La ciudad a vista de gárgola

Vestigios del medievo en la provincia Historia en los edificios antiguos.

En la provincia no son habituales, siendo las más destacadas las del castillo de Los Fajardo en Vélez Blanco. La capital cuenta con originales en la Catedral, están deterioradas por el paso del tiempo

La ciudad a vista de gárgola
La ciudad a vista de gárgola
Berta F. Quintanilla / Almería

16 de junio 2010 - 01:00

Pese a que son auténticas obras de arte, los expertos resaltan la fealdad de las mismas. Sólo a nivel estético. Pero tenía una explicación. En el medievo español, las gárgolas eran construidas fundamentalmente en los templos góticos para repeler, entre otras funciones, a los malos espíritus gracias a un rostro monstruoso, cabalgando entre lo animal y lo humano.

Las catedrales del centro de la península están plagadas de ellas. Toledo, Burgos o León se mueven entre los albores del siglo XIII. No obstante, al bajar al sur y más concretamente a Almería, el número de ellas desciende de modo considerable.

Hay elementos que llevan a la confusión. Una gárgola, además del componente decorativo, servía para desaguar el agua de los tejados en los edificios en caso de lluvia, para que al caer, el chorro no erosionara la superficie. Por eso son grandes, como las de Notre Dame en París, y suelen sobresalir bastante. En la ciudad, casos así se dan en la Catedral. El profesor de Historia del Arte de la Universidad de Almería y apasionado de estos elementos arquitectónicos, Alfredo Ureña, fecha en el siglo XVI, del periodo del gótico tardío, las que observan desde la altura, la plaza catedralicia. Destaca que están muy deterioradas, por el paso del tiempo, y que debido a ello en estos momentos es muy complejo realizar una valoración estética o artística. "La cantería es de alta calidad", asegura. "En la provincia, el tema de las gárgolas es complicado, desde un punto de vista estricto, están a caballo entre lo escultórico y lo ingenieril, en el medievo eran para ornamentar, decorar", dice. Quedaba feo el canalón. Y cuando de construir una catedral gótica se trataba, cuidaban hasta el último detalle.

Otro de los edificios que llaman la atención a los ciudadanos, cuando miran al cielo, es el de la Escuela de Artes. También tiene sus años de antigüedad y también cuenta con elementos decorativos de interés. Tienen un agujero en la zona de la boca, lo que supone que podría tratarse de gárgolas. "En este caso no son góticas, sino renacentistas o barrocas", señala Ureña que las describe como "una representación más tardía de los mismos objetos". Con forma de mascarón humano, están datadas entre los siglos XVI y XVII. "Llevan una función similar, al parecer, por eso son interesantes". De mucho interés tanto para él como para los eruditos de este tipo de figuras, son las que se encontraron en el castillo de Los Fajardo de Vélez Blanco, donde las mismas "son espectaculares porque hay que tener en cuenta que es uno de los edificios con más prestigio de España". Lo que sucede, según el profesor, es que algunas de ellas están en Nueva York, como algunos de los elementos estructurales de la fortaleza. "Tenían formas muy simpáticas, eran muy interesantes, en casi todos los casos eran de personas y me da pena porque en la actualidad están algo perdidas".

Podría parecer que quedan en ello, pero no obstante, existen elementos ornamentales que se encuentran en diversos edificios y que siguen la misma línea de estilo que las gárgolas. En el Archivo Histórico, las que aparecen son de ornamento. "Únicamente clasifico como gárgolas las que tienen función de desagüe y ornamental al mismo tiempo", asegura Ureña. Por eso, éstas no se encuentran definidas en este aspecto.

En el teatro Cervantes o en la iglesia de San Sebastián, como asegura el cronista Antonio Sevillano, también aparecen algunas.

Las gárgolas observan la ciudad desde su silente mirador en la Catedral. Desde su trono de piedra, dejando a sus espaldas siglos de historia. Y siguen allí, mirando la ciudad día tras día. Unos ojos diferentes. Se trata de la inconfundible vista de gárgola.

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