Un patrimonio perdido

Otras destrucciones religiosas de gran tradición en Almería

  • ALMERIA 1936-1939. han sido múltiples los estragos que han sufrido varias construcciones religiosas en la provincia de Almería a causa de la Guerra Civil. He aquí una muestra de algunas

Otras destrucciones religiosas de gran tradición en Almería

Otras destrucciones religiosas de gran tradición en Almería / D.A. (ALMERIA)

El convento de las Adoratrices está situado en la calle Gran Capitán (Quemadero). Se trata de un edificio de finales del XIX y principios del XX. En agosto de 1936 el convento fue totalmente ocupado, quedando convertido en prisión y sufriendo efectos de saqueo: armarios rotos, arcos descerrajados, etc. La imagen de la Madre Sacramento, fundadora de las Adoratrices, con hábito negro, toca blanca, entre sus manos sosteniendo una custodia, fue derribada. En los últimos días de agosto de 1936, se destruyeron las imágenes y cruces que quedaban en la iglesia, entre ellas la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que se encontraba en el centro del altar mayor. La imagen, que tenía la mano derecha levantada y la izquierda señalando su corazón escondido, fue derribada al igual que las demás imágenes. En la sacristía fue también derribado un Cristo.

La capilla de las Siervas de María estaba situada en el barrio de Belén. En 1876 quedó establecida la comunidad religiosa de las Siervas de María. Al obispo Orberá se debe la restauración de la capilla en 1880. La capilla, con suelo de mármol de Macael, tenía dos tribunas laterales para la comunidad y un coro alto con cancela en la puerta. El retablo, que estaba muy deteriorado, fue restaurado por D. Juan Martínez Rodríguez. Estaba en el altar mayor, con una profusión en oro que resaltaba sobre una imitación de jaspes. En dicho altar, en el camarín del cuerpo principal, se hallaba la Patrona de las Siervas de María, Ntra. Sra. de la Salud. En el altar también se encontraba la imagen de San Blas. La noche de vísperas del Santo se quemaban castillos de fuegos artificiales y por la mañana se celebraba una función religiosa en su honor, donde se hacía un reparto de pan a los pobres, los célebres “panecillos”. La imagen era sacada en procesión junto a las de Santa Teresa y Ntra. Sra. de la Salud. Tras el incendio de 1936, la capilla quedó totalmente destruida.

Al obispo Orberá se debe la restauración de la capilla de las Siervas de María en 1880

En la carrera de Montserrat se hallaba la ermita de Montserrat, donde se encontraba, con esa advocación, una imagen muy venerada por los labradores y que era sacada todos los años en procesión en las solemnes fiestas que le eran dedicadas. En la Guerra Civil la ermita fue incendiada, quedando totalmente destruida, al parecer se salvó la imagen de Montserrat, que según la tradición, fue vestida con amplios volantes de faralaes, para pasar desapercibida.

Junto a la ermita de San Antón, el obispo Orberá, compró unas casas en 1877, para habilitar un pequeño convento para las monjas de Santa Clara expulsadas tras la desamortización del XIX, en el que vivieron hasta 1899. La ermita de San Antón está situada en uno de los barrios típicos de la ciudad, San Antón, al pie de la Alcazaba. En dicha ermita, eran veneradas las imágenes de San Antonio Abad y la Virgen de Lourdes, a las que eran dedicados cultos en su honor. En la Guerra Civil la ermita se destruyó, recuperándose con posterioridad.

La iglesia y convento de San Agustín se construyó en 1931 a instancias del obispo Bernardo Martínez Noval (306). Situada en la antigua Huerta de Jaruga, durante la Guerra Civil, las paredes quedaron desnudas, convirtiéndose en Ateneo libertario.

La iglesia de San José, situada en el Barrio Alto, fue bendecida el 19 de abril de 1903 por el prelado Santos Zárate . En ella se veneraba antes de la guerra una imagen de San José. Tras la contienda, quedó destruida, reconstruyéndose una nueva iglesia con posterioridad.

En la rambla de Belén, en una finca propiedad de D. Juan Pérez Ruiz, existía una capilla consagrada a San Marcos. Fue bendecida el 18 de abril de 1903 y se construyó para venerar en ella la imagen del Santo. En su honor, se celebraban cultos solemnes, sacando la imagen en procesión junto a la de Santa Bárbara. La capilla quedó destruida tras el incendio en la Guerra Civil.

La parroquia de San Antonio de las Almadravillas fue inaugurada el 10 de julio de 1918. Entre las imágenes que se encontraban en ella, se citan la de la Purísima y el Santísimo Sacramento. La parroquia se destruyó en la guerra.

En la ermita de San Antonio de los Molinos de Viento se veneraba una imagen de San Antonio. La referida ermita sufrió saqueo durante la Guerra Civil, quedando convertida en mercado.

En diciembre de 1885, quedó fundado el convento de la Compañía de María a instancias del obispo Orberá. La iglesia, construida por D. Enrique López Rull, posee fachada al exterior y durante la guerra sufrió saqueos, convirtiéndose primero en cuartel y después en prisión militar. Entre las imágenes que se encontraban en la iglesia, figuraba la de la fundadora, beata Juana de Lestonnac, colocada en un severo retablo.

Monumento al Sagrado Corazón de Jesús y ermita de San Cristóbal. En la ermita de San Cristóbal se veneraba una imagen de talla de San Cristóbal. En la guerra la ermita fue destruida. La imagen del Sagrado Corazón, estaba adosada al muro que miraba a la ciudad, sobre un altar presidido por el escudo de Almería y a ambos lados de éste, se encontraban dos bajorrelieves. El 27 de abril de 1930 fue bendecida la imagen, consagrándose con ello el Sagrado Corazón en la capital. La imagen era obra del escultor granadino Navas Parejo, y era una estatua de mármol, proveniente de las canteras denominadas “La espalda de Pilatos”, del peñón de Cóbdar. El arquitecto Guillermo Langle realizó la maqueta del proyect . El 25 de julio de 1936, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús fue derribado a fuerza de dinamita. Los bloques del monumento se desplomaron sobre la ermita tapiando la puerta, y la cabeza y el busto cayeron en la sacristía. La cabeza se encontró intacta sin ningún deterioro y sólo el corazón presentó un pequeño desconchado en la parte superior de la cruz. Los brazos sí desaparecieron. El busto de la imagen se conservó, al igual que el pedestal del monumento, aunque éste se encontró muy deteriorado. La imagen, tras su derribo en la Guerra Civil, fue restaurada para de nuevo presidir el Cerro.

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