"Dije que no trabajaría si no me ingresaban el dinero que me debían y una hora después me echaron". La joven de 23 años Jennifer Castro, animadora hasta el pasado día 4 en el Hotel Colonial Mar de Las Salinas, asegura haber vivido "el peor verano de mi vida. Vine sola desde Jaén porque me hacía falta el trabajo y he estado sin cobrar. Lo peor es que te hunden porque te engañan diciendo que vas a cobrar a la semana siguiente, y así una vez y otra".

La situación de impagos comenzó el pasado 1 julio tras el cambio de manos de la anterior empresa, HDG, a la actual Actividades, que además tiene otros dos hoteles en la zona, Portomagno en Aguadulce y Topacio en Roquetas de Mar.

El director de Hotel Colonial, Luis de la Vega, confirma a Diario de Almería que es cierto que hay un "retraso" en las nóminas de los trabajadores por "temas burocráticos y también económicos", pero asegura que "cobraron julio, algunas personas también junio, y para agosto aún es pronto". Contradice la versión de la joven alegando que "fue ella quien se fue. No se la despidió, yo mismo hablé con ella". Asimismo, explica que el centro hotelero lleva dos años con problemas derivados de la crisis y "se retrasan los pagos, pero siempre se cobra".

Castro, de regreso a su ciudad natal, explica que sigue en contacto con sus compañeros y estos "siguen igual. A una la han amenazado con echarla como a mí y otras dos van al puesto de trabajo pero sin realizar las actividades en protesta por los impagos. Además hay padres de familia que tienen que callarse por su situación".

Su intención a la hora de iniciar la huelga fue luchar por sus derechos y no se arrepiente. "Espero que mi despido le sirva a los compañeros. No podemos seguir así". En su caso tenía contrato hasta fin de obra, por lo que "el despido entra es legal. De hecho se lavaron las manos al hacer el contrato".

Otra trabajadora de la cadena que prefiere no dar su nombre, en este caso de Hotel Porto Magno, asegura que "todos los departamentos estamos igual. Las limpiadoras se están planteando hacer una huelga". En un primer momento consultaron el problema con CCOO pero al final "no se firmó nada por miedo". La situación va de mal en peor. "Tenemos que casi doblar turnos y encima tener buena cara por los clientes".