Cierran el colegio de El Higueral y Somontínpor falta de alumnos
La despoblación ataca a las escuelas
El curso pasado la Junta de Andalucía decidió prescindir del centro de Suflí y el único niño que había matriculado fue trasladado al pueblo más cercano para escolarizarlo
En la capital almeriense hay colegios en los que estudian hasta un millar de alumnos. Son cifras que contrastan, tanto como el blanco y el negro, cuando hablamos de menos de cinco niños matriculados en centros como por ejemplo el de Bacares, o el de Bayarque, entre otros. Es precisamente la comarca del Almanzora una de las más castigadas por la despoblación que están sufriendo los pequeños municipios. Mucho más desde el inicio de la crisis, en la que la falta de trabajo para las familias jóvenes hizo que hubiera una estampida hacia las poblaciones más cercanas a la capital en busca de estabilidad.
La despoblación hace mella en los pueblos del interior y, concretamente de forma incesante en aquellos núcleos donde apenas hay censadas unas 200 o 300 personas como máximo. Se trata de un fenómeno que no solo está afectado de forma vital a los comercios, muchos de los cuales se han visto abocados a reinventarse o incluso a salir fuera para poder incrementar sus ventas y sobrevivir, sino de forma muy contundente a los colegios. Pero lo más preocupante es que, de no cambiar las cosas, el futuro no es nada esperanzador. La falta de población, sobre todo familias con niños en edad escolar, ha llevado a que la Junta de Andalucía haya tomado la decisión de cerrar colegios por falta de alumnos.
En las manos de las administraciones públicas, en este caso los ayuntamientos que son los más cercanos a los vecinos, está el empezar a pensar que, o se reinventan también para atraer a gente a vivir a los pueblos, o estos pequeños núcleos de población en cuestión de 15 ó 20 años serán un desierto en lo que a ciudadanos jóvenes o infantiles se refiere.
Si el año pasado era el municipio de Suflí el que veía cómo el colegio echaba el cierre porque solo había un alumno matriculado, este curso han sido las localidades de El Higueral y Somontín las que dicen adiós a la vida en las aulas. El Colegio Público Rural Alto Almanzora se ve reducido así en el número de unidades que lo componen pasando de 14 a 13 unidades. Y el Colegio Público Rural San Marcos, pasa de 8 a 7 unidades. Entre los vecinos se palpa la tristeza porque, además de ser un servicio de los más valorados de todos los que presta la administración junto con la sanidad, es un signo de vida que da alegría a los pueblos.
En Suflí, como explicó en su día a este periódico la delegada provincial de Educación de la Junta de Andalucía, Francisca Fernández, los padres del único alumno matriculado optaron el curso pasado por llevarlo al colegio del pueblo de al lado para que pudiera estudiar con más compañeros. En este caso, la delegada trasladó a Diario de Almería que el cierre no era definitivo, es decir, que el colegio volvería a abrirse en el momento en que hubiera suficientes niños matriculados como para adjudicar un maestro a esta escuela. Y lo mismo ha trasladado en esta ocasión tras comunicar el cierre del colegio de El Higueral y de Somontín.
En los últimos años es fácil encontrar noticias sobre escuelas pequeñas y pueblos que buscan familias jóvenes con descendencia que permitan mantener la escuela y evitar la pérdida de unidades que pueden suponer el cierre de los colegios. Bayárcal y Laroya son un ejemplo. Concretamente en la provincia de Almería han sido varias las poblaciones que han optado por estos métodos que, hasta el momento, parece que no han sido adoptados por estos dos municipios que ya han perdido su escuela o los que en cuestión de uno o dos años la perderán.
Los efectos de la despoblación en escuelas grandes puede suponer algunos cambios de unidades y de dotación de profesorado, pero en los pueblos pequeños el efecto es tajante. El hecho de suprimir una unidad supone directamente el cierre, lo que afecta además a la estructura de todo el colegio, al modificar su estructura orgánica y también su plantilla de docentes.
La otra cara de la moneda está en los colegios rurales de Santa Fe (pasa de 8 a 9 unidades), Campos de Níjar (pasa de 29 a 32 unidades), San Miguel en Pulpí (pasa de 16 a19) o en el Valle del Andarax (de 8 a 9) que van en aumento año tras año.
"Cuando haya suficientes alumnos se volverán a abrir estas aulas"
La delegada provincial de Educación de la Junta de Andalucía, Francisca Fernández, aseguró a Diario de Almería que "en la provincia hay centros en los que hay incluso sólo cuatro niños. Si se cerrasen, en un momento dado, es porque no haya ya más alumnos, y para ello también trabajamos en estrecha colaboración con los ayuntamientos para intentar mantener y generar puestos de trabajo. Y es que donde hay trabajo hay familias, y por consiguiente niños. Sí es cierto que pedagógicamente no es lo más apropiado que un solo niño, o dos, estén en un centro, por lo que en muchas ocasiones, la decisión de trasladarse a un centro más grande en el pueblo más cercano no es solo decisión de los docentes, sino de los propios progenitores". La titular de Educación asegura que el cierre no significa que sea para siempre, sino que en el momento en que haya niños suficientes, las escuelas volverán a abrir sus puertas, sin problema. En Andalucía hay 107 colegios rurales y 17 son de Almería, compuestos por 205 unidades (pueblos o pedanías), lo que se traduce, según los datos facilitados por la Junta, en seis unidades más que el curso pasado.
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