Almería

Los ejidenses ven la investigación como un nuevo caso Malaya

  • Centenares de vecinos se apostaron ayer a las puertas del Ayuntamiento para ver lo que sucedía · "Ladrón" y "sinvergüenza" eran algunos de los insultos contra el alcalde

"Es nuestro particular Julián Muñoz. Sólo nos falta la Pantoja", comentaba irónicamente ayer un vecino de El Ejido a las puertas del Ayuntamiento en la calle Cervantes, custodiado por un nutrido grupo de efectivos de la Policía Nacional que no dejaban entrar ni salir a nadie. Ni siquiera, a Pepe, una persona mayor que venía a "arreglar papeles" y al que le habían dicho "que mejor volviese dentro de un par de semanas porque ahora va a ser complicado que se los arreglen".

Una de las muchas anécdotas que se vivieron en la calle Cervantes -vía trasera a la plaza Mayor- , atestada de vecinos curiosos y ávidos de información que afirmaban no creerse lo que estaba pasando. "Enciso es un sinvergüenza, se ha llevado todo el dinero del Ayuntamiento", afirmaba un ejidense, mientras el resto aplaudía a las arengas de una mujer mayor que gritaba "¡ladrones, ladrones, ya os ha llegado la hora!".

La tensión y la incertidumbre se palpaban en el ambiente. Un parking en los aledaños de la casa consistorial era un constante trasiego de coches que entraban y salían bajo la atenta mirada de los periodistas apostados en las cercanías buscando a algún concejal del equipo de Gobierno escondido en alguno de los asientos traseros.

"La onda expansiva luego va a ir para Roquetas. Esto no se va a quedar así", apuntaba otro mientras los corrillos de vecinos hacían apuestas por saber por qué puerta iba a salir detenido Juan Enciso. "Yo quiero verle la cara para decirle que ahora que pasa, que al final de tanto robar se le ha roto el saco", decía un joven ejidense que rehusaba ser fotografiado.

Nadie o casi nadie de los allí presentes, haciendo honor al refrán de al árbol caido todos hacen leña, mostraba su apoyo a Juan Enciso. "Somos los que más impuestos pagamos de toda la provincia y el dinero luego no se ve en la calle en obras o calles más limpias, ¿dónde esta entonces?", se preguntaban dos vecinas que miraban de reojo la puerta del Ayuntamiento por si veían salir a un familiar suyo, funcionario del consistorio que estaba retenido en el interior del inmueble.

La expectación, que atrajó a las inmediaciones del Ayuntamiento a centenares de vecinos desde primera hora de la mañana fue decayendo a medida que se acercaba el mediodía. A las 14:00 horas sólo unos pocos valientes aguantaban junto a los periodistas con actitud vigilante. Para esa hora ya habían salido gran parte de los concejales del equipo de Gobierno y todos los funcionarios. Ninguno decía nada. Mirada cabizbaja e huidiza. Sólo los medios buscaban sus declaraciones. Como decía otro vecino "por fin se ha abierto la Caja de Pandora. Ya era hora".

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