La diseñadora Sofía Qostaly lanzará este mes su nueva colección 'Farah'
Esta joven emprendedora, que vive en Aguadulce, ve cumplido su sueño y se ha convertido en una referencia en cuanto a patronaje en toda España
Falta un mes para que Sofía Qostaly cumpla 23 años y lleva media vida trabajando. Ahora lleva año y medio haciendo lo que más le gusta, que es crear. La joven diseñadora lanzará en unos días su nueva colección Farah. "Utilizo las flores en estampado. Hay una serie de piezas que son estampadas y otras que son colores lisos y una mezcla entre el estampado y el liso. Son formas con muchos volúmenes y otras sencillas. Es una colección muy fresca. Son unos 16 diseños".
De padre marroquí con raíces italianas y madre de Roquetas de Mar, Sofía Qostaly nació en Barcelona, y allí estuvo sus siete primeros años. Luego llegó el momento de regresar a Roquetas siempre acompañada de su madre, que ha sido su sombra. A los doce años ya trabajaba, porque Sofía Qostaly ha madurado con rapidez. Esa madurez se aprecia cuando habla, tiene muy claro lo que quiere y sus sueños se están cumpliendo con creces.
Aunque la vida no ha sido fácil para Sofía, ella se muestra feliz y contenta. Con doce años ayudaba a su madre en las tareas domésticas limpiando en otras casas. La joven era una excelente estudiante en el IES Algazul de Roquetas y luego decidió marcharse a la Escuela de Arte de Almería a estudiar el Bachillerato. "No lo terminé porque me quedó filosofía".
Durante cuatro años también estuvo trabajando por las noches en el Bribón de la Habana en el puerto de Aguadulce. "He estado de relaciones públicas y poniendo copas. Con 17 años también me fui a Mojácar a buscarme la vida. Tengo poca edad pero he vivido la vida con mucha intensidad", comenta.
"Con 18 años pensé irme a Madrid. Con mis ahorros decidí salir de aquí, ya que vivía de noche y dormía de día. Quería aclararme un poco porque no tenía nada claro lo que iba a ser de mí el día de mañana. Un amigo mío de aquí, Miguel se iba a estudiar moda a Madrid. Ahí entré en contacto con el mundo de la moda", cuenta.
"Terminé informándome si en Almería o Granada se podía estudiar el patronaje y la confección. El diseño es algo muy bonito, pero tienes que tener las ideas muy claras. Lo que hoy en día vale dinero es el patronaje, es decir, la arquitectura de una prenda, todas las piezas que lo ensamblan. Si no tienes un patrón, no tienes forma, y si no tienes forma no tienes diseño".
"Yo quería aprender a elaborar cualquier idea que tuviera en la cabeza. Y para eso era fundamental el modelismo de indumentaria. Lo vi factible, regrese a Almería y estuve estudiando en la Escuela de Arte con Pura Delgado. Estuvo dos años y aprobé con nota", recuerda.
Con 21 años, Sofía Qostaly hizo sus prácticas y se da cuenta que es técnico especialista en modelismo de indumentaria, pero no tiene años de experiencia. Es cuando la mente de esta joven se ilumina y decide tomar impulso. En un par de meses con unos tejidos que había adquirido en Madrid hizo su primera colección.
"Aquello fue increíble. La gente me daba ánimos y fue muy flipante. En poco más de un mes se agotó la colección. Me levantaba a las siete de la mañana y estaba hasta altas horas de la madrugada cosiendo sin parar. La colección se denominaba Cápsula 01, y tenía un estampado muy especial, ya que era un animal pero de colores, no era el típico leopardo. Era muy fresco con un fondo blanco".
"Sabía que la colección iba a funcionar porque el estampado de leopardo era diferente. Luego me trabajé mucho los flecos en piel y había formas para todos los cuerpos. Y en esa colección hice unas sudaderas de chico que en poco más de una semana me quede sin ellas" confiesa Qostaly con mucha alegría.
El verano pasado, Sofía Qostaly lanzó otra nueva colección denominada Capullo. "El proceso creativo lo hicimos en el nuevo taller en Aguadulce y nos dio por hacer flores artesanales. Hicimos muchísimas flores y mi madre ya estaba harta de hacer capullos, y eso fue lo que nos dio la idea de denominarla así. Esa colección fue de tanto éxito, que nos empezaron a pedir desde distintas provincias de España. Aquello parecía que se me iba de las manos, porque trabajamos horas y horas".
En poco más de año y medio, la vida le ha cambiado a Sofía Qostaly. "Mi vida ha cambiado, de estar sin saber lo que iba a hacer con mi vida, ahora he encontrado mi mundo y soy feliz haciendo lo que hago. Eso sí, siempre he sido muy responsable".
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