41 años después, el río continúa esperando una solución antirriadas
El 19 de octubre de 1973 una gota fría provocó el desbordamiento del río, con lo que el pueblo se inundó No hubo víctimas mortales, pero los daños fueron muy cuantiosos
Aquel 19 de octubre era viernes. Los abderitanos se levantaron mirando a un cielo que les iba a poner a prueba de una manera dramática. Era el año 1973. Y aunque la crecida y desbordamiento del Río Adra no supuso ninguna víctima mortal, la mayor parte del pueblo se vio afectado de una u otra manera, con cientos de familias cuyos hogares sufrieron las consecuencias de la furia de una intensa lluvia que no tuvo compasión con este pueblo marinero del Poniente.
Hoy hace 41 años de aquella situación que ha marcado la memoria de varias generaciones de abderitanos y que viene siendo utilizada como recordatorio de la necesidad de que el río sufra una transformación en su encauzamiento y limpieza para evitar que nuevamente se repita la tragedia.
Según se recoge de las crónicas de la época y las posteriores revisiones literarias y periodísticas, la llamada gota fría descargó en la cuenca del Río Adra más de 206 litros por metro cuadrado, más de la mitad de las lluvias que se registran de media anual. El río alcanzó un caudal de 1.200 metros cúbicos por segundo y rompió los muros de defensa construidos para el desvío de su curso bajo.
El agua, tras arrasar la vega de La Habana y todos los pagos situados entre la barriada del Puente del Río, se dirigió a Adra. El nivel del agua alcanzó en algunos lugares de la calle Natalio Rivas más de dos metros de altura. Y entre las diez de la mañana y las dos de la tarde era imposible transitar por el pueblo, ya que estaba anegado totalmente. Incluso la barriada de La Juana desapareció por completo bajo el agua.
Todo el pueblo pasó mucho miedo durante aquel viernes de octubre, ya que las casas y campos se inundaron y hubo personas que se dieron por desaparecidas durante un tiempo que se hizo eterno para sus familiares y amigos. Por fortuna, al contrario que ocurrió en zonas tan cercanas como La Rábita o en otros municipios almerienses como Vélez Rubio; en Adra no hubo ningún fallecido a causa de la ridada.
El gobierno de España de 1973 destinó alrededor de 5.000 millones de pesetas para ayudar a la recuperación de la zona y a paliar los daños sufridos por campos y casas. Y después se acometió un plan para el encauzamiento y mantenimiento en condiciones del Río Adra, con el objetivo de prevenir nuevas riadas. Sin embargo, el paso del tiempo ha hecho que esa voluntad no se hiciera realidad y que actualmente el peligro de nuevas inundaciones no está, en absoluto, descartado.
El problema para que esa necesaria actuación se lleve a cabo es un problema político, ya que las diferentes administraciones públicas y gobiernos que se han sucedido a lo largo de estas cuatro décadas no se han puesto de acuerdo ni han destinado el dinero necesario para ejecutarla. Es más, la falta de acuerdo entre Junta de Andalucía y Gobierno Central ha sido más que evidente en los últimos años, con el argumento principal de quién tiene las competencias y, por lo tanto, la obligación de sufragar, el proyecto que se ha de llevar a cabo.
En ese sentido, la semana que viene el Ayuntamiento quiere llevar a cabo, junto con colectivos sociales, regantes y agricultores; un nuevo acto de reivindicación para exigir que la tragedia que marcó aquel 19 de octubre de 1973 no vuelva a ocurrir.
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