Unos cuidadores que miman a diario a más de 100.000 plantas
Un total de cuatro operarios de Mantenimiento y Medio Ambiente son los encargados del cuidado de las distintas especies de las que dispone esta superficie de más de 3.000 metros de la capital
A las 06:45 de la mañana comienza la actividad en el vivero municipal de plantas, situado en la zona de La Pipa, en la capital almeriense. Un total de cuatro operarios de la empresa que se encarga de la gestión y el mantenimiento de los parques y jardines de la ciudad (Cespa), son los responsables de cuidar todas y cada una de las especies con las que cuenta este espacio de más de 3.000 metros.
El jefe de servicio de parques y jardines de Almería, José Rubio Torres, ha detallado que estos trabajadores cuidan minuciosamente las más de 100.000 plantas de las que dispone el vivero almeriense. Se trata de un total de 150 especies distintas de flores, árboles y arbustos.
Las flores más comunes son la gazania, o los hibiscus. Los árboles que más abundan son los pinos, los pinos o los cipreses y entre los arbustos predominan las adelfas o los lentiscos. Los cuatro operarios de Cespa emplean a diario ocho horas para que todo esté perfecto. Plantan, riegan, abonan, quitan hierbas... y en definitiva miman el vivero almeriense. El principal objetivo de esta superficie municipal no es vender las especies fuera de las fronteras, ya que se trata de una iniciativa por la que ni el área de Mantenimiento y Medio Ambiente del Ayuntamiento de la capital ni la empresa Cespa, reciben ningún tipo de beneficio.
Así, sólo se produce para la reposición de plantas para los parques y jardines de Almería, así como para ornamentar diferentes lugares en ocasiones especiales. De este modo, las plantas se ceden sin ningún ánimo de lucro. Muchos de los árboles que van a parar al vivero desde cualquier punto de la ciudad y por cualquier motivo, permanecen en estas instalaciones hasta que se les consigue emplazar en otro sitio, ya sea un parque o jardín.
El vivero nació hace más de veinticinco años sobre una zona de campo en la que incluso se arrojaba basura. Un espacio que sin duda ha significado mucho para los parques y jardines de la capital y con el paso de los años se ha ido adaptando a las necesidades de la ciudad almeriense.
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