Almería

Un cuarto de siglo sin el genio del spaghetti-western

  • El 30 de abril hará 25 años de la desaparición del cineasta italiano que amaba Almería.

El 30 de abril se cumplen 25 años de la muerte de Sergio Leone. Para los entendidos se trata, sin duda, de unos de los genios que ha dado el siglo XX en el mundo del cine. Siempre fue un enamorado de Almería, tanto es así, que su viaje de novios lo hizo a esta tierra por la que tanto hizo y dio a conocer en el mundo con sus películas, del género spaghetti western.

Hijo del director de cine Vincenzo Leone, que a veces filmaba con el seudónimo de Roberto Roberti. Su padre fue director de cine hasta que en 1943 Benito Mussolini le solicitó una opinión sobre un guión que había escrito y desgraciadamente Vincenzo fue sincero, a partir de ese momento nunca volvería a dirigir.

Su primera película oficial fue El coloso de Rodas (1960) y dos años más tarde sustituiría de nuevo a un director, Robert Aldrich, en Sodoma y Gomorra. Aldrich fue una influencia clave para Leone, con películas como Veracruz (1954), donde el perfil clásico del western se desdibuja con personajes más ambiguos y carentes de valores.

A partir de aquí comienzan sus obras más personales, que se inicia con la famosa trilogía western, también conocida como Trilogía del dólar, en coproducción con varios países europeos y rodada en Tabernas en Almería.

La trilogía obtuvo un inesperado gran éxito, conduciendo al western a su último período cinematográfico, el llamado spaghetti western, género muy cultivado en el cine de los 70, además de aportar dos nuevos talentos al medio, el compositor Morricone, amigo desde la infancia del director, y el actor Clint Eastwood, desconocido hasta entonces, al que el director contrata entre un grupo de actores.

El personaje creado para Eastwood, "el hombre sin nombre", es el prototipo de antihéroe del spaghetti western. Hombre duro y solitario, sin escrúpulos ni sentimientos y movido por el dinero. De esta manera Leone crea un icono del cine, personalidad ruda, pocas palabras, mirada de hielo, invencible en múltiples duelos.

Siempre vestido con un poncho raído y un cigarro en los labios, es capaz de matar a sangre fría, si es necesario por la espalda, para conseguir su objetivo. Carla Leone, viuda del director, contó que "la idea de ponerle el poncho a Clint Eastwood era para disimular su altura, ya que es un actor de gran talla".

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