MIRADAS: Jorge Lobeto Arias

Jorge Lobeto Arias presenta su biografía afirmando que se dedica a lo que le gusta y donde le gusta, en Almería, y que llegar hasta donde hoy está no ha sido fácil pero lo ha conseguido echándole "muchas ganas".

Es profesor del ciclo de Hostelería y Turismo del I.E.S. Almeraya y cuenta con la Diplomatura de Turismo, un Máster en Dirección de Empresas, el Máster de Profesorado y formación en idiomas.

Antes de ser profesor trabajó varias temporadas en Trasmediterranea y estuvo contratado en la Universidad de Almería.

A las puertas de ser objeto de lo que se anuncia como una profunda reforma, nos acercamos a nuestro sistema de Formación Profesional a través de uno de sus profesores y hablamos con él sobre el pasado, presente y futuro de este esencial recurso de formación y sobre el curso lectivo tan excepcional que se ha vivido.

¿Cómo se ve la Formación Profesional española a través de los ojos de uno de sus profesores?

La Formación Profesional es una opción de futuro en tanto que te prepara para enfrentarte a un mercado laboral inminente, cambiante y competitivo. Y es una opción real, porque cada vez vemos una mayor tasa de empleabilidad de personas que acceden a un puesto de trabajo a través de esta rama, una opción accesible, porque es gratuita y puedes matricularte en centros públicos, y una opción de calidad, porque cada vez el profesorado está más preparado y concienciado con la excelencia del modelo educativo y lucha por ello.

¿Cómo diría que ha sido su evolución?

Lenta, pero progresiva. Ha ido adaptándose a los cambios acaecidos, pero a veces, por detrás de los mismos. El reto es adelantarse a ellos.

¿Y la relación del sector empresarial con nuestro sistema de Formación Profesional?

La valoro muy positivamente. El empresario no ha tardado en comprender que una persona con un título de Formación Profesional es una persona con los conocimientos necesarios para “lanzarla” a un puesto de trabajo. Han apostado por nosotros.

¿Cree que nuestra Formación Profesional está alineada con las necesidades actuales del mercado laboral?

Ambos no van a la par, hay que tener en cuenta que el mundo empresarial evoluciona más rápidamente de lo que cualquier plan de estudios podría hacerlo.

¿Y con las futuras?

Habrá que verlo con la nueva Ley de Formación Profesional. Se necesitará tiempo para analizar los resultados.

¿Y qué le parece esa nueva Ley que está preparando el Gobierno?

El objetivo primero que pretende la nueva Ley de Formación Profesional es acercar aún más el centro de enseñanza a las empresas. Las empresas son cambiantes, a veces volátiles y, por supuesto, con ánimo de lucro, por lo que pueden sentir que no pueden dedicar el tiempo suficiente a encajar el modelo de Formación Profesional Dual (el que combina la formación en la empresa y en el centro educativo) en sus sedes. Así, por una parte, tenemos a la institución de enseñanza y, por otro, a la empresa, pero me falta una figura “intermediaria”, quizás un ente público local, que facilite la implantación del modelo Dual.

¿Cuál considera que debe ser el hilo conductor de cualquier reforma de nuestra Formación Profesional que se proyecte?

La creación de empleo de calidad. El módulo de FCT (Formación en Centros de Trabajo) significa la culminación de la etapa del alumno en el centro de enseñanza para pasar a una empresa real, pero ocurre que, muchas veces, este tiempo que dedican los estudiantes a este periodo no se puede considerar el necesario para que pongan en práctica y/o adquieran las competencias profesionales pertinentes. De manera que, ¿y si aumentamos el periodo de prácticas significativamente y las dotamos de una remuneración -aunque sea simbólica-?.

Y respecto a la especialidad en la que usted es profesor, la de Turismo y Hostelería, ¿propondría algún cambio específico?

Creo que los cambios deberían ser más a nivel de etapa educativa que de familia profesional, pero si tuviese que decir alguno no dudaría en destacar la implantación de un modelo de idiomas e informática más amplio en lo que a horas lectivas se refiere.

Y centrándonos en el curso lectivo que acaba de terminar, ¿cómo se ha vivido en esta formación?.

Ha sido duro, no tanto como te podrían decir otros compañeros y compañeras de enseñanzas inferiores, pero tengo derecho a quejarme.

La adopción del modelo semipresencial ha sido un reto para todos. Para el profesorado ha significado dar un giro de 180 grados en su metodología. Y, al alumnado, este modelo le ha exigido un nivel de madurez extra para que su proceso de enseñanza y aprendizaje terminase con éxito, que, sinceramente, no ha sido adquirido. Además de que el modelo presencial permite una tutorización más cercana y directa, en definitiva, humana en mayúsculas, con nuestros “clientes”.

Y Ud. personalmente, ¿cómo lo ha vivido?

Psicológicamente ha sido agotador, creo que nunca he ansiado tanto un fin de semana, puente o vacaciones como este año; lo necesitaba.

Hay que tener en cuenta que este desgaste mental no empezó en septiembre, sino que ya lo arrastrábamos desde el curso anterior, desde marzo del 2020.

Además de eso, personalmente, soy una persona muy organizada, por lo que gestionar la incertidumbre ha sido difícil. Lo definiría como un periodo de adaptación constante en el que debías estar abierto a la flexibilidad, ya no podía haber nada rígido, todo podía cambiar y, además, hacerlo varias veces.

¿Hay algún consejo que le guste dar a las promociones salientes?

Sí, que todo vale, que lo único no válido es estar parados.

Así que mi consejo para las promociones salientes es que no paren de aprender: un curso de idiomas, otro ciclo, o un salto a la universidad son todas buenas opciones mientras llega el ansiado puesto de trabajo para el que se han formado.

Y, por último, ¿qué consejo le daría a un joven que comenzara a interesarse por la Formación Profesional?

Que es una opción viable; no la mejor ni la peor, simplemente otra más. Y que nadie le quite las ganas.