Almería

La mitad de las consultas del Centro de la Mujer provienen de inmigrantes

  • El centro ha pasado de recibir 4.000 visitas en 2007 a 5.200 en 2008 · La oficina se ha convertido en un crisol cultural que ofrece asesoramiento, apoyo y seguimiento a las víctimas de malos tratos

"Me pegó porque estaba la comida fría" o "no pasa nada porque estaba borracho". Son declaraciones que realizan algunas de las asistentes al Centro Municipal de Información de la Mujer de Roquetas de Mar. Este organismo, dependiente de la Concejalía de la Mujer, Empleo, Formación e Iniciativas del Consistorio roquetero, se encarga de ofrecer información y asesoramiento a las mujeres víctimas de malos tratos.

Este centro, ubicado en la Avenida de Roquetas número 96, recibió el año pasado más de 5.200 consultas. Una cifra que eleva considerablemente las realizadas en 2007, que no llegaron a 4.000. Un 48% de estas visitas que se realizaron en 2009 fueron de mujeres extranjeras. La mayoría de ellas proceden de Europa del Este (en Roquetas hay censados casi 12.000 rumanos). El gran número de visitas de inmigrantes convierten a este centro en un gran crisol cultural.

"Muchas mujeres extranjeras no sabían que hay un centro que las apoya, que las comprende, que les dice cuáles son sus derechos", asegura la concejal de este área, Dolores Ortega, que puntualiza que "algunas inmigrantes se sorprenden cuando ven que en caso de que se separen, el padre no se lleva a los niños".

Este centro no sólo está enfocado a las mujeres víctimas de malos tratos, sino que ofrece apoyo psicológico a las personas divorciadas, asesora en relaciones paternofiliales, en terapias de pareja y grupales además de realizar talleres formativos. Estos cursos suponen a veces el reclamo para que mujeres maltratadas se animen a visitar el centro. "Muchas veces las mujeres vienen con la excusa de ver los talleres, pero se percibe pronto que acuden por otra causa más grave como es el maltrato", comenta la concejal.

Cada caso de violencia de género supone un jarro de agua fría para las trabajadoras del centro. "Es lo más ingrato porque a pesar de que ponemos todos nuestros medios, te sientes impotente porque no puedes hacer más", asevera la edil del área.

Aunque no son todo malas noticias, ya que una de las mayores gratitudes que pueden recibir las empleadas es la recuperación psicológica de una maltratada.

La lacra de los malos tratos no sólo se refleja en los golpes que reciben las mujeres de los agresores, sino que lo más grave es que esta conducta se extrapole a los hijos. "Lo peor es que los niños que perciben esa situación de dominación terminen siendo igual", apostilla Ortega.

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