La continua lluvia hace presagiar un año "movido" para los alérgicos
El año pasado el servicio de Alergología del Complejo Hospitalario Torrecárdenas atendió a 4.144 personas y este año la cifra podría incrementarse
A pocos días del comienzo oficial de la primavera, las lluvias no hacen sino presagiar una dura temporada para los alérgicos al polen. La responsable de la Unidad Asistencial del Servicio de Alergología en el Complejo Hospitalario Torrecárdenas, María del Carmen Moya, asegura que, si el año pasado fue "movido", éste no se quedará atrás. Durante 2009 pasaron por las consultas de este área 4.144 pacientes aquejados de distintos tipos de alergia, algunos que presentaban sintomatología y otros ya diagnosticados, y se prevé que las cifras puedan aumentar. No obstante, aún es pronto para asegurar qué sucederá finalmente. La larga temporada de lluvias que lleva asolando a la provincia durante prácticamente todo el invierno podría provocar dos situaciones. Si deja de llover y hace una temperatura media templada como viene siendo habitual en años anteriores, aumentará la polinización y, por tanto esto afectará a los enfermos polínicos de manera acusada. Si, por el contrario, sigue lloviendo al mismo ritmo que hasta ahora (2010 es uno de los años hidrológicos más importantes desde hace décadas), el polen bajaría al suelo y la floración no causaría demasiados estragos, ya que "la lluvia no permite que las flores completen su ciclo", explica la alergóloga.
En la provincia las plantas que causan más problemas son las gramíneas y las silvestres como la Artemisa, el Chinopodio y la Salsola.
Desde hace décadas se viene observando un "aumento importante" de cuadros alérgicos de distinto tipo, sobre todo en Occidente, y la "tendencia sigue en alza", explica la experta. Las causas se desconocen. Se especula con la contaminación, el cambio en las conductas alimenticias, el aumento del número de mascotas en los hogares, o el aislamiento de los domicilios para ahorrar energía cuando se enciende la calefacción o el aire acondicionado. Además, a esto se añade la "hipótesis de la higiene", según la cual el aumento del uso de antibióticos conduce a un menor número de infecciones y provoca una desviación en el sistema inmunológico desviándolo hacia respuestas de tipo alérgico.
Así las cosas, a los diagnosticados de alergia sólo les queda mirar al cielo y esperar a verlas venir, acatando las medidas oportunas para evitar, en la medida de lo posible, el contacto con las sustancias polínicas o demás agentes.
Entre los consejos que cita la doctora Moya se enumeran: seguir el tratamiento prescrito por el médico, disminuir la exposición evitando las salidas al campo, viajar con las ventanillas del coche cerradas, evitar circular en bicicleta o en moto, y utilizar gafas de sol. Además, se recomienda estar alerta y consultar al experto cuando se presenten los síntomas ya que, con frecuencia, se pueden confundir con un catarro común. Los estornudos, mucosidad, lagrimeo y el picor de ojos son propios de ambas patologías, si bien se puede distinguir una alergia "por la repetición periódica en la misma época del año" y porque no presenta fiebre.
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