“Nuestros derechos no se negocian”: el Orgullo Crítico toma el centro de Almería

Cientos de personas recorren el centro de la capital almeriense en la manifestación del Orgullo Crítico, una marcha contra la mercantilización del movimiento LGTBIQ+ y los discursos reaccionarios

Manifestación del Orgullo Crítico en Almería.
Manifestación del Orgullo Crítico en Almería. / Marian León

Al grito de “nuestros derechos no se negocian”, cientos de personas se manifestaron este viernes 27 de junio por las calles de Almería capital para reivindicar un Orgullo Crítico, alternativo a las celebraciones institucionales o comerciales. La marcha partió desde la Plaza de las Velas a las 20:00 horas y recorrió el centro urbano con consignas que mezclaban memoria, lucha y resistencia frente a los discursos de odio.

Convocada por colectivos locales y autonómicos, la manifestación denunció la creciente mercantilización del movimiento LGTBIQ+, una crítica directa a los intentos de vaciar de contenido político las luchas históricas del colectivo. “Disidir es resistir”, proclamaba uno de los lemas de la jornada, que también puso el foco en otras formas de opresión estructural como el racismo, la gordofobia, el capacitismo, el machismo o el clasismo.

La protesta quiso visibilizar también la amenaza que suponen los discursos reaccionarios que buscan “devolvernos al armario”, según los convocantes. En este contexto, el Orgullo Crítico se presentó como una respuesta directa y combativa ante el avance de posiciones que niegan o minimizan las violencias que siguen enfrentando muchas personas LGTBIQ+ en su día a día.

Banderas multicolor, pancartas con mensajes directos y cánticos encendidos marcaron el tono de una marcha que no busca solo celebrar, sino también confrontar. “No hay orgullo sin lucha, ni lucha sin memoria”, repetían varias voces durante el recorrido, subrayando el vínculo con las raíces históricas del movimiento, desde Stonewall hasta las luchas actuales.

Frente al modelo institucional del Orgullo oficial, la manifestación apostó por una calle abierta, libre y sin filtros, en la que los márgenes y las disidencias sexuales y de género recuperaron el protagonismo. “La diversidad no se vende, se defiende”, coreaban muchos de los asistentes al finalizar el acto, ya de noche, en un ambiente reivindicativo y festivo al mismo tiempo.

stats