Cuatro décadas formando jóvenes para la agricultura
La escuela, una fortaleza contra el desempleo, con un índice de inserción laboral prácticamente del 100%
La Escuela Familiar Agraria Campomar es sinónimo de empleo. Por sus aulas han pasado, a lo largo de sus más de cuarenta años de historia, más de 800 alumnos que, en la mayoría de los casos, han acabado trabajando en el sector hortofrutícola almeriense, gracias a los conocimientos adquiridos en explotaciones agrícolas intensivas, así como en producción agroecológica y agropecuaria, además de en organización y gestión de empresas agroalimentarias.
Durante toda su existencia, se ha consolidado como una fortaleza contra el desempleo, pues posee un grado de inserción laboral de prácticamente el 100% de sus titulados, una característica que ha ido en paralelo al desarrollo del modelo agrícola almeriense y el auge de sus invernaderos, que surgieron a finales de los años sesenta y que siempre han necesitado mano de obra cualificada y técnica, en este caso, para puestos de dirección y responsabilidad intermedia, muy necesarios en una provincia cuyo motor económico y social es la agricultura.
Además, con la situación actual de crisis económica, en la que el sector hortofrutícola se ha convertido en un auténtico 'salvavidas' para muchos de los desempleados 'escupidos' de otras actividades económicas, la formación profesional en materia agroalimentaria se convierte prácticamente en una inversión de futuro para culminar los estudios con un trabajo debajo del brazo.
Este elevado grado de inserción laboral se consigue con una cualificación al mismo nivel, con una formación personalizada que responde a los retos que tienen antes sí las empresas agrícolas.
Un trabajador formado significa una mano de obra que puede asumir responsabilidades dentro de la explotación agrícola y, por lo tanto, ofrece un mayor rendimiento y rentabilidad para el empresario.
Además de la formación teórica, una de las características de los estudios de Campomar es la importancia que se le da a las actividades prácticas, para lo que se establecen convenios con distintas empresas del sector hortofrutícola o con instituciones como el Ayuntamiento de Roquetas de Mar, para realizar labores en sus parques y jardines.
También realizan continuas visitas de estudio para conocer la realidad de la actividad diaria de las empresas agrícolas.
Las instalaciones de Campomar, donde se ubican sus aulas, pertenecen a la Obra Social de Unicaja. A pesar de ello, la falta de concierto puede suponer la inviabilidad económica de este centro educativo.
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