Encontrar caracoles en el Mercado Central de Almería se ha convertido en una misión casi imposible. Desde hace tiempo sólo queda un puesto en el que se puedan adquirir caracoles frescos. Su dueño, Manuel Sánchez, explica a Diario de Almería que, en años anteriores, la sequía disminuyó la población de estos moluscos y, en consecuencia, muchos vendedores dejaron de ofertarlos entre sus productos. Ahora, en una campaña especialmente idónea para su recolección por la abundancia hídrica, la situación es completamente opuesta.

"Las ventas han bajado notablemente porque la gente sale a recogerlos al campo, ya no hay ni que buscarlos", se encuentran a simple vista con sólo dar un paseo por zonas con abundante vegetación como los cerros que rodean las poblaciones urbanas o rurales, o municipios como San José, Berja, Campohermoso o Pulpí, que presentan un paisaje más verde que nunca este año.

Además, "la gente prefiere recolectarlos a comprarlos de cultivo (granjas de cría), porque no tienen el mismo sabor ni el mismo tamaño". En su puesto, Manuel Sánchez comercializa moluscos frescos en hibernación. Comenta que, de esta manera, los caracoles tienen más calidad y están más limpios, porque "antes de hibernar eliminan las toxinas y excrementos". Para 'despertarlos' basta con echarles agua. Si están en letargo pueden conservarse entre dos y cuatro meses. Por el contrario, los frescos son más "delicados" y tienden a durar pocos días.

El precio medio al que se cotiza cada kilogramo está entorno a los 6,50 euros.