambulante para salir adelante . Por eso, su indignación tanto al gobierno como al resto de políticos, también tengan cabida dentro de sus versos: "el Zapatero no me da ni una peseta, ya no tengo paro y tampoco me dan ninguna ayuda ni nada por el estilo. El dinero parece que se lo dan entre ellos. Además tengo una poesía/ fábula, similar a la del zorro y el águila con el queso, que va dirigida a los políticos y sobre todo al actual Presidente del Gobierno".

A punto de divorciarse pero "por suerte para mí no tengo ningún chiquillo", a Rafael sólo le preocupa ir saliendo adelante. Pero sin duda, uno de sus sueños sería que la gente "conociera mi poesía. He pensado emplear algo para intentarlo pero es muy difícil vender papel en la calle".

Sus problemas con la policia se pueden contar con cuentagotas y exceptuando un par de ocasiones muy puntuales en las que ha tenido que abandonar su puesto por petición expresa de las autoridades, no suele contar con sobresaltos durante su jornada que últimamente: "acabo sobre las una del medio dia. Traigo cuatro cubos llenos de chumbos y por suerte, los estoy vendiendo todos".

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