Y concibió a Jesús hijo de Dios

Nunca hasta ahora en los veinte siglos de la era cristiana se había representado el útero de la Virgen María con Jesús de Nazaret en estado embrionario Blas Carrillo es el diseñador

1. Vista de la vidriera desde el interior de la iglesia. 2. Detalle de la vidriera con las líneas de color azul, el color de la Virgen, y células del cuerpo humano. 3. Vista completa de la vidriera en la que se aprecia a la derecha el útero con el embrión. 4. El rosetón de la fachada principal de la iglesia de Turre.
1. Vista de la vidriera desde el interior de la iglesia. 2. Detalle de la vidriera con las líneas de color azul, el color de la Virgen, y células del cuerpo humano. 3. Vista completa de la vidriera en la que se aprecia a la derecha el útero con el embrión. 4. El rosetón de la fachada principal de la iglesia de Turre.
Ricardo Alba Turre

19 de febrero 2014 - 01:00

La vidriera de uno de los rosetones de la iglesia parroquial de Turre, reproduce el corte histológico y anatómico del útero gestante de María, con embrión, tejido de placenta, líquido amniótico; así como ovario, hematíes y otras células del cuerpo humano, repartidas alrededor de toda la vidriera. Es la luz del mundo.

Blas Carrillo, médico ginecólogo con 35 años de ejercicio profesional en el hospital Torrecárdenas de Almería, criado en Turre, cristiano, católico y creyente, apasionado del arte y diseñador de la vidriera, ha querido representar la luz del mundo liberada en cristal mediante una obra artística que "ennoblece y embellece la iglesia y refleja el Theotokos, Deípara, la que dio a luz a Dios. Es una vidriera que rompe moldes". Si Picasso revolucionó el concepto de la pintura, creó un arte nuevo, para Blas Carrillo "esta vidriera es un nuevo arte religioso, es introducir materia y concepto distintos para ver que Cristo se hizo hombre a través de la gestación de una mujer y ahí está representada la aceptación de María. Entiendo que Dios se hubo de valer de un óvulo de María y ahí hubo una virginidad antes, durante y después del parto". Resulta, pues, un gran estudio de ilustración artística del dogma católico de la Perpetua Virginidad.

Como ginecólogo, Blas Carrillo reflexiona acerca de la fecundación de la Virgen: "Jesús fue engendrado de la misma naturaleza del Padre, esto nos dice el Credo de Nicea; Dios se sirvió de María, de una judía y su material genético, para que su hijo tuviese naturaleza humana y naturaleza divina". La estructura de esta vidriera es en sí misma una escultura ejecutada por el arquitecto almeriense y residente en Montevideo, Víctor García Góngora, que la define como "una obra compleja porque es una imagen diferente de la Virgen, una imagen íntima como es la Virgen en estado de gestación. El tema y el lugar donde está es un reto y hay, además, una contradicción entre un edificio del siglo XVI y una vidriera totalmente contemporánea. Es un reto que quede interesante, respetuoso y que ensalce la iglesia". El ginecólogo Blas Carrillo mantiene un lazo indisoluble con Turre. Quiere a su pueblo, "precisamente porque lo es, porque aquí se hallan enterrados mis padres y porque esta iglesia lo merece". La Luz, el color, las formas tridimensionales únicas del rosetón tienen su significado. "Las líneas de la vidriera", describe Carrillo, "son de color azul, el color de María; con los puntos rojos se ha representado la sangre de Cristo, son hematíes, además de otras células del cuerpo humano y nos desvelan la figura humana de Cristo, representado en fase embrionaria, el Verbo encarnado". Habrá quien la venere en su sentido religioso; o cautivará por la belleza singular de la siempre increíble y hermosa figura del nacimiento de la vida.

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