"Me despidieron y no tenía ni cinco euros en el bolsillo"
Ngema es un joven senegalés llegado en patera hace ocho años que ayer, junto a cientos de almerienses, celebró por todo lo alto el premio en Roquetas
Alegría, ilusión, y sobre todo muchos planes de futuro en Roquetas de Mar. Ayer los vecinos se echaron a la calle al conocer, concretamente a las 12:13 horas, que el gordo de la lotería de Navidad, el número 79.140, había caído íntegro en el municipio. "Se han vendido 113 series de las 160. Es decir, serían 452 millones lo que ha tocado aquí en Roquetas", contaba ayer José Martín, el lotero de la administración número 2 del municipio que la regenta desde hace solo 14 meses junto a su mujer.
Emociones a flor de piel en una mañana en la que apenas se podía entrar a la administración de lotería, ya que la gente se acercó al punto afortunado a celebrar que la suerte este año ha recaído en la provincia. "Lo que estamos sintiendo no se puede describir con palabras. Siempre esperas repartir el gordo, pero es muy difícil que coincida el numerito con el premio. Es algo con lo que todos soñamos pero la verdad es que no te lo esperas", añadió el lotero. "Lo estamos celebrando por todo lo alto, porque además ha sido un premio muy repartido y eso es muy importante. Ha tocado en un colegio, y sobre todo, a la gente trabajadora, que les hacía mucha falta", contó Martín.
Poco a poco y a lo largo de la mañana fueron apareciendo los premiados, que entraban a la administración entre los aplausos y vítores de los vecinos que se congregaron en la zona para celebrar el acontecimiento. Entre ellos llamó la atención la historia de Ngema, un joven senegalés llegado a Almería hace ocho años en patera. Un joven que estaba en paro después de haber desempeñado varios trabajos en invernaderos y en la construcción y al que el premio le va a cambiar la vida para siempre. "Ahora mismo no tengo ni cinco euros en el bolsillo, estoy muy mal económicamente, Me ha cambiado mucho la vida, ¡imagínate!", contaba a los medios ayer. "Un recuerdo a mi jefe que se llama Antonio y vive en La Mojonera, que me dijo que había que buscarse la vida", manifestó el joven, que recordó así que hace poco fue despedido de su empleo en un invernadero. Ahora, con los 400.000 euros del premio podrá ver cumplido su sueño de ayudar a su familia y poder traerlos a España con él.
Pero ayer se conocieron muchas más historias. Historias de esas que conmueven, como la de Jalima, una marroquí que lleva 14 años viviendo en España y que acudió muy emocionada junto a su hija para celebrar el premio. "No me lo podía ni imaginar. Iba a apagar la tele ya cuando salió nuestro número", contaba la hija. "Ella vino y me pidió un décimo, me dijo que le diera el que yo quisiera, y elegí ese", contaba el lotero, que recordaba a la joven por ser habitual de la administración.
Como estas, muchas de historias más, pues esa ventanilla de Roquetas vendió un total de 346 décimos. "Han sido muy pocos los que se han devuelto, entre 30 y 40 series. Se han vendido entre el 80 y el 85%", contó el lotero.
Además, ha sido un premio muy repartido que ha recaído principalmente entre trabajadores y comerciantes de la zona. Pero no solo el Poniente ha tenido suerte, sino que también ha recaído en otros municipios. Felisa Zamora, empleada de la administración, explicó ayer que entre los premiados también había una vecina de Nacimiento que se llevó 30 décimos para su localidad. "Ha venido gente que nos conoce de comprar todos los días. Se ha repartido muchísimo en ventanilla y sobre todo en Laujar de Andarax", explicó la trabajadora, que recordó que el instituto 'Emilio Manzano' retiró unas 78 series para financiar un viaje de fin de estudios. Si bien la administración se quedó íntegramente con el número del Gordo, este ha sido muy viajero tanto por la provincia como por otros puntos del país, ya que algunos décimos han ido a parar a las Islas Canarias.
La fiesta, que hizo que fuera necesario cortar el tráfico, culminó con los vecinos cantando villancicos, acompañados incluso por un espontáneo a la guitarra. Los trabajadores de la administración bañaron a los presentes en cava, celebrando así un premio que se puede catalogar de histórico.
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