El corazón bajo la arena: historia y mito de Troya

En ‘El sueño de Troya’, Alfonso Goizueta (Madrid, 1999), nos transporta con maestría a un momento crucial de la arqueología y la historia cultural: la búsqueda de la mítica ciudad cantada por Homero. En su primera novela “La sangre del padre”, finalista del Premio Planeta 2023, el autor ya nos insinuaba de forma velada los temas de una próxima entrega y los lectores aguardábamos expectantes, impactados por un artificio con tanta tradición que ya se usó en “Las mil y una noches”, nuevos relatos que por fin nos llegan con “El sueño de Troya”. Se trata de una muy bien documentada novela histórica sobre la búsqueda de la mítica ciudad de Troya, datada en 1200 años antes de Cristo, descrita en la Ilíada de Homero y ubicada presuntamente en tierras otomanas, cerca del estrecho de los Dardanelos.

Conoceremos la trama a través de Nicholas Yannikis, un joven que narra en primera persona todo lo que va a vivir cuando se enrola en una expedición arqueológica en busca de la ciudad perdida. La novela gira en torno a Schliemann (quien en la vida real fue un millonario prusiano que, tras amasar una fortuna, se dedicó a su gran sueño: la arqueología en Hisarlik, y en otros yacimientos homéricos, demostrando que la Ilíada describía realmente escenarios históricos. El descubrimiento de Troya lo realizó en 1864, a partir de la lectura de Homero). En la novela se refleja la ambición desmedida de Schliemann quien tiene la certeza de estar realizando una investigación crucial en las claves identitarias de occidente: “-Estamos ante el umbral de la posteridad, joven Yanikis. Lo que aquí vamos a encontrar, lo que está bajo nuestros pies, cambiará el curso de la historia. “(p. 97). Sin embargo, esa ambición desmedida y esa obsesión irracional por conseguir su sueño tendrá unas consecuencias no previstas. Schliemann se convierte en una especie de Prometeo moderno que roba el fuego del pasado (el mito de Troya) para devolvérselo a la humanidad, pero tendrá que pagar un precio emocional y humano muy alto.

La brillante Sofía en la vida real fue la segunda mujer de Schliemann. En la trama aporta a la narración una voz lúcida y compleja. Sofía es la representación del desencanto, pero también el contrapunto a tanta locura. Su marido, Schliemann, quiso ver en ella el trasunto de Helena de Troya, y cuando se descubrió el tesoro de Príamo pedía que ella se engalanara con las joyas que supuestamente pertenecieron a Helena. Pero Sofía con lucidez e inteligencia es capaz, más que nadie en la novela, de valorar en su justa medida todo lo que está ocurriendo y las consecuencias que tendrán algunos actos.

Con una prosa ágil, elegante, envolvente y cargada de matices, Goizueta nos lleva de la mano para conocer un relato lleno de historia y de aventura, donde la obsesión y el destino caminan juntos.

Goizueta convierte lo que podría ser una simple narración histórica en un retrato profundo de la ambición humana. Un paseo por los entresijos del alma humana. Lo que empieza como una investigación arqueológica se transforma pronto en una venganza obsesiva, donde los límites entre la cordura y la locura se difuminan bajo el sol implacable del Egeo. El lector asiste, fascinado, al modo en que los personajes persiguen un sueño que, lejos de ser solo un hallazgo, se convierte en un destino inevitablemente trágico para algunos.

‘El sueño de Troya’ no solo narra uno de los episodios más fascinantes de la arqueología, sino que lo humaniza, explorando los deseos, las rivalidades y las pasiones que laten detrás de cada descubrimiento. Goizueta demuestra, de nuevo, su capacidad para unir rigor histórico y narrativa emocionante, ofreciendo al lector una obra que es, a la vez, viaje, aventura y advertencia sobre los peligros de perseguir obsesivamente un ideal.

Una tragedia moderna que reproduce la épica de la propia Ilíada puesto que, de alguna manera, se vuelve a recrear la trama homérica a través de los ojos de los personajes. La novela sugiere que la obsesión de Schliemann por Troya era inevitable, como el destino trágico de los héroes griegos.

“El sueño de Troya” profundiza en las razones que mueven a los seres humanos a crear mitos. En épocas antiguas no existían explicaciones científicas para fenómenos naturales, históricos o sociales. Los mitos ofrecían una forma de entender por qué ocurren las cosas. Para los lectores, la gran sorpresa que encontramos en la novela de Goizueta es que, después de muchos siglos a través de los cuales la ciencia ha avanzado mucho, la carga simbólica de los mitos del pasado sigue vigente y nos sigue sobrecogiendo. El ser humano ha progresado con avances técnicos y científicos pero la necesidad de la mitología, en nuestro imaginario colectivo y en nuestro universo emocional, continúa vigente y es tan vital como en los lejanos tiempos de la Grecia clásica.

“El Sueño de Troya” trasciende la novela histórica tradicional. Es una reflexión profunda sobre la naturaleza humana, el deseo de saber, y los límites del mito. Aparecen muchos interrogantes, y muchas interpretaciones sobre cuestiones como el poder del destino y la imposibilidad de escapar a él; los conflictos entre el deber y el deseo; la fragilidad de la vida y la gloria. Hay descubrimientos que cambian la historia y otros que pueden destruirla.

Los lectores almerienses tenemos una gran suerte de leer “El Sueño de Troya” y de tener la posibilidad de conversar con Alfonso Goizueta. Pero también la propia novela y el autor son afortunados porque no hay otro mejor contexto que el paisaje de Almería para leerla y comprenderla. La belleza de nuestro paisaje luminoso, desnudo, y verdadero, tal como el que se describe en las obras homéricas, nos hará entender algunos pasajes de la novela de Goizueta; pero también, en sentido inverso, “El sueño de Troya” nos ayudará a interpretar algunas claves identitarias de nuestro maravilloso entorno mediterráneo en el que está enclavada nuestra milenaria y legendaria tierra de Almería. A fin de cuentas, tal como leemos en la novela “¿quién puede preferir la realidad teniendo la belleza del relato?”