Cómo cuidar la salud mental durante las fiestas navideñas

Cuida tu salud mental

Reuniones familiares, compromisos sociales, gastos económicos y una intensa carga emocional convierten la Navidad en un periodo especialmente sensible para la salud mental

Diagnosticando al asesino de Lucca

Imagen cotidiana de una familia en navidades
Imagen cotidiana de una familia en navidades / Imagen generada con IA
Raúl Carrera Fernández
- Psicólogo en Antas. Edición: David Cuesta

21 de diciembre 2025 - 08:01

Ahora que se acercan las fechas navideñas es más importante que nunca preguntarnos: ¿hay algo que nos agobia? ¿Estamos anticipando algo negativo que nos puede ocurrir? Vamos a hablar de las situaciones que más frecuentemente ocurren en estas fechas y cómo prepararnos para ellas:

Lidiando con la familia

Os traigo un concepto interesante que se llama batería social. La batería social nos sirve para describir cuánta capacidad de aguante tenemos en las interacciones sociales. Hay personas a las que les encanta hablar e interaccionar con los demás, pero hay otros que se agotan rápidamente, así como personas que prácticamente no tienen batería social (como es el caso de muchas personas diagnosticadas con autismo).

Conocer tu batería social y la de los demás es importante para conocer los límites de uno mismo y de aquellos con los que vamos a compartir unos días tan señalados.

Personas neurodivergentes

En las reuniones familiares es normal encontrarse con algún familiar o conocido que esté diagnosticado de algún trastorno, como puede ser depresión, ansiedad social, TDAH, autismo o TOC. Independientemente de la situación que sea, os recomiendo poder leer acerca de ello. Cuando tienes información verídica (no te recomiendo vídeos de TikTok o de Instagram, sino fuentes fiables) te resultará más fácil entender por qué se comporta así y cómo poder lidiar con alguna situación de conflicto.

Dejar de ser el centro de atención

Hay personas que cuando se encuentran en grupos les gusta ser el centro de atención. Es lo que denominamos en psicología personas con rasgos histriónicos.

Que alguien busque ser el centro de atención no tiene por qué ser sinónimo de que acabe siéndolo. Para ser el centro de atención necesita que los demás le otorguen también esa capacidad ofreciéndoles una escucha y atención. Si la persona que está resultando ser el centro de atención no lo está siendo de una forma sana (quejas continuas, reproches, críticas...), es responsabilidad del resto no darles esa atención y redirigir el foco a otros temas u otras personas.

Respetar los límites propios o ajenos

Identifica cuáles son tus límites que no vas a dejar pasar y cómo vas a marcarlos. Para ello, te recomiendo pensar en alguna frase sencilla y a la que puedas recurrir en diferentes ocasiones, como pueden ser “ahora mejor no” o “en otro momento”.

Si recibes algún comentario más agresivo o pasivo-agresivo por parte de alguien, la mejor respuesta que puedes darle es: “me sorprende que digas esto...”. Si te pregunta el por qué te sorprende (spoiler: no suelen hacerlo), simplemente limítate a responder con la misma respuesta: “de verdad, me sigue sorprendiendo que me preguntes esto...” y continúa con la tarea con la que estabas o con la que ibas a hacer.

Las personas que hacen comentarios despectivos hacia otros no tienen en consideración a la otra persona, por lo que mi recomendación es tampoco tenerla presente, pero no desde una vertiente despectiva, sino totalmente asertiva.

FOMO o miedo a perderte otra cosa

Al vivir en una sociedad hiperestimulada, también ocurre que queremos seguir recibiendo estímulos de diferentes lugares, y es por ello que a algunas personas les ocurre que quieren estar en dos o tres sitios a la vez. Imagina la siguiente situación: estás con tu familia celebrando el 24 por la noche y en el grupo de amigos de toda la vida suben una foto brindando. Estás bien con tu familia, pero sabes que con tus amigos también estarías genial. En este momento te recorre por dentro un pequeño malestar, porque una parte tuya querría estar allí con tus amigos brindando, riendo, contando anécdotas..., en cambio estás con tu familia, que es más tradicional e incluso hay una parte de compromiso por ello.

Una vez puesta esta situación como ejemplo de algo que suele ocurrir, mi consejo sería: antes de decidir ir a un lugar u otro, sé consciente de la decisión que tomas y asume los pros y contras de cada situación. No vayas a un lugar por compromiso u obligación, pregúntate cómo te sientes al ir a un lugar o estar con X personas. A partir de este dejarte sentir y decidir, asume desde la madurez que tomar una decisión implica decidir rechazar otra.

Control del gasto económico

Además de ser fechas señaladas por los eventos sociales, también lo son por los gastos y compromisos sociales. La cena de Navidad, regalos, gastos de desplazamiento... es un mes donde hay muchos gastos, por lo que la planificación económica y el límite de gasto te van a ayudar a estar más tranquilo en estas fechas. Es mejor si puedes llevar a cabo los pagos en efectivo, para tener un mayor control económico y saber cuánto te puedes gastar y cuánto te queda.

Recordar también que hay regalos que, por muy deseados que sean, no todo vale (ni la propia financiación). Decir no a unos gastos superfluos o llevados por la moda del momento es decir sí a estar más tranquilo los próximos meses, al evitarte el tener que decir no a otros gastos más importantes.

Montaña de emociones

Y ya para acabar, estas fechas tienen una carga emocional que incluso ¡en muchas ocasiones asusta! Ver a parte de la familia que hace tiempo que no ves —alegría. Te encuentras con aquella persona que no te esperabas —sorpresa. Tendrás que lidiar con aquella persona que en muchas ocasiones lo pone difícil —frustración. Echarás de menos a aquel familiar o aquella amistad que ya no está —nostalgia. Si hace poco de esa pérdida, conectarás con el vacío que te dejó —tristeza. No sabrás si a la gente le gustará cómo vas vestido, cómo ha quedado la comida o si los regalos serán de su agrado —incertidumbre. Tendrás que hacer frente a situaciones que en otros momentos quizá te costó superar —ansiedad anticipada.

Son pocos días, pero es como una montaña rusa de emociones. Mi recomendación: déjalas sentir, identifica dónde las estás sintiendo, ponles nombre y compártelas con aquella persona con quien estés sintiendo la emoción que te despierta. Es la forma más sana (y difícil) de gestionar las emociones.

Estas fechas son para disfrutarlas, dejarlas sentir, conectar, recordar, reflexionar, moverte, reírte, soñar y saltar. ¡Felices fiestas!

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