La defensa de la pareja de la madre de Lucca da un giro al caso: "Fue un ritual de sanación fallido, no un asesinato"
Los abogados de Juan David Rivera solicitan al juzgado buscar tóxicos de hierbas rituales y un informe antropológico
El "viaje del terror" a 8.000 euros el pasaje: piden 11 años a dos patrones por dejar morir a tres migrantes a golpes
La investigación por la muerte del pequeño Lucca en Garrucha ha tomado este lunes un derrotero inesperado. La defensa de Juan David Rivera Cadena, la pareja de la madre del niño y principal investigado junto a ella, ha presentado un escrito ante el Juzgado de Instrucción número 3 de Vera en el que solicita una batería de nuevas pruebas científicas para demostrar una tesis sorprendente: Lucca no fue asesinado a golpes, sino que falleció víctima de una "praxis ritual peligrosa" o pseudoterapéutica que salió mal.
El despacho MCHM Abogados, que ejerce la defensa del detenido, ha remitido una nota de prensa en la que detalla la solicitud de "Ampliación de Diligencias de Investigación". El objetivo de los letrados Manuel Martínez Amate y Diego Ricardo Molinari es desmontar la calificación de asesinato u homicidio doloso para reconducir el caso hacia un homicidio imprudente, alegando que nunca existió intención de matar al menor, sino de "curarlo" mediante métodos no convencionales.
La teoría de la "compresión ritual"
El punto clave del escrito es el cuestionamiento científico de la mecánica de la muerte. La autopsia preliminar señaló un "shock hipovolémico por desgarro hepático y politraumatismo abdominal", lesiones que se interpretaron inicialmente como resultado de una paliza brutal. Sin embargo, la defensa sostiene que esa interpretación es "incompleta".
Apoyándose en literatura forense, los abogados argumentan que el estallido hepático sin grandes fracturas externas es compatible con "maniobras de compresión mecánica rítmica o sostenida". Según su escrito, este tipo de traumatismo encaja con prácticas de manipulación corporal agresiva propias de rituales de purificación, "donde se ejerce presión extrema sobre el abdomen del menor para 'expulsar' supuestos males".
Tóxicos, hierbas y "agua bendita"
Para reforzar la hipótesis del ritual, la defensa se aferra a las menciones sobre "agua bendita" y elementos espirituales que recoge el atestado policial. Por ello, han pedido al juez una ampliación del análisis toxicológico específica, ya que los test estándar no detectan ciertas sustancias.
En concreto, solicitan buscar alcaloides pirrolizidínicos, ácido aristolóquico y aceites esenciales tóxicos (como pulegona o tujona), componentes presentes en hierbas y brebajes de uso ritual que pueden provocar necrosis hepática fulminante y hemorragias internas. También piden rastrear "biomarcadores de estrés metabólico" compatibles con ayunos forzados o la ingesta de purgantes drásticos, sugiriendo que el fallo orgánico de Lucca pudo tener una "co-causa toxicológica".
El precedente de la circuncisión
El escrito incluye además la petición de una pericial de contexto antropológico para determinar si el niño estaba siendo sometido a "terapias alternativas" por figuras de su entorno o "curanderos". La defensa cita jurisprudencia del Tribunal Supremo y establece un paralelismo directo con un suceso reciente en Almería: la muerte de un bebé en abril de 2025 tras una circuncisión clandestina fallida.
Aquel caso se investigó como imprudencia y no como asesinato. "El caso de Lucca debe analizarse bajo el mismo prisma: una praxis ritual peligrosa que termina en tragedia, pero que carece de la intención dolosa de matar", concluyen los letrados, advirtiendo de que negar estas pruebas supondría "condenar a un ciudadano basándose en prejuicios".
Temas relacionados
No hay comentarios