"El compañerismo entre los reservistas voluntarios es una sensación increíble"
Casilda Martínez volvió a jurar Bandera 16 años después de finalizar su compromiso con el Ejército del Aire "para aportar mis conocimientos en la defensa de mi país y compartir una solidaridad única"
"La única respuesta que encuentro cuando me pregunto cómo se me ocurrió la idea de volver al Ejército es, simplemente, porque lo echaba de menos". Cuando Casilda Martínez Suárez finalizó en 1998 su compromiso con el Ejército del Aire en la Base Aérea de Gando, en Canarias, decidió no renovarlo para emprender otras actividades en la vida civil, pero 16 años más tarde volvería a jurar Bandera. "Un día, viendo la página soldados.com tropecé con la figura de los reservistas voluntarios, algo que no había oído nunca, y me pregunté: ¿Qué demonios es esto de ser militar por un período temporal y luego seguir siendo civil? Me sentí interesada por volver a la vida militar durante un determinado tiempo y en caso de necesidad ser activada y poder aportar mis conocimientos para algo tan importante como la defensa de tu país".
Pese a su experiencia y estudios en la licenciatura de filología inglesa, no obtuvo plaza como oficial sino como suboficial pero sí eligió el período para realizar la formación básica que todo aspirante debe cumplir para poder llegar a ser reservista, con una duración de 15 días y el aprendizaje de materias como topografía, ordenanzas, normativa y régimen disciplinario militar, armamento o defensa activa, entre otras.
"La sensación que tuve cuando me comunicaron desde la Subdelegación de Defensa que me habían admitido para ser soldado profesional volvía a repetirse con una mezcla de alegría, orgullo, tristeza y miedo por lo que se me avecinaba. Yo había decidido mi destino durante esas dos semanas y no cabía el arrepentimiento. Tenía que coger el toro por los cuernos y enfrentarme a un nuevo reto", comenta Casi recordando aquel momento.
Su llegada a la Base Aérea de Torrejón de Ardoz no fue la esperada, "muy lluviosa y muy solitaria". Con el paso de las horas fueron llegando compañeros, "unos más perdidos que otros, otros más sagaces que conocían el lugar, horarios y sitios de ocio, y otros que simplemente se dejaban llevar e intentaban disfrutar del momento. Yo tenía un poco de todos".
Tras el periodo de formación llegaría el día tan esperado por todos, la jura de Bandera. La sargento Martínez recuerda emocionadamente "los nudos de corbata que no salían, pantalones con los bajos sin arreglar, los roquisquis -las alas en el Ejército del Aire, en cuyo centro aparece la especialidad de quien la lleva puesta-, chaquetas demasiado grandes y sin planchar, camisas demasiado pequeñas, zapatos apretados y duros ...; un sinfín de situaciones que se resolverían antes de que llegara ese día que todos queríamos disfrutar como culminación a dos semanas un poco duras". Y todo fue mucho mejor de lo que Casi y sus compañeros creían, recibiendo la felicitación personal del propio capitán de la Escuadrilla y del coronel de la Base.
"Fue un acto tan emotivo que su recuerdo permanecerá eternamente en nuestras mentes y en nuestras almas. No podía creer que volviera a sentirlo otra vez y tan intensamente como la primera, pero sí, así fue y así terminaron dos semanas de formaciones, uniformidad, instrucción, marchas campales, clases y, sobre todo, compañerismo. Un compañerismo tan intenso que los vínculos creados son tanto o más importantes que los que tienes en tu vida civil, de los que no quieres desprenderte ni olvidar por nada en el mundo. Ése fue el momento en el que recordé por qué echaba de menos la vida militar: por el compañerismo y la solidaridad que se crea entre las personas que están en la misma situación a pesar de venir de diferentes sitios y con diferentes culturas. Es, simplemente, increíble y sólo por esto merece la pena probar". La sargento Casilda Martínez ocupa su actividad civil como funcionaria en la Administración del Estado mientras espera con la ilusión de una novata su activación el próximo mes de junio en la Base de Getafe, si la crisis y los recortes presupuestarios no lo impiden.
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