La conmovedora carta de Patricia Ramírez a su hijo Gabriel Cruz
"Hola Gabriel. Hoy hace un mes que te fuiste..."
Justo un mes después de la desaparición de Gabriel Cruz, su madre, Patricia Cruz, le dedica esta carta que ha hecho llegar a los medios de comunicación:
Hola Gabriel. Hoy hace un mes que te fuiste... ¡llevándote tanto amor!. Hijo
mío, si hubieses podido verlo… te has hecho el campeón del cuento, eras “CARLITOS”
y todos veían tu belleza infinita. ¿Te acuerdas de esa peli y su final?. ¿Recuerdas
cuando se te saltaron las lágrimas y dijiste “ese soy yo, ponla otra vez mamá”?.
Hijo mío me hubiese gustado tanto, tanto, tanto que hubieses sentido tanto
amor por todas partes, de gente buena donde no cabe protegerse con escudos ni
armaduras… todos reunidos ante ti con el único fin de verte sonreír de nuevo.
Amor mío escribo estas líneas y no se como seguir… hoy hace un mes que te
arrancaron de la tierra, un mes desde que mi vida no deja de tambalearse por tu
ausencia. Un mes de la más oscura maldad y pesadilla que nunca hubiese querido
que tuvieras y nunca hubieses podido tener… Afortunadamente el consuelo más
alentador es saber que te fuiste feliz y no sentiste el peso de la más injusta atrocidad
sobre ti.
Amor mío, ¿sabes que?... vi un video de la película Nemo mientras te
buscábamos… ¡ Sí de Nemo ¡. Soñaba que cuando aparecieras y lo vieras te ayudaría
a iluminar de nuevo esos ojazos de vida. ¡ Hablaban de ti Gabriel ¡ y todos los
pececitos de la peli te buscaban por tierra, mar y aire como a Nemo.
Y así fue Gabriel, te buscamos por tierra, mar y aire. Nunca podrías imaginar
el revuelo que montamos para encontrarte. Vinieron muchos policías, bomberos,
grupos de protección civil, corredores, espeleólogos, montañeros, escaladores y
miles de voluntarios a patear todas las montañas de tus siempre añoradas y bien
vividas Hortichuelas y Las Negras. También helicópteros, Gabriel, los mejores
medios a tus pies, a los de papá y míos, para que volvieses con nosotros. ¡Si vieses
con las ganas y fuerzas que te buscaban “te caerías de culo”.
¿Y sabes qué?, que aunque no te encontraron porque ya no estabas…, te
amaron ¡ tanto ¡que se olvidaron de sus vidas por unos días para entregarse a ti y a
tu eterna sonrisa.
Hoy hace un mes mi amor y todavía se mantiene esa marea de enorme amor
que has generado y surgen miles de propuestas de gente buena, como en la canción,
cuyo fin no son ellos mismos sino hacer un mundo mejor contigo como estandarte.
Te gustaría saber que todo el mundo te llama “Pescaíto” y sabe que querías
ser biólogo marino. De hecho, me han dicho que te han contratado en el cielo ¡ fíjate
sin haber terminado la carrera ya estás haciendo lo que te apasionaba ¡.
Sueño con que te estén tratando bien y estés maravillado de nadar a tu antojo
por el mar. Conociéndote seguro que ya has bajado a la llanura abisal y has
encontrado el “Megalodón”; seguro que has nadado y jugado con los delfines y les
has contado que tu ya sabías desde bien pequeñito que respiraban por el espiráculo.
Quiero imaginarme tu cara de asombro al poder ver la “Calavera Portuguesa”, a la
“Avispa de mar” y seguro que miles de medusas más que no hemos visto ni en libros
ni en documentales. Y por lo que te tengo “calao”, seguro que te las has ingeniado
para hacerte un amigo Yokai que te cante a menudo eso de “soy afable, achuchable
y super amable” que tanto te gustaba.
Espero que cuando tengas frío o salgas mojado o te marches a dormir, no
tengas reparo en pedirle a los ángeles que se nos fueron antes que te hagan un
“paquetito” y te abracen como un bebé, como a ti te gustaba. Si lo haces, ya verás
como me sientes e incluso puedes oler el cariño y la ternura que siempre me has
producido. Seguro que sientes como, desde que naciste, no he dejado de
enamorarme cada día más de ti y enorgullecerme sorprendida de cómo has ido
creciendo. No hay madre en el mundo, “cuchifrito”, que sienta más orgullo que yo de
haberte tenido y contribuir a tu grandeza.
¡ Hijo ¡, ha sido un orgullo caminar contigo estos ocho años. ¡ Me has enseñado
tanto ¡, que no tendré palabras ni lágrimas con las que pueda describirte como
hiciste que cada día quisiese ser mejor persona para criarte bien y que tu sonrisa
fuera una constante en tu vida.
¿Sabías que cuando me enfrentaba a algo que me asustaba tu eras el norte
que me hacía desplegar las velas y no dejar nunca de intentar hacerte un gran
hombre?. Esa era mi responsabilidad Gabriel, pero contigo fue, tan fácil y tan
intensamente mágico, que se derrumbaban todos los muros que nos ponían por
delante. Pasé de escuchar en mis pensamientos a Serrat con sus versos de “a menudo
los niños se nos parecen”, a la “Disciplina sin lágrimas” que tu amiga Carmen me
descubrió. Y tú te crecías cada día; asombraba ver como querías superarte y como
tus aspiraciones e inquietudes, lejos de la conducta habitual de cualquier niño, se
tornaban en “girasoles” y canto a los valientes.
¡ Ah ¡ ¿Sabes?, no te conté algo que te va a gustar. ¿Recuerdas aquella tarde,
andando por el paseo marítimo de vuelta a casa que nos cruzamos con Nadia
mientras tarareábamos ajenos a todo, “Girasoles”?. Si lo recuerdas, te gustará saber
que miles de niños y adultos cantan y ponen girasoles y luz en sus miradas cada
mañana. Son esa gente buena que no miran para otro lado y que ahora cuidan a papá
y a mamá.
A toda esa marea de gente quiero darle hoy las gracias en tu nombre por su
respeto, ayuda, desinterés, y por hacernos la vida un poco más fácil a nosotros y al
resto. Por guardar la rabia y mantener los “pescaítos” en sus corazones, haciendo
que tu marcha tenga cierto sentido.
A Almería, España y cada rincón que se ha llenado de tu amor con solo ver tu
sonrisa (¡ imagina si te hubiesen conocido ¡), a todos y todas
¡Muchísimas gracias¡
Patricia Ramírez Domínguez.
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