Almería

"Yo no le digo al mecánico cómo tiene que arreglar mi coche"

  • Eduardo García y Ana Jiménez reclaman un mayor respeto y medios humanos y económicos para el colectivo

"Hay gente que piensa que el presentador de un Telediario trabaja solo media hora al día, y justo eso nos ocurre a los profesores y maestros para una parte de la sociedad". El ejemplo no puede estar mejor traído para ilustrar uno de los conceptos más repetidos ayer en San José: el de la dignificación de la profesión. La frase es de Eduardo García, profesor de Matemáticas en el IES Alborán de la capital, y participante ayer en la jornada sectorial.

"El aumento de horas lectivas se nota mucho, perjudica muy gravemente y es lo primero en lo que hay que incidir, y eso que en Andalucía la Consejería ha logrado matizarla mucho", explicó. "Nuestro trabajo es muy importante para la sociedad, las ratios se dice que tienen que estar en como máximo 30 alumnos, que ya es mucho, pero es que en muchos casos se superan esos 30 y la excepcionalidad se convierte en norma, explica". El salario es otro de los problemas que, apunta, sufren él y sus compañeros, que no consideran suficientemente valorado su trabajo: "Parece que a veces da apuro hablar de esto a algunos compañeros, pero el profesorado, estando en los grupos más altos de la administración en cuanto a categoría, cobramos mucho menos que nuestros homólogos de otros ámbitos". Según este profesor de Secundaria, "todos los profesores hemos trabajado mucho, hemos pasado muchas pruebas para llegar a ejercer, y tenemos que ser reconocidos, que se tenga consideración con nosotros. Hay que pensar lo importante que es el profesorado en una sociedad, porque es el germen de los futuros médicos, ingenieros...".

Ana Jiménez Lagos es más veterana que su compañero. Lleva dando clase 32 años y es una de las pioneras en Andalucía de las Aulas Temporales de Adaptación Lingüistica, en las que lleva enrolada 18 años. Se trata de unas clases exclusivamente para inmigrantes que resultan fundamentales para la integración de los mismos a través del aprendizaje del idioma. Para ella lo fundamental es reducir las ratios "como máximo a 25, y sigue siendo mucho", e invertir en "muchísimos más profesores". A su juicio, "en nuestro caso la dificultad más grande es la diversidad, un profesor no puede atender bien a 'mis' niños con ese número de alumnos en clase, hacen lo que pueden pero es casi imposible con 33 alumnos en 50 minutos, y de 7 u 8 nacionalidades distintas". Por ello se reafirma en que "lo primero es, inmediatamente, bajar la ratio, no tiene nada que ver en cuanto a resultados trabajar con grupos pequeños que hacerlo como estamos ahora".

Luego, entroncado con la dignificación, está el respeto que muchas familias y parte de la sociedad no le guarda a este colectivo, lo que genera frustración y desmotivación. "Yo cuando voy al taller le digo al mecánico qué síntomas tiene mi coche, pero no se me ocurre decirle cómo arreglarlo, ni al médico le digo cómo tiene que curarme. Estoy de acuerdo con que la comunicación con las familias tiene que ser lo más fluida posible, pero en muchos casos me dicen cómo tengo que hacer las cosas personas que jamás han dado clase, y ese es otro grave problema que tenemos los docentes", subraya Eduardo García. Al hilo, Ana Jiménez añade que el colectivo docente "necesita cambiar su imagen, mejorarla de cara a la sociedad, saber 'venderse' mejor".

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