"Me duele el culo"

SALUD

El número de pacientes de los centros de fisioterapia de la provincia relatando ese tipo de dolencia se ha disparado

La experiencia de César Raúl Rodríguez le ha llevado a establecer una posible relación causa-efecto con el coronavirus

El Puche en tiempos de la Covid-19

César Raúl Rodríguez Martín en la puerta del Centro de Fisioterapia 'Alter Ego', que regenta en Cantoria
César Raúl Rodríguez Martín en la puerta del Centro de Fisioterapia 'Alter Ego', que regenta en Cantoria / D.A.

Almería/César Raúl Rodríguez Martín se diplomó en Fisioterapia en 2001 y desde 2013 dirige el centro Alter Ego en la localidad de Cantoria, en el corazón del Valle del Almanzora. Colegiado número 1413 del Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de Andalucía, atiende unos cuarenta pacientes a la semana en su consulta y llama la atención sobre un fenómeno reciente que está teniendo mucho impacto: desde el verano de 2022, cuando reabrió la clínica una vez que las medidas de prevención y control del coronavirus se habían normalizado tras cerrarla temporalmente en marzo de 2020, empezó a recibir un volumen cada vez mayor de pacientes con el mismo cuadro doloroso e incapacitante. A todos les dolía el culo.

En la agenda que gestiona Inmaculada, su pareja, esa patología empezó a cubrir la gran mayoría de las citas. Eran personas que llamaban angustiadas relatando el mismo problema: "En los primeros siete años de funcionamiento de la clínica pudimos contar con los dedos de una mano los pacientes que atendimos con esta sintomatología precisa. En septiembre de 2022 el 25% de los pacientes semanales que recibía presentaban este cuadro doloroso. A los 6 meses ascendió al 50% y en septiembre del año 2023 el 75 % de los pacientes semanales padecía este problema. A día de hoy, tras haber tratado a más de 400 pacientes de Cantoria y alrededores, aún sigo recibiendo una incidencia muy alta de personas con este problema, ya que en torno al 30% de mis pacientes semanales lo sufre", relata César.

Antes de que irrumpiera esta especie de epidemia atendía casos parecidos, generalmente pinzamientos con una base clínica, pero nada parecido al fenómeno actual: "Desde la apertura de la clínica en 2013 hasta el cierre temporal de 2020 por el coronavirus, había tenido muchos pacientes con hernias de disco en la zona lumbar que les generaban una irritación del nervio ciático por atrapamiento y, por tanto, síntomatología dolorosa en la zona lumbar, glútea y resto del miembro inferior, comúnmente de forma unilateral, y menos frecuentes tuve pacientes con bursitis de cadera o afectación de la musculatura glútea a causa de la práctica deportiva".

"Describen el dolor como un clavo profundo que tienen en el culo que les genera dolor e impotencia para levantarse de la silla, girarse en la cama y caminar"

Hasta ahí todo normal, lo habitual en un centro que se dedica a recobrar funciones corporales perdidas, pero en 2022 comenzó un goteo incesante de pacientes con la misma sintomatología: "Acuden a consulta con dolor en la zona glútea (uni o bilateral) que puede o no irradiarse hacia la zona lumbar baja, zona lateral de la cadera y tercio superior de la cara posterior del muslo. Describen el dolor como 'un clavo profundo que tienen en el culo que les genera dolor e impotencia para levantarse de la silla, girarse en la cama y caminar'. Les impide caminar sin dolor y permanecer de pie mucho tiempo”, relata el especialista.

En primera instancia todas las pesquisas apuntaban a una posible citática, algo que pronto descartó mediante la técnica de ensayo-error: "Las pruebas que hacemos al paciente que pone evidencia una afectación del nervio ciático por compresión a nivel de la columna salen negativas y las pruebas diagnósticas de imagen que traen algunos confirman la inexistencia de patologías discales compresivas. Sí es verdad que el dolor de la zona glútea se puede irradiar hacia la parte lateral y posterior de la pierna, pero normalmente es debido a la irritación del nervio ciático a nivel de su paso por el músculo piramidal (comúnmente llamada falsa ciática) o a la existencia de puntos gatillos miosfaciales activos en los diferentes músculos afectados".

César en una de las dependencias de su centro de fisioterapia
César en una de las dependencias de su centro de fisioterapia / D.A.

Fue enconces cuando empezó a teorizar acerca de la incidencia de un problema que hasta la fecha no había sido tan prevalente: "En la anamnesis que hago a los pacientes no he podido encontrar características comunes que sugieran una casualidad a este tipo de dolencia, ya que afecta tanto a hombres como a mujeres, a personas jóvenes como a mayores, a quienes se mueven y a los que tienen mucha actividad física diaria, a sedentarios o a deportistas. Está claro que el bajo nivel de estado físico y salud empeoran la sintomatología, pero no eran motivo de aparición de esta dolencia años atrás, cuando siempre ha habido personas con baja forma física. Sin embargo en estos últimos años personas que tenían una dismetría en un miembro inferior desde niños y nunca les había causado dolor han desarrollado sintomatología dolorosa. A deportistas que llevan años entrenando sin molestias les ha ocurrido lo mismo. Y a personas que llevan años pasando la mayor parte de horas en su trabajo sentadas o de pie otro tanto de lo mismo. Todo esto hace sospechar que algo está haciendo que nos aparezca sintomatología dolorosa en esta región del cuerpo. Músculos de la zona glútea como el piramidal, glúteo medio o menor y psoas iliaco espasmados, con puntos gatillo activos, que nos restan movilidad a cadera y articulación sacro iliaca y nos provocan un cuadro doloroso e incapacitante con una incidencia muy alta que es muy difícil de solucionar, ya que que no responde bien al tratamiento medicamentoso".

El hecho de llevar varios años tratando esta dolencia con un enfoque propio le ha llevado a establecer una hipótesis vinculada a las secuelas que deja el coronavirus en el sistema de las personas que padecen la enfermedad: "Esta situación no solamente hace pensar que la infección por COVID-19 pueda tener relación con este tipo de problemas, pudiendo ser la causante de este cuadro doloroso, sino que en muchos de los pacientes se ha podido asociar el inicio de los dolores a una infección aguda por COVID-19 que ha persistido una vez resuelta la infección. Como digo, en la anamnesis inicial algunos pacientes han llegado a relatar que fue en los días en que padecían la infección por COVID-19 cuando aparecieron los primeros síntomas dolorosos y casi la totalidad de los pacientes que he tratado comenzaron con los primeros síntomas a partir del año 2020.  La evolución de dicho cuadro tuvo mejor o peor pronóstico según el diagnóstico precoz que se hiciera, ya que se ha ido confundiendo con hernias de disco, ciáticas o bursitis de cadera, lo que ha hecho que el paciente haya ido dando tumbos de un tratamiento a otro, sin solucionar su sintomatología. Otra circunstancia muy común que se da es que muchos pacientes acuden a consulta con pruebas diagnósticas que confirman la inexistencia de hernias de disco y sintomatología dolorosa bilateral, por ejemplo, lo que descarta como causa las patologías discales de columna. Incluso pacientes que han acudido a consulta sufriendo este cuadro en un lado del cuerpo y habiéndose resuelto han vuelto meses después con la misma sintomatología en el lado contra lateral".

César recalca que entre el gremio de fisioterapeutas este problema está en boga y desvincula su incidencia con la vacuna, ya que ha atendido a pacientes con síntomas idénticos que estaban vacunados y otros que no recibieron ninguna dosis, por lo que pone el foco en su alta incidencia coincidiendo con el contagio por SARS-CoV-2: "En las clínicas de fisioterapia es muy común recibir diariamente a pacientes con dolor en cintura lumbar, articulación sacroilíaca, caderas y miembros inferiores. No es nada extraño que respondan a patologías discales o articulares, donde normalmente las pruebas diagnósticas corroboran dichas patologías. Suele haber un patrón común de paciente en cuanto a su edad, tipo de trabajo que desarrolla, etcétera. Lo extraño de mi experiencia ha sido la incidencia tan grande, solamente de los dos últimos años, de este problema en una zona de población tan pequeña. A raíz del boca-boca y de la resolución de la mayoría de los casos han llegado a acudir pacientes del resto de la provincia que me han llevado a corroborar que en sus municipios les ocurre los mismos problemas a sus vecinos, algo que a ellos mismos les llama la atención como novedoso y que no ocurría años atrás. He tenido de pacientes a compañeros fisioterapeutas también afectados por el mismo problema y he podido hablar con muchos otros que llegan a cuestionarse lo mismo que yo, pero es muy difícil establecer solamente desde el nivel asistencial en fisioterapia una causalidad entre la infección por COVID-19 y este cuadro doloroso sin llevar a cabo una adecuada investigación científica. Está claro que tenemos por delante un problema que hay que investigar para averiguar si es una posible secuela de esta enfermedad, lo que ayudaría a los pacientes a buscar ayuda cuanto antes y a los fisioterapeutas a llevar a cabo una intervención temprana, que es cuando se consiguen mejores resultados", concluye el especialista.

Un estudio norteamericano relaciona la COVID-19 con artritis de cadera aguda

Revisando literatura médica para la elaboración de este artículo, el autor se encontró con un informe firmado por los doctores Dimitrios Kalavrytinos e Ilias-Alexandros Kosmidis recogido por la National Library of Medicine de Estados Unidos acerca de la "artritis de cadera aguda relacionada con COVID-19". En el mismo se detalla el caso de una paciente joven de 20 años, sana y en forma, con un inicio severo de dolor de cadera que comenzó poco después de haber dado positivo en la prueba de infección por COVID-19. No había antecedentes de enfermedad reumatológica. La evaluación clínica tampoco mostró signos de eritema en la región de la cadera, sin embargo, a la palpación, había un dolor significativo en el aspecto anterior de la articulación de la cadera izquierda. La paciente no podía soportar peso sobre esta cadera y no podía levantar la pierna estirada, y la rotación de la cadera estaba severamente restringida debido al dolor subyacente.

Se trató del primer caso de artritis de cadera relacionada con COVID-19 registrado en todo el mundo, en un paciente sin ningún factor predisponente. La sospecha clínica es la clave para el diagnóstico y tratamiento tempranos para cada paciente COVID-19 positivo con síntomas musculoesqueléticos, incluso para los pacientes sin antecedentes de enfermedades autoinmunes. La artritis relacionada con virus sigue siendo un diagnóstico de exclusión y subraya la importancia de realizar todas las pruebas para descartar otras posibles artritis inflamatorias.

En la introducción de su trabajo, tanto Kalavrytinos como Kosmidis recuerdan que años después del brote de SARS-CoV-2, responsable de la pandemia de COVID-19, las presentaciones clínicas siguen siendo poco claras e impredecibles. La enfermedad puede presentarse con un curso clínico heterogéneo y un amplio espectro de manifestaciones clínicas que pueden causar diversas complicaciones de diferentes sistemas, incluido el musculoesquelético.

El artículo completo se puede consultar en este enlace:

https://pmc-ncbi-nlm-nih-gov.translate.goog/articles/PMC10308990/?_x_tr_sl=en&_x_tr_tl=es&_x_tr_hl=es&_x_tr_pto=rq#:~:text=The%20case%20of%20a%20young,no%20history%20of%20rheumatologic%20disease

stats