LA victima de origen granadino casado sin hijos y residente en Almería capital regentaba una clínica veterinaria en la localidad huercalense desde hacía catorce años. El terrible suceso se produjo a las nueve y diez de la noche, momento en que el veterinario una vez concluida la jornada de trabajo se disponía a abrir la cochera anexa a la clínica "Andarax" situada en el numero 3 del camino de la Almanzora a escasos metros de la parada de autobús de la línea del Campamento y frente a una parada de taxis cuando el hombre tenía la intención de regresar a su vivienda en la capital.

Una o dos personas, al parecer con el rostro cubierto se aproximaron por la espalda a la victima en el momento en que éste abría la cerradura de la puerta de la cochera para sacar su vehículo. A bocajarro y con total sangre fría los desconocidos efectuaron tres disparos. Uno de ellos, a la altura de la nuca, le destrozó la cabeza y los restantes impactaron en diversas partes del cuerpo. A continuación los asesinos desaparecieron sin dejar rastro. No hubo testigos presenciales del sucesos a pesar de que la calle se encuentra en un área bastante concurrida tanto de peatones como de trafico rodado. Tras el tiroteo varias personas vieron el cuerpo sin vida del veterinario tumbado junto a la puerta de la cochera, sin que llegaran a percatarse realmente de lo sucedido pensando que se tratase de un mareo.

Un taxista fue la persona que telefónicamente dio la alerta a la sala de emergencias del 062 de la Guardia Civil. Una mujer residente en las inmediaciones aseguró a la Guardia Civil haber escuchado desde su casa unas detonaciones que le parecían "petardos", lo que alimentó la sospecha de que el asesino pudo haber utilizado un arma con silenciador. Algún testigo dijo que poco antes del crimen vio merodeando por las cercanías de la clínica Andarax a tres hombres. La Policía Judicial recogió un casquillo de bala en el lugar del crimen.

La Guardia Civil, encargada de la investigación del caso, descartó de inmediato el robo como móvil del asesinato. El hombre llevaba en uno de los bolsillos del pantalón un sobre con unos 2.000 euros en efectivo. Los sanitarios del 061 avisados por la Guardia Civil una vez en el lugar del suceso, nada pudieron hacer por la victima y solo pudieron certificar la muerte del veterinario. El titular del jugado de guardia, Andrés Vélez Ramal instructor del caso, decretó de inmediato secreto de sumario.

Una vez conocido el caso, se extendió por el pueblo el rumor sobre una posible venganza. La victima, tres años antes se vio involucrado en un accidente de tráfico en Pechina después que su coche arrollase a un ciclomotor en el que viajaban dos adolescentes y uno de ellos de 15 años muriese victima de las graves heridas. Después del fatal siniestro, según se comento entre los vecinos, el veterinario empezó a recibir amenazas de muerte, supuestamente por parte de los familiares del infortunado muchacho.

La Guardia Civil negó relación alguna entre ambos casos. La alcaldesa de la localidad , María Isabel Rodríguez, explicó que se había descartado el móvil del robo en el asesinato ya que entre las partencias del fallecido se encontró un sobre con la recaudación íntegra de la jornada de trabajo. De este modo, tanto ella como los vecinos del barrio -con los que el veterinario mantenía una relación excelente, según el Ayuntamiento de la localidad- apuntaron a que el homicidio podía deberse a una venganza.

En el municipio almeriense, que nunca había vivido un suceso de este tipo según la alcaldesa, se decretó un día de luto en memoria del veterinario que, pese a vivir en Almería, llevaba unos 14 años trabajando en la zona. El veterinario había participado en numerosas ocasiones en las campañas de vacunación de mascotas y era un hombre muy conocido y apreciado por los vecinos porque también estuvo durante algún tiempo al frente de un programa en la radio municipal, 'Candil Radio', sobre el cuidado de animales. El ayuntamiento de Huercal de Almería decretó un día de luto en memoria de la victima. La Guardia Civil mantuvo diversas líneas de investigación pero no encontró nada anormal en la vida ni en el entorno de la victima, ningún trasluz de historias personales o económicas capaces de enmascarar un crimen a sangre fría que apuntasen en otra dirección.

El Colegio Oficial de Veterinarios de Almería convocó a todo el colectivo a un paro y a una concentración silenciosa, que se celebró el 13 de enero a las puertas de la sede en la rambla Obispo Orberá de la capital, en señal de "repulsa" por el homicidio de uno de sus compañeros. La decisión del colectivo se produjo en el transcurso de una sesión extraordinaria de la Junta de Gobierno del Colegio de Veterinarios. El próximo mes de enero se van a cumplir cuatro años de este trágico suceso y hasta el momento, pese a que la Guardia Civil mantiene abierto el caso, no existen noticias sobre la detención del autor o autores del crimen. Un caso extraño y complejo, que aunque puede dar la impresión de que el asunto está "dormido", no se descarta que en cualquier momento caiga sobre el asesino y sus cómplices todo el peso de la ley y purguen su crimen en la cárcel.