Un emprendedor lanza al mercado la cerveza Far West elaborada en Almería

Tiene sólo 20 años y ya cuenta con su propia empresa en un sector emergente en la provincia: la elaboración artesanal de cerveza almeriense. Juan Ignacio Palaoro, un joven técnico agrícola, ha puesto en marcha la marca Far West, que identifica el producto con esta tierra, escenario internacional para el rodaje de films del género western.

Esta cerveza de película la elabora en sus instalaciones en Níjar. Pero antes de llegar a la comercialización del producto final, para el que Juan ha contado con el apoyo de su familia, había una historia detrás, una idea, un proyecto. El novel empresario es argentino, si bien llegó a España cuando tenía 11 años. "En los años 80 mi padre hacía cerveza de forma artesanal en Argentina, pero no para la venta, sino para consumo propio y de sus amistades". De forma metafórica podría decirse que por la venas de Juan corre este oro líquido y en este caso no hablamos de aceite, sino de la cerveza, pero artesanal, "Este tipo de cervezas, no tienen nada que ver con las comerciales a las que habitualmente estamos acostumbrados, ya que se trata de un producto 100% natural sin conservantes, fabricado al estilo de los monjes medievales y cumpliendo las leyes de pureza alemanas. Lo que las convierte en cervezas 100% genuinas de pura malta, sin aditivos sin filtrar ni pasteurizar, confiriéndoles propiedades organolépticas inconfundibles", señala Juan.

Este emprendedor detalla cómo los monjes medievales fabricaban esta bebida: "Consistía principalmente en el trabajo manual y en la nobleza de sus ingredientes, que por aquella época, y como dice la Ley de Pureza original de 1516 promulgada por el Duque Bávaro Guillermo IV, sólo se permitían tres ingredientes: la cebada, el lúpulo y el agua, a la que le atribuían propiedades milagrosas". Juan narra la historia de aquéllos que bebían cerveza y no enfermaban, "esto es así simplemente porque las aguas estaban contaminadas, y por el proceso de elaboración de las cerveza, que al pasar por un largo hervor, se esterilizaban, y creaban una bebida sana que además alegraba a la gente". Por aquel entonces, también llamaban a la cervezas pan líquido, "ya que era más densas y con sustancia que las que bebemos ahora y más económicas, ya que se utilizaba menos grano que para hacer el pan, era el alimento en época de ayuno para los religiosos".

Más allá de una clase de historia de la cerveza, el empresario continúa su explicación para dar a conocer su producto artesanal: "Volviendo a la Ley de Pureza, más tarde y con las investigaciones de Pasteur se descubrió el cuarto elemento, las levaduras. Éstas son en realidad las encargadas de hacer la cerveza. Se acabó lo milagroso. De hecho, hay un dicho entre los cerveceros que reza 'el mosto lo hace el hombre, la cerveza las levaduras', de esta manera se agregó a la citada Ley, y más tarde se incluyó también la malta de trigo, debido, evidentemente, al carácter popular de este cereal en muchas de las regiones alemanas".

Juan Ignacio comenzó la aventura empresarial hace en torno a 15 meses, "ocho semanas más tarde teníamos la cerveza lista". A partir de ahí comenzó a realizar un sondeo de opinión entre sus amigos, "luego el boca a boca hizo que esto comenzara a crecer, modificando y mejorando recetas con el aporte de las opiniones de los que la iban probando. Nunca perdimos de vista nuestro objetivo inicial, el que Almería contara con su propia cerveza genuina".

De acuerdo a las palabras de Juan, cada zona hace que una cerveza sea diferente y tenga una huella de identidad propia, una denominación de origen de hecho. Actualmente, según cuenta el empresario, ya sea a través del transporte o por los avances tecnológicos, se puede fabricar cerveza en cualquier parte del mundo. "Ya sean maltas, lúpulos o levaduras, pueden viajar desde su lugar de cultivo hasta el lugar de su elaboración, sea cual fuere su destino geográfico". Ahora bien, si estos ingredientes son comunes a todas las cervezas, ¿qué es lo que las hace diferentes?. Juan Ignacio responde a la cuestión: "El agua".

El técnico agrícola explica que si elaboráramos la misma receta en distintas ciudades del mundo, no obtendríamos la misma cerveza, y todo esto debido a que la composición química del agua es diferente. "Es por eso que en ciudades con tradición y cultura cervecera defienden su bebida a ultranza, como puede ser la rivalidad entre Düsseldorf y Colonia con sus Altbier y Kolsch a pesar que solo distan 50 kilómetros, también la Dormunt, Munich y Rauchbier y muchas más. Ya saltando a Gran Bretaña podemos ver el ejemplo de Burton on Trent, que al utilizar las aguas de ese río, famosas por su gran contenido de minerales, las hace especiales para la elaboración de cervezas oscuras".

Juan Ignacio comenta que si Almería tuviera la tradición cervecera de las ciudades anteriormente citadas, "nuestra cerveza sería naturalmente negra". Mención especial, según el emprendedor, cabe para la cerveza Pilsen que, evidentemente la original sólo puede producirse en la República Checa, pero sin embargo se produce en todo el mundo porque según cuenta, "modifican el agua para obtener los parámetros de la original; la clonan y así logran fabricar 'tipo Pilsen' en cualquier lugar del mundo, todo esto ligado a intereses económicos, de marketing y publicidad".

Far West aún no tiene definida su producción anual, "comenzamos con una capacidad instalada para fabricar 42.000 litros anuales y ya nos queda pequeña, por lo que estamos estudiando una ampliación inminente".

En la fábrica, que comenzó como un proyecto de autoempleo ante la catastrófica situación del mercado laboral, trabaja Juan, quien cuenta con la colaboración de su padre y hermano, aunque, cuando las posibilidades económicas y la demanda lo requieran, prevé incorporar más personal. En sus instalaciones se realiza el proceso íntegro de elaboración de la cerveza, "nos encargamos de todo. Entran los cuatro ingredientes y sale la botella lista para poner en el frigo".

Far West cuenta con tres tipos de cerveza: una rubia liviana muy bebible y de bajo contenido alcohólico y con el aporte de un pequeño porcentaje de trigo, denominada Golden Light; una roja más picante con cierto carácter vinoso, que mejora con el tiempo, con el nombre Red Wine; y una negra con cuerpo, de amargor suave y bien equilibrada, llamada Black Diamond.

Por sus características y su fabricación en pequeña escala, estas cervezas están dirigidas a un público selecto, ya que se trata de un producto gourmet. Este hecho confiere, según Juan, algunas ventajas frente a las grandes empresas, porque se pueden fabricar productos a la carta, con lo cual el cliente puede seleccionar su propia receta de autor y así ofrecer una variedad especial distintiva de su establecimiento, inclusive con su propio nombre en la etiqueta.

Actualmente y en proporción con la pequeña producción, la empresa se está limitando a la comercialización de su producto entre su clientela estable, "a la que le debemos haber llegado hasta aquí". Pero su mercado ya ha superado, también, las barreras provinciales gracias a internet donde cuenta con la página www.cervezasfarwest.com. Entre bromas Juan Ignacio cuenta que un cliente comentó que su hermano se había llevado una caja a Francia, "así que ya podemos decir que somos internacionales".

Si el haber llegado aquí ya es un logro Juan Ignacio insiste en que no se cruzarán de brazos, "todos los días recibimos correos de gente que está interesada en degustar nuestras cervezas e inclusive en incorporarlas en las cartas de sus restaurantes, también estamos buscando gente apasionada por este tipo de cervezas que quiera distribuir nuestro producto por las siete comarcas de esta provincia".

La cerveza se comercializa en un formato de 33 centilitros, aunque próximamente embotellarán en 50 centilitros y 75, respecto a esta última cantidad, Far West ya está preparando su especial para Navidad.

Far West completa su oferta con catas de cerveza para los interesados, además de desarrollar cursos-taller para la elaboración de cerveza artesana en casa (homebrewers).