Los comercios de calle Marchales llevan un mes perdiendo clientes
Creen que el excesivo polvo es evitable Esperan que las obras no excedan lo previsto
El Ayuntamiento de Almería, a través del Area de Fomento y Servicios Ciudadanos, comenzó hace un mes los trabajos de mejora en la calle Marchales y otras vías adyacentes del barrio de Los Angeles. Desde entonces los vecinos y comercios de la calle están sufriendo algunas molestias que podrían evitarse por parte de los encargados de la obra.
Según indicó el Ayuntamiento, este proyecto contempla la sustitución de las redes de abastecimiento de agua y pluviales, así como la sustitución de la red de saneamiento y la realización de nuevas canalizaciones para energía eléctrica y la renovación completa del alumbrado público. Además, se ha previsto nueva señalización vial vertical y horizontal y la dotación de mobiliario urbano.
En general, los vecinos de la zona están contentos con los trabajos que se están realizando porque consideran que eran necesarios, a pesar de aguantar "las molestias normales de una obra" tales como la dificultad del tránsito por las aceras, el desvío necesario de los conductores y que algunas veces cortan el agua de la zona. Los comerciantes tienen además otras preocupaciones. No sólo han disminuído las ventas y las consumiciones debido a que los clientes transiten menos la calle, sino que han sufrido las molestias de las polvaredas que levantaban las máquinas de la obra.
Los días de viento fueron más duros. La tierra se ha colado en los establecimientos y ha estropeado materiales y mercancías, equipos informáticos y hasta las cerraduras de las tiendas. En una de las cafeterías resulta imposible que sus asiduos disfruten de la terraza con normalidad.
Para todos los propietarios, la limpieza se ha convertido en una engorrosa tarea que necesitan llevar a cabo a cada momento para procurar el bienestar de sus clientes, pero les resulta inviable de mantener. Esta molestia podría verse un tanto aliviada si los obreros regaran agua en la tierra donde realizan el trabajo, según han declarado los vecinos, que en este tiempo se han quejado en varias ocasiones al jefe de obra, pero que, según la versión de los afectados, les alegaba que no se podía introducir un camión de agua en la calle. El responsable de los trabajos no ha querido dar ninguna explicación a este periódico, pero los vecinos creen que esta dejadez se debe al interés económico de ahorrar ese gasto en el presupuesto de la obra.
Por esto, varios afectados acordaron realizar una queja conjunta a la policía nacional, que se personó para comprobarlo. La reclamación fue transmitida a la Concejalía de Fomento y Servicios Urbanos que les recordó a los obreros que debían llevar a cabo esa labor de echar el agua durante las obras y, tras un mes de espera, comenzaron a hacerlo durante esta semana.
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