Vecinos de cortijos de La Cañada han colgado patas de jamón en las vallas de protección de sus viviendas. Una curiosa imagen que tiene su explicación. Utilizan estos jarretes de cerdo como método casero de sistema antirrobo.

Creen que el jamón espanta a los ladrones dado que en la religión musulmana el cerdo es un animal prohibido, “ni comerlo ni tocarlo”, aseguran los vecinos, que han apostado por este intento de ahuyentar a ladrones de sus propiedades, en las que también pueden observarse muros levantados y rejas reforzadas, entre otras medidas.