Contratos y despidos conviven en los barrios con más empleo de Almería

En Almería capital, las cifras oficiales del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA) dibujan una paradoja difícil de ignorar: los barrios con más trabajadores cotizando a la Seguridad Social son también los que registran más desempleo. El mapa laboral de 2023 rompe el mito que asocia empleo con estabilidad y revela una ciudad donde la actividad económica y la búsqueda constante de trabajo conviven en las mismas calles, con especial intensidad en Centro, Oliveros, Nueva Andalucía y el Zapillo. En estas áreas, la fortaleza empresarial convive con contratos breves, alta movilidad laboral y despidos recurrentes.

El fenómeno se explica por la rotación laboral. En los barrios con más empresas, comercio y servicios, la contratación es alta, pero también lo son las bajas. Sectores como hostelería, comercio y servicios generan empleo constante, pero con temporalidad y ciclos cortos que dejan a muchos trabajadores alternando entre ocupación y paro.

Las cifras del IECA muestran más de 500 afiliados por cuadrícula en zonas como Centro, Oliveros, Nueva Andalucía y el Zapillo. Sin embargo, estas mismas cuadrículas presentan áreas con más de 282 y hasta más de 409 personas desempleadas, una prueba clara de que el volumen de afiliación no asegura estabilidad.

El resultado es un mapa donde la actividad económica no evita el desempleo, sino que lo acompaña. La alta rotación —altas y bajas constantes— mantiene cifras elevadas tanto de contratos activos como de demandantes registrados en los mismos barrios.

Mientras tanto, la situación cambia radicalmente al norte y noroeste de la ciudad, en barrios como El Puche, La Fuentecica, Pescadería y Quemadero. Allí, el mapa refleja baja afiliación y alto paro estructural, asociado a una menor presencia de empresas, menor inserción laboral formal y mayor dependencia de ayudas públicas.

Los barrios con menos empleo y más vulnerabilidad

En estas zonas vulnerables, el problema no es la rotación, sino la falta de oportunidades reales. La ausencia de actividad económica consolidada limita el acceso al empleo y perpetúa una brecha laboral que ya es histórica en Almería.

En el otro extremo aparecen los barrios periféricos de Vega de Acá, Costacabana y El Toyo, con bajas cifras tanto de afiliación como de paro. La explicación no es un mercado laboral equilibrado, sino la baja densidad residencial y el peso de segundas residencias, donde el número de trabajadores residentes es menor.